Parte 34 Un cruel destino

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Oscar estaba sentado en el sillón analizando nuevamente, quién está mintiendo y cuál era realmente la jerarquía de poder en esta empresa.

Cuando Oscar volvió lo primero que hizo Erizo muy nerviosa fue hacer una revisión médica de rutina, presión, azúcar, colesterol e incluso el corazon, ademas que tomo una muestra de sangre.

Después de que ella terminó comenzó a interrogarlo pero a diferencia del día anterior ella era un manojo de nervios e inseguridades, ella quería saber si había visto algo interesante en estas horas.

Oscar le reclamó primero, ella se disculpó y en ese momento se dio cuenta que no era la misma Erizo con la que había tratado en la isla, era muy torpe.

Pero como le menciono que ella se encargaba de la medicinas él decidió cooperar, le explico todo lo que había sentido, y lo que vio, contó cada detalle el estaba seguro que lo estaban usando como conejillo indias y tras ver a estas tres invitadas discutir Erizo confesó

Oscar tenía razón, le dieron una droga experimental para la ¿gripe?... ok para Oscar fue raro y definitivamente recomendó no usar este medicamento.

Pero lo mejor de la noche fue ver a Mildred regañar constantemente a Erizo al grado de jalarle la oreja, en algún momento sintió pena por su amiga parecía que casi se le iba al cuello así que hizo lo más inteligente que se le ocurrió, esconderse en el baño.

— Así que mentías Erizo — Oscar concluyó — Entonces la niña.

Oscar respiro aliviado y era sobre todo la ligereza que le daba deshacerse de la culpa, la chica era simpática, quien sabe tal vez Erizo solo quería complacer a la chica, Oscar había decidido reclamarle pero por otro lado era su amiga y hasta gusto le daría que lo llamara tío Oscar.

Siguiendo a la observación de roles, Erizo estaba siendo claramente denigrada por un superior, Susie por otro lado se mantenía neutral, parecía broma pero mientras su hermana encabronada como un chihuahua enfurecido ella disfrutaba el show con palomitas en mano.

Y Erizo no estaba en la mejor posicion, la estaban humillando mas que a una secretaria incompetente, asi que Oscar como amigo de Erizo decidio intervenir.

Erizo estaba de rodillas casi lloriqueando y Mildred le gritaba con el puño levantado, Oscar le tomó la mano y cubrió su puño y con una voz seria y un tono grave pero amable le pidió gentilmente a su amiga un poco de empatía — Mildred no crees que es suficiente, Erizo esta.... —

— Haaagg — Fue lo único que salió de la boca de Oscar un puñetazo poderoso y brutal en la boca del estómago le saco el aire a Oscar, haciendo que cayera al suelo por el dolor y tratando de respirar de nuevo.

Mildred ahora más enojada tomó a Oscar por el cuello de la camisa y lo llevó arrastrando a su habitación y esta azoto la puerta dejando a un Oscar semi noqueado.

Erizo solo miró con pena a Oscar, Susie se moría de risa y Mildred solo terminó echando a estas dos fuera de la casa.

Una vez que se fueron Mildred estaba molesta y enojada consigo misma y con todos los que la rodean pero por otro lado empezaba a sentir culpa y en un pequeño atisbo de miedo.

Mildred se dirigió a la habitación donde Oscar estaba sentado en la orilla de la cama quejándose del golpe.

Oscar no tenía la intención de tolerar tal agresión y de inmediato se levantó a la ofensiva — Mildred tu crees que no me duele — Mildred solo se quedó en la puerta sin decir nada.

— Además esa no es forma de tratar a Erizo, no se la circunstancia pero ella es mi amiga y haaa ni cómo defenderla, bien olvida a Erizo al menos un poco de tacto — Oscar se quejo mientras se sobaba del golpe.

Mildred aun en la puerta solo susurro — Bien lo siento —

Oscar no alcanzó a escuchar a pesar de su buena audición.

Mildred solo salió de la habitación y regresó a su pequeña casa de campaña que está en la sala.

Oscar trató de procesar todo un momento y algo le decía que tenía que acercarse aún más, pues si quisiera seguir peleando ya lo habría sometido desde hace mucho tiempo.

Cuando Oscar salió de su habitación solo miro como Mildred entraba a su tienda de campaña y la cerró, en parte de su enojo se cambió a una simple risita, se comportaba como una niña pequeña.

Oscar fue al refri y tomo un par de latas de la cerveza favorita de Mildred y le dejó una justo en la entrada de la misma, este se sentó un poco más adelante — quieres contarme que paso, te prometo escuchar—

Oscar esperó un rato y comenzó a beber esperando respuesta, pero nada.

En un momento de descuido la lata ya no estaba a su vista y eso le generó una sonrisa a Oscar.

—Solo estaba preocupada — Mildred comento más calmada aun dentro de su casa de campaña.

— Estoy bien solo fue un mal viaje, además con la regañada que le diste a Erizo dudo que tenga ganas de volver a intentarlo — Oscar comentó mientras tomaba otro trago.

Mildred estaba en silencio y ella estaba realmente molesta, condenaron a Oscar a seguir en este mundo en contra de su voluntad, en algún momento tendría que afrontar el dolor de la pérdida, de ver partir a otros, y ella lo sabía de antemano.

Ella recordó cómo pasaban las generaciones y siempre era lo mismo, un dia saludaba un niño de una aldea y tiempo después se entera que tuvo ya una familia y en el mejor de los casos muriendo por vejez, ahora lo habían condenado a vivir la misma tragedia y eso le pesaba.

— Mildred, te traje otra lata — la dejo en la entrada como en un principio esta vez dándose cuenta de la mano de Mildred quien la había tomado.

Oscar alguna vez te has preocupado por el futuro — Mildred comentó desganada.

— Si, fue justo en el momento en el que me di cuenta que me necesitaban, mi familia pasaba por tiempos complicados y no tenía más opción que pensar en el presente para dejar de darle tantas vueltas— Oscar comentó casual mientras seguía tomando. aveces quisiera que el tiempo se detuviera en esos momentos donde he sido más feliz —

—¿En serio? Mildred comentó tranquila.

— Se escucha cursi pero desde que llegué a este lugar han pasado tantas cosas que quisiera que el futuro dejara de acosarme— Oscar comentó tranquilo.

— Si este lugar es algo especial — Mildred comentó más animada.

— Quisieras saber cual fue mi recuerdo favorito — Oscar comentó en otro tono que incluso Mildred no pudo evitar sonrojarse un poco.

Mildred abrió la puerta de su casa de campaña — ok suficiente—

— Mildred pero qué estás pensando — Oscar se rió un poco — Es otra cosa que me hubiera gustado terminar — Comentó Oscar muy casual.

— Bien niño cursi, dime de qué trata — Mildred tomó su botella y tomo todo de un trago.

— solo si prometes no enojarte — Oscar le comento juguetonamente.

Aun con un poco de desconfianza Mildred se sentó — vamos desembucha—

Oscar se acercó disimuladamente — Te acuerdas cuando visitamos Erizo por primera vez —

— Si mi hermana casi te deja como coladera — Mildred se rió un poco.

— Lo sé, si no hubiera llegado a tiempo yo habría hecho esto ... — Oscar con la velocidad de una fiera se lanzó sobre Mildred en un ataque brutal de cosquillas.

— Noo.. haha... deja.. jajaj Oscar basta — Mildred se retorcia ante la tortura de Oscar.

Pero Oscar no se detenía, Mildred se arrastró como pudo y se safo temporalmente, ella trato de buscar refugio en su casa de campaña hasta que noto que algo detenía sus pies.

— Noo, detente, no lo hagas Oscar — Mildred comentaba en panico.

Un ataque masivo de cosquillas torturó a la pobre chica hasta que no tuvo opción de resignarse a su fatídico destino.

Retomando el rumbo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora