Parte 5 Primera cita? o solo una venganza?

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El poder tiene su costo.

Recuerdas esos días en la escuela donde el más bravucón de la escuela daba sus paseos por la misma y por miedo todo mundo se hacía a un lado, bien en estos momentos Oscar se sentía de una manera similar y todo gracias a una pequeña amiga que ahora lo acompañaba.

Cuando llegó al restaurante al ver la cara del encargado y los comensales no tenía precio, este se puso pálido y no pudo negarle el servicio a Oscar, bien esto sería divertido e inclusive satisfactorio hasta que noto que la gente estaba escapando de ese lugar, incluso el mismo encargado a pesar de todo Oscar no dejo disfrutar de su comida el dia de hoy se sentía intocable.

— oye Mildred te gustaría conocer la empresa donde trabajo? — Oscar quería saber que tanto alcance tenía su nueva amistad.

— Siempre y cuando me invites un helado — Mildred estaba relativamente feliz.

Por algún motivo a Oscar le gustaba la idea, era agradable no tener que lidiar con los prejuicios del lugar y solo pasar el día tranquilo, eso al menos por el momento calmo la sed de venganza de Oscar.

El paseo en el muelle resaltaba la belleza del lugar y la serenidad del mar era relajante.

Mildred le daba una guia turistica del lugar, desde las primeras casas construidas en el pueblo, las anécdotas que pasaría a ser un relato para los habitantes del lugar hasta la misteriosa isla que no estaba demasiado lejos de la costa pero que por las corrientes se pedía a los turistas no acercarse demasiado, aun así era una vista hermosa.

pero se repetía una constante, la gente estaba aterrada, solo se alejaba de ella incluso el heladero cerraba el local al ver a Mildred.

Oscar no pudo evitar sentir algo de empatía, a la pobre chica así que lo mejor que podía hacer era comportarse de manera natural, hacerle sentir bienvenida a pesar de ese recién adquirido miedo a la vida misma, tiene que ser algo tan terrible que tiene literalmente a toda las personas aterradas.

— Bueno basta de tanta guia turistica y cuéntame algo sobre ti — Mildred cambió su postura para escuchar con mayor atención — A este pequeño pueblo sólo llega gente rara y uno que otro turista perdido—

— Bueno, vengo de la capital, en la misma empresa de paquetería pero recientemente me ascendieron, y parece que todo se ha ido al caño — Oscar comenzó a sonar pesimista.

— Parece un día difícil — Mildred recalcó.

— Bueno mi auto ahora es una pila de auto partes, creo que hice llorar a una joven llamada Oddjobs y parece que todo mundo me odia, suspendieron las actividades de la sucursal y parece que hay algo turbio en ella.

— Lo se esa empreza solo es una fachada — Mildred lo comento con demasiada naturalidad.

— Lo suponía — Oscar comentó algo resignado.

— Vas a escapar? — Mildred lo dijo en tono burlesco.

— No puedo, mi hermanito y mi madre dependen de mí — Oscar le comento algo angustiado.

— Eso es tan tierno — a Mildred le pareció conmovedor.

Oscar soltó una risa falsa — Y bueno ahora todos me detestan o me tienen miedo, este lugar es una locura —

—Te acostumbras, además que siempre hay cosas peores— Mildred comento algo apática.

— ¿Peores? — Oscar comenzó a imaginarse que en este pueblo no solo la mafia controlaba la región si no que aqui terminaban desapareciendo algunos cabos sueltos.

— Si mi hermana, a ella la amo y no la cambiaría por nada pero a veces es demasiado sofocante, odio que me trate como a una niña indefensa — Mildred se percató que Oscar la miraba con algo de escrutinio — Si no soy tan alta y eso que ya soy mayor y eso no debería de molestarme, no tanto como mi molesta hermana —

Retomando el rumbo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora