Cap 50 Guerra campal

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La tranquilidad no existe en un mundo en guerra.

Oscar habría deseado no preguntar.

La cena estaba buena Oscar la disfruto, lastima que su taza favorita estaba ahora rota en el suelo, solo recogió su plato y llevo los resto a la basura hoy había decidido ignorar todo y tratar que las cosas siguieran su ritmo, en la mesa aun estaban un par de platillos sin tocar pero decidió dejarlos en ese lugar.

Lavar los utensilios usados y acomodarlos en su cajón correspondiente, tomar el extintor y calmadamente apagar el sillón más grande que estaba en llamas, junto a la casa de campaña de Mildred que a pesar de sus berrinches ya no usaba.

Solucionada esa pequeña crisis el solo fue a donde estaba el televisor lo encendió y tomó asiento tratando a toda costa de ignorar su entorno en caos.

Claro hasta que noto una varita de madera volando hacia la pantalla girando lentamente sin ninguna gracia rebotó en la pantalla la cual de inmediato solo soltó un chispazo quemando el aparato reduciéndolo a meros escombros humeantes.

Oscar solo respiro tomo esa varita y señaló a las culpables — Basta ustedes dos —

— Ella empezó — Jim señalo a Mildred

— Debes aprender modales señorita y nunca levantar tu varita contra otra bruja — Mildred recalcó.

— Fue en defensa personal — Jim alegó contra su enemiga jurada.

— Literalmente perforaste el refrigerador — Mildred le señalo.

— Mientes, eso tu lo provocaste — Jim comentó furiosa.

— provocar? son modales básicos, donde te crió tu madre bajo una piedra o que? — Mildred alegó seriamente señalando a la niña.

— Se tiene modales con alguna persona respetable pero tu eres grosera y fea — Jim gritó nuevamente.

— Basta ustedes dos — Oscar decidió ponerles un alto — Al parecer solo sobrevive la lavadora y si algo le pasa te juro Mildred que no vuelvo a lavar tu ropa y hoy es dia de lavandería —

— Rayos eso es bajo Oscar — Mildred comentó molesta guardando su varita.

Jim miró algo confundida a su rival jurada — ¿Que no sabes lavar tu ropa con magia? —

— Eso hasta un bebito como tu lo puede hacer — Mildred cambio su expresión — Pero te pierdes de ese toque que le da Oscara la ropa, queda mmm divina —

Jim no podía darle crédito lo que decía esta bruja loca —Tienes que estar bromeando —

Mildred solo miro otra oportunidad para joder ma esta niña y sin mucho esfuerzo se lanzo sobre Oscar haciendo que esta la cargara como princesa en apuros.

— Es que Oscar me quiere y me consiente mucho, mucho mucho y no tiene ojos para una chiquilla latosa — Burlonamente Mildred saco la lengua a la molesta chica.

— Aaaaaaaaa!!! — Jim gritó con una voz chillona lanzándose sobre Mildred.

Esta asalto tomó por sorpresa a Oscar quien fue derribado y terminando con estas dos jaloneandose el cabello y rodando por toda la sala, hasta que en un momento de descuido chocaron contra la mesa tirando la comida restante sobre ese par.

Fue un momento incómodo que hizo detener a ambas, Mildred maldiciendo su mala suerte y Jim casi al borde de las lágrimas.

Oscar se incorporó ahora más molesto — Bien suficiente me iré a la posada hasta que ustedes dos terminen de entenderse o terminen destruyendo la casa.

Casi de inmediato aun con los ojos llorosos Jim fue tras Oscar aferrándose a su pie — Por Favor no me dejes con esta loca — Jim gritaba desesperada — Es horrible y mala —

Casi de inmediato Mildred se aferró a la otra pierna libre de Oscar — No te vayas, ¿quien se encargará de lavar la ropa y dejarla pachoncita —

Oscar sentía esto ridículo incluso trató de alcanzar hacia la puerta pero era imposible.

— Bien, solo si me prometen hacer las paces, vamos no quiero terminar como ese sillón— Oscar señaló al mueble quemado.

Jim solo afirmó.

— Solo si me traes un postre, tengo hambre — Mildred pidió inclemente.

No tenía opción y a Oscar le tocó aceptar — Bien iré a poner la tina para que se limpien y ustedes recojan un poco el desastre que hicieron —

Ambas solo afirmaron.

Oscar se retiró al baño a preparar la bañera para este par y cambiarse de pantalones, no podia salir a la calle de esa manera.

Cuando este par estaba solo Jim quería usar su magia para limpiar pero fue detenido por Mildred — que haces? —

Jim miró confundida — Limpiar con magia —

— Bien, Lección uno tu padre no tiene magia si haces todo por él se sentirá inutil a la larga es algo que he aprendido, todo mundo quiere sentirse útil — Mildred le aventó un trapo a Jim — Además debes aprender a no depender de la magia.

Muy de malas Jim tomó el trapo y con una torpeza sin igual medio limpio la comida que se había derramado mientras Mildred recogía los desechos de mayor tamaño.

— El baño está listo— Oscar habló mientras salía ahora ya limpio con otro cambio de pantalón. — Iré por más comida y tu postre Mildred, solo por favor no destruyan el baño —

Oscar salió del lugar dejando a este par solas.

— Que esperas una invitación — Mildred señalo a la niña.

Jim muy arrogante sacó su varita — No pienso entrar al baño contigo, tengo magia para ... — Su varita se había transformado en rana — Ahhh!!... que hiciste! —

— Asegurarse que no me ataquen con magia por la espalda y enseñarte de los las habilidades básicas sin magia — Mildred señalo — Entra ahora y haras que Oscar se vaya a la posada y sabrás lo que es vivir los tres meses que siguen sin magia con una bruja muy malvada —

Jim estaba molesta pero era más que claro que estaba arrinconada esta bruja enana era más que poderosa para dejarla indefensa, cuando Jim entró al baño ella miro algo que no tenía ganas — Que haces — Mientras esta se tapaba la cara.

— Que no ves entrando a la ducha — Mildred comentó molesta.

— pero ponte algo, tienes a un invitado — Jim comento aun tapándose la cara.

— Que lastima — Mildred sonrió con malicia, usó su magia para sellar la puerta — Ahora ven acá —

Jim no pudo reaccionar a tiempo, la puerta no se podía abrir y una nudista estaba por atacarla y ella estaba indefensa sin su magia.

— Noooooo!!! — Jim no tenía a donde correr.

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Oscar no perdió el tiempo y compro la comida sin ningún contratiempo, un par de postres y una cerveza para el, se tomo un poco de tiempo el quería pensar las cosas, y después de mortificarse con unas cuantas cosas, las cosas positivas comenzaron a resurgir con mayor brillo opacando a lo negativo.

— Tal vez no sea tan malo — Oscar no se percató cuando ya estaba frente a la puerta de su casa, así que solo sonrió un poco pensando que las cosas podrían ser mejor de lo que parecen.

Cuando Oscar abrió la puerta la escena era algo surrealista, Jim corriendo solo en trusa huyendo de Mildred quien su falta de ropa no parecía importarle.

— Que les pasa a ustedes, están mojando el piso de toda la casa — Oscar comentó molesto.

Esto solo distrajo a Jim lo suficiente para que Mildred la capturara y llevara a rastras de regreso al baño a la chica.

Después de escuchar los gritos y lloriqueos de Jim, Mildred se asomo por la puerta — Aquí está la ropa de ambas, no olvides poner suavizante extra y pon sus tenis a secar — Mildred solo cerró la puerta dejando a un Oscar más molesto que de costumbre.

Retomando el rumbo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora