Cap 56 tributo

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A veces solo es un capricho.

En este universo el mismo tiempo puede ser un ente caótico, voluble, manipulable pero sobre todo caprichoso, en un momento y tras muchos sacrificios los seres mágicos lograron llegar a un acuerdo, un simple tributo era un simple recordatorio que jamas deben olvidar su promesa pero como todo en este mundo se olvida, se confunde o simplemente se distorsiona.

El mismo tiempo se divierte con la desgracia ajena, con la fortuna de algunos tanto que no se sabe si está solo jugando o mirando como te hundes en la más aberrante desesperación, claro en el peor escenario posible, en el mejor solo te mostrará la infinidad de destinos solo para ver como terminas en una versión de ti mismo que jamás habrías imaginado.

Excepto si conoces un secreto, uno que Erizo descubrió, uno que forzaba al mismo tiempo a mirar a otro lado mientras tú podrías ofrecerle un tributo.

Así Erizo rodeada con la energía condensada de 50 brujas que danzaban a su alrededor como pequeñas esferas que poco a poco se iban desvaneciendo en el ambiente, no hacía falta hechizos, pues el tiempo mismo ya lo sabia, no habia peticiones pues el mismo tiempo ya lo sabia.

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En la comunidad las alarmas estaban encendidas, temblores se sienten en todas partes, partes de la montaña se desgajan y chocan con la protección mágica del lugar.

Alice tenía dominada a esa niña con magia de fuego, si bien limitaba el hechizo ella quería que Mildred fuera testigo, que estuviera impotente ante la pérdida, el único pensamiento de Alice es que ella viva en carne propia la pérdida como cada una de las familias que ella tuvo que consolar, que tuvo que escuchar sus reclamos y pesares.

El fuego se arremolinaba alrededor de esa simple cúpula que Jim había convocado para proteger a su padre, pero esto iba más allá de sus simples capacidades, no tuvo tiempo, todo fue tan rápido.

— ¡Vamos aguanta!! — Jim se quejaba pues su barrera se empezaba a resquebrajar con forme pasaban los segundos.

— ¿Por qué? — Jim quería gritarle a la bruja Alice pero el calor que se filtraba le quemaba la respiración.

pronto ella misma notó que su pelaje, su ropa e incluso su varita empezaban a desprender humo por el calor, solo lagrimas de desesperación era lo único que evitaba que cerrara los ojos, hasta que en un momento cuando se escuchó un último crujido la barrera cayó, el fuego que se arremolinaba rápidamente cayó sobre este par.

— Es una lastima — Alice miró como el fuego se disipaba dejando solo dos figuras carbonizadas.

A Alice le dolía, pero era un sacrificio necesario, claro hasta que noto la presencia de su objetivo.

— Que se supone le haces a mi jardín — Mildred comento sin preocupación alguna aun con el cabello mojado y una toalla que la cubría.

Alice no dudo un segundo y volteo a ver dónde estaban ese par carbonizados — A donde fueron — esta susurro, solo un segundo esta entró frenesí, sabía que era una trampa, no tenía tiempo con un grito lleno de odio invoco la llamarada más grande que una manzana completa si debía volar la mitad de la comunidad que así sea.

Pero a pesar de ello Mildred se veía literalmente mas serena como si esto solo fuera una mala broma y no fue a mal, de la nada un enjambre de pequeñas naves empezó a rodear a Alice.

La bruja dejó que su hechizo cayera mientras ella escapaba a toda velocidad, transportándose y volando tan rápido como su escoba se lo permitía.

Esa gran llamarada ya estaba cayendo pero con un simple chasquido un remolino de nubes sofocó esa inmensa esfera de fuego.

— Puedes apurarte en arreglarte — Comentó Susie quien estaba cerca junto a Betsy — que no puedes usar tu magia para arreglarte —

— Es aburrido — Comento Mildred.

— Y dónde está la niña, no se supone que está a tu cargo? — Susie comentó algo molesta.

— Oscar con un carajo deja de hacer drama y recojan este lugar mientras salgo!!— Mildred comentó mientras regresaba a la casa a terminar de vestirse.

De entre las cenizas Oscar quien había abrazado a Jim para protegerla se levantó como si nada.

— Estuviste increíble Jim — Oscar estaba emocionado.

— ¿En serio? — La alegría de la chica era innegable se paró orgullosa — Si papá cree que es genial vale la pena el olor a quemado —

Cuando Oscar se percató el resto de su ropa estaba cayendo completamente carbonizada.

— Bonito trasero — Comentó Susie desde su escoba.

Tratando de aguantar la risa y tapándose la cara Betsy señaló — Oscar por favor ponte algo de ropa —

Oscar apenas se dio cuenta y alcanzó a cubrirse mientras salía huyendo de vuelta a casa.

Jim también se tapó la cara pero se limitó a no decir nada mientras se sonrojaba.

— Amm Jim, creo que debes regresar dentro tu ropa no aguantara — Betsy le aviso mientras le aparecía al lado una maleta llena de pociones — No olvides untar grandes cantidades para que no queden quemaduras en el pelaje —

— No puede ser acabo de comprar mi ropa, gracias tía Betsy — Jim salió a toda prisa su ropa carbonizada no aguantaría demasiado.

A los pocos minutos un grupo de naves regresaban conteniendo con una cuerda mágica a Alice quien estaba realmente molesta y su mirada estaba llena de odio.

— Ella va a estar bien — Betsy comentó preocupada.

— Solo un poco de arresto domiciliario — Comento tranquilamente — No es el primer habitante que pierde la cabeza o que ha intentado asesinar a Mildred.

— Si recuerdo algunos ataques — Comentó Betsy mas aliviada.

— Eso si es la primera que cae en una trampa tan simple — Susie se burló de su amiga.

Susie y Betsy tomaron rumbo a la sala de reuniones de la comunidad junto a su amiga que estaba completamente sometida ya que sus cuerdas casi asemejan un capullo.

Dentro de la casa Oscar esperaba con una toalla su turno de usar el baño pues Mildred aun no salía.

Jim también estaba esperando de la misma manera.

Cuando Mildred salio radiante con su vestido negro, esta se robo la atencion de Oscar y Jim.

— Espero que lo pagaras con tu dinero — Comentó Oscar mientras notaba que ese traje se veía más fino de lo normal.

— Se te ve bien — Jim comentó tranquila.

— Bien no me esperen esas reuniones son eternas — Mildred se despido pero no antes sin felicitar a la niña despeinando su cabello — Buen trabajo —

Mildred desapareció con un simple puff.

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Los desastres fueron controlados sin ninguna baja entre la población, el actuar fue simple y discreto, la manipulación de medios se aseguro que nadie entrara en pánico y solo fuera una curiosa coincidencia.

En un lugar lejano entre las montañas.

Un grupo de naves y varios seres mágicos llegaban con el fin de catear el escondite de Erizo pero lo que encontraron fue una escena bizarra.

Un cadáver completamente momificado que parecía llevaba siglos en ese lugar era casi imposible reconocer de quién se trataba y no muy lejos el cuerpo sin vida de la bruja Ramona, en ese momento todos se detuvieron a mostrar sus respetos, sin duda este sería un golpe muy fuerte para la comunidad sobretodo para las brujas que hoy sus números son mermados nuevamente.

Retomando el rumbo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora