Capítulo 46. Es un secreto entre tú y yo.

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5 años antes de la hora cero. (Florencia)

Tras la explicación de Martín de cómo sacar el oro, Sergio finalmente aceptó que era un buen plan y que podría funcionar. Ante eso, Andrés sacó una botella de champán y los cuatro integrantes empezaron a celebrarlo. Cada vez estaban más cerca de cumplir su sueño de robar la reserva nacional de oro de España.

-Caballeros. -Dijo Libertad a los tres compañeros. -Son las 5 de la mañana. Si me disculpan, me voy a descansar que algunas personas de aquí hemos trabajado todo el día.

-No, quédate un rato más. -Pidió Martín mientras le agarraba del brazo para que no se marchara.

-Martín, necesito descansar. -Explicó Libertad. -No tengo que volver al hospital hasta dentro de 3 días. Déjame dormir unas 10 horas y luego haremos lo que tú quieras.

-Está bien. -Cedió finalmente Martín. -Que descanses, Lib.

-Descansa, Libertad. -Habló Sergio mientras sonreía a su hermana.

-Nos vemos en un rato, hermanita. -Se despidió Andrés.

-No bebáis mucho que no quiero aguantar vuestras resacas. -Dijo Libertad esta vez mientras salía de la capilla.

Después de varios minutos andando, Libertad llegó finalmente a su habitación. Rápidamente se quitó el mono negro que se había puesto a petición de Martín para volverse a poner el pijama. Finalmente se metió en la cama y en pocos segundos se volvió a dormir.

Sin embargo, su descanso no duró mucho tiempo. Andrés entró en su habitación sigilosamente, encendió la luz, y se acercó a la cama de su hermana.

-Lib, despierta. -Susurró Andrés mientras movía ligeramente a su hermana.

Sin embargo, Libertad lo único que hizo fue taparse más con las mantas y seguir durmiendo sin hacer caso a su hermano.

-Libertad, es importante. -Insistió Andrés mientras la movía más brusca.

-Seguro que puede esperar a mañana. -Dijo Libertad medio adormilada intentando volverse a dormir.

-No, no puede esperar. -Comentó Andrés muy serio.

Ante esa última respuesta, Libertad no contestó debido a que se había vuelto a quedar dormida. Andrés, finalmente perdió la paciencia, agarró las mantas y destapó a su hermana tirándolas al suelo. La hermana menor se despertó repentinamente al sentir el frío.

-¿Pero tú eres imbécil, Andrés? -Gritó Libertad enfadada. -Necesito dormir, joder.

-Shh, baja el tono. -Ordenó muy serio Andrés.

-¿Pero a ti te parece normal esto?-Preguntó Libertad ya bajando el tono. -Son las 5.30 de la mañana. Tuve un día muy complicado en el hospital y llevo horas que lo único que quiero es dormir. Primero me vino Martín para que le acompañara en la explicación del plan a Sergio. Que, por cierto, me gustaría saber qué dijo de verdad Sergio porque no me creo nada lo que le contaste a Martín. -Hizo una breve pausa buscando que su hermano contestara a eso, pero no lo consiguió. -Y ahora que por fin puedo dormir, me vienes tú. En serio, hablamos mañana, por favor.

-No podemos hablar mañana. -Contestó muy serio Andrés.

-¿Y eso por qué? -Preguntó Libertad.

-Porque lo que te tengo que contar no pueden saberlo ni Martín ni Sergio. -Respondió Andrés.

Libertad se sorprendió ante esa respuesta. Entonces se sentó en la cama para prestar atención a su hermano mayor. -¿Qué es de lo que no se tienen que enterar? ¿Pasa algo? ¿Estás bien? -Preguntó nerviosa.

VIENA | LA CASA DE PAPEL |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora