Parte 24 Raras amistades

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El instinto materno es difícil de negar.

Sue desde hace tiempo había notado una leve apatía de su hijo menor, lamentablemente hace algún tiempo por necesidad les tocó mudarse, junior era algo joven así que no le dio mucha importancia, lamentablemente en el nuevo departamento las opciones que tenía para socializar eran muy limitadas, incluso en las guarderías no resalto demasiado, ella pensó que con el tiempo tal vez encontraría algún amigo o amiga a fin que animará al chico, pero los años pasaron y él estaba más aislado que nunca.

Se refugiaba en las labores domésticas, para pasar el tiempo y ayudar a su madre que trabajaba todo el día, la televisión su única compañía, hasta que se descompuso.

La noche era de los pocos momentos donde rara vez se reunía toda la familia a cenar.

Cuando Oscar llegó con esa gran sorpresa, Sue no lo podía creer, tanto que fue bastante tiempo que le tomó a Oscar convencerla, tal vez sea un nuevo inicio para ella y hijo más pequeño.

Aunque parecía algo apresurado Oscar ya lo había planeado con mucho tiempo de antelación, incluso ya había pagado un enganche el había estudiado con detalle la casa, precio, mensualidades, la ubicación de las escuelas, los hospitales, centros recreativos, medios de transporte e incluso locales comerciales donde su madre podría iniciar su negocio.

Todo fríamente calculado.

Y tal vez sea por tanta preocupación, tal vez su descuido o que el chico era relativamente bueno fingiendo cuando su hermano estaba presente, el chico llevaba años viviendo en relativa soledad.

Él sabía que su madre trabajaba todo el día y su hermano se mataba en el trabajo para ayudar pero extrañaba esos días cuando no estaba tan solo.

Hoy día su hermano hizo algo increíble, logró conseguir una mejor casa, en una mejor ubicación, el cambio era brutal, de esas calles obscuras llenas de basura a una hermosa casa con un extenso jardín e incluso árboles en ellas.

El chico estaba realmente animado hace años, él tenía memorias de donde vivían, ahora era como volver a vivirlo una vez más, eso le alegró el día y se dio cuenta de cuánto había perdido por las circunstancias.

Oscar había contratado una mudanza y estaba realmente ocupado dirigiendo todo, no quería que rompieran nada y su madre estaba aun mas emocionada mirando cada rincón de la casa y por algún motivo la amiga de su hermano le estaba ayudando con la mudanza, cada vez pensaba y estaba más seguro que esa chica lo había estafado con las fotos, así que el joven salió a investigar los alrededores.

Localizó de inmediato la tienda más cercana, se compró una bebida y realmente noto que el lugar estaba algo solitario o se debería a que a estas horas todos estarían en la escuela, es algo lógico.

Decidió volver a caminar y se encontró a unos minutos de ahí la escuela no estaba lejos incluso se ve que podría ir caminando desde su nueva casa y el lugar se veía relativamente seguro, no se veía gente extraña en las esquinas.

Cuando regresó literalmente nadie se había dado cuenta que el había salido todo mundo estaba algo estresado, emocionado y trabajando de medio tiempo de cargadora, a él le sorprendió cómo siendo tan pequeña la amiga de Oscar podía cargar cosas tan pesadas.

La casa tenía un patio trasero, recién arreglado posiblemente por la venta, era bastante amplio, y poco a poco comenzó a pensar que podría hacer en él, quizás un huerto siempre había querido tener plantas pero el anterior departamento era muy pequeño.

Quizás una casa del árbol? Sólo había uno y faltarían muchos años para que siquiera soporte un columpio.

El joven estaba ahogado en sus pensamientos cuando se percató que alguien más lo estaba observando — Hola? — Este volteo a la valla trasera de la casa donde estaba una chica riendo y murmurando algo.

La chica en sí era casi de su misma altura, tal vez de su edad era una Erizo con el cabello largo pero con un par de coletas a los lados, está usaba frenos que fácilmente resaltan.

Esta se asomo y saludo al chico —hey hola, eres nuevo hola soy Jim pero me dicen JimJim — La chica era muy inquieta y alegre.

— Hola, si voy a vivir aquí— el chico comento algo reservado — Me llamo Andy —

— Por fin alguien con quien jugar, ¿te gusta jugar verdad? — La chica se emocionó demasiado — Sabes antes vivían aquí un par de ancianos pero un día nunca más volvieron, han de estar muertos en tu sótano y apuesto que vendrán por ti en la noche — la chica empezo a reir.

— Oye eso no es gracioso me acabo de mudar a esa casa — Andy no sabía qué responderle.

— Bromeo, vamos solo quería romper el hielo— Jim comentó tratando de simular.

— Bueno tampoco es que crea en los fantasmas — No le tocaba a Andy hacerse el valiente —

— Así que no tienes miedo? he? — Jimjim lo reto y en un tomo siniestro comento — en mi casa hay un fantasma que cuida la casa.... o es que tiene miedo?

— Claro que no — Andy disimulo un poco, aunque por experiencia decidió avisar a su hermano, nunca se sabe si algún loco te quería retener en contra de su voluntad, ya sabes cosa de cuidad — Solo avisare a mi hermano —

Cuando Andy regreso y entro a la casa de la vecina este noto que la chica tenía una consola de videojuegos y estaba jugando su favorito el de luchas — No puede ser "Brutal blood fighters" —

— Justo hoy lo acabo de conseguir, pero es aburrido jugar sola — Jim comento — y el fantasma de mi sótano no tiene pulgares, es frustrante —

Andy quería jugar pero bueno estaba primero su prueba de valor — Que te parece una reta ya que veamos al fantasma —

— oooook — La chica no espero más y jalo de la mano a Andy y bajaron al sotano que se veía como cualquier otro, incluso mas arreglado además de las lavadoras tenia algunos juegos y estaba muy iluminado nada terrorífico — señor fantasma tenemos visita —

La chica después de intentar e intentar no escucho respuesta — A de estar en el baño —

— Los fantasmas defecan— Andy trato de seguir la platica.

— No sé pero creo que es mejor jugar a la reta — Jim comentó ansiosa.

Ambos jugaron durante bastante tiempo, pero a pesar de su habilidad Andy era derrotado, no destruido en cada ronda la chica tenía demasiada práctica.

Platicando un poco Andy comentó que venía de la ciudad y la chica que ha vivido ahí desde que tiene memoria solo que su madre la obligó a volver a casa a mitad de las clases, cosa de padres.

— Junior, la comida está servida — Mildred le avisó, esta miró a la vecina a quien saludo.

Ambos chicos se despidieron y prometieron una nueva partida más adelante.

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Un poco más tarde, Jim estaba preparándose la comida, o bueno recalentando en lo que esperaba frente al micro algo sobrenatural y traslúcido aparecía justo detrás de ella.

— Mmmm, señor fantasma donde estabas, tuve un invitado y quería presentarte — Jim comento algo distraída.

— Recuerda que le prometiste no decirle a nadie, ahora tu madre me va a regañar — El fantasma se quejó.

— Ups cierto perdon error mio — Jim comentó entre risillas — Es cierto ya recuerdo por que lo olvide —

Esta corrió hasta el teléfono — Holas, holaaaaa, Mami a quien crees que vi? — Esta trato de no reírse — acabo de ver a Mildred y me debes una recompensa — Jim canturreo.

— ¿Qué? no está haciendo nada solo esta cargando cajas— Jim arrugó la cara — ya te dije solo esta trabajando, creo que exageras, ya quiero volver a la escuela estoy aburrida y el señor fantasma es terrible para jugar videojuegos—

— Y que crees hice un nuevo amigo — JIm estaba confundida — Es buen chico además sabes que puedo defenderme bien con o sin varita.

Y nooooo no dije nada, ni provoque ningún accidente esta vez y si estoy calentando la comida con el microondas, ok nos vemos para la cena — Jim colgó el teléfono y regresó por su comida mientras le contaba al señor fantasma lo divertido que había sido masacrar en el videojuego al vecino.

Retomando el rumbo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora