Cap 51 El peor dia de Jim

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Jim en su corta vida nunca se había sentido tan humillada.

La joven bruja pocas veces se había sentido tan vulnerable, en este caso no era la falta de magia como castigo de su madre, era estar a merced de esta arpía que se había pegado a su padre como la vil sanguijuela que esta era.

Como si fuera un predador de la selva que se divertía molestando a su pequeña presa antes de devorarla, así se sentía Jim en estos momentos.

Compartía una tina de baño con una bruja unos escasos centímetros más alta que ella, está ya la había despojado de su dignidad y había arrastrado a la ducha como si un prisionero se tratase Jim sentía que este realmente era el peor dia de su vida.

— Listo, es curioso como es que tienes el cabello más suave que el de tu madre, el cabello de Erizo siempre me dio problemas — Mildred se quejo.

— A qué te refieres, la conociste — Jim comentó en tono bajo y molesta mientras un poco de agua enjuagaba el resto del jabón de su cabellera.

— Bromeas verdad yo fui su maestra personal de magia durante más de cinco años — Mildred comentó orgullosa.

— Mentirosa — Jim se quejo — Mi mamá me lo habría dicho —

— Digamos que no terminamos en los mejores términos — Mildred comentó relajada.

— Se nota, eres una arpía — Jim comento aun bajo el chorro de agua.

— Definitivamente tendré que reprender a tu madre por tener a una hija tan maleducada — Mildred tomó un poco de shampoo y procedió a lavar su cabello.

— mi mamá me dijo que su maestra era una de las brujas más versadas y estrictas en la enseñanza de la magia — JIm comentó calmada.

— Le dare puntos por barberá — Mildred comentó con una sonrisa— Aunque puede que me pasara un poquito de la mano —

Jim suspiró nada perdía — Bien dime que es lo primero que piensas sobre las agujetas del zapato —

— Jajaja, no espera aun sigue lloriqueando de eso — Mildred apenas y podía controlar su risa.

— Bien te contaré, un día tu madre comenzó a utilizar su magia para todo, para evitar caminar, para evitar hacer alguna labor incluso una vez hasta para ir al baño solo por la flojera en la que había caído.

— No creo que mi mamá hiciera esa salvajada — Jim reclamó.

— Eran días complicados para tu madre, pero aun seguía en entrenamiento y una depresión leve no sería una excusa, bueno eso pensaba en esos días, era una cosa complicada — Mildred trato de recordar.

— Bien y que paso con las agujetas — Jim no le creía pero quería saber.

— bueno es un poco diferente como pensaba en ese entonces así que mande a tu madre a un reto, le quite su magia y la obligue a amarrar agujetas unas quinientas veces — Mildred comentó con reserva.

— Es todo no suena a historia traumática — Jim mencionó

— Bueno creo que fue mientras era perseguida por una jauría de jetys rabiosos y mientras le lanzaba bolas de fuego y creo que si me pase de la raya — Mildred solo suspiro — Creo que debo disculparme con ella —

— Solo ese reto verdad? — Jim comentó.

— sabes creo que mejor hay que dejar esos detalles de lado — Mildred recordó un poco que Erizo había sido golpeada por esos Jetys y su magia en varias ocasiones antes de terminar su ridículo reto.

— Mamá dijo que fue traumático pero que nunca se lastimó — Jim reafirmo — Y que fueron conejos mentirosa —

— Si creo que empecé con conejos y luego otro tipo de ser que la acosara fue divertido— Mildred pensó que realmente tenía que disculparse nuevamente con todos los campistas.

— Como sea son solo cosas blancas y sabían correr — Jim comento ya más tranquila.

Jim observó un momento su reflejo en el agua y pequeñas memorias de hace unas horas le llegaron a la mente, esa pequeña placa, esos tubos de ensayo le dejaban más dudas que respuestas.

— bien solo te creeré si me cuentas como era madre cuando estaba estudiando contigo y cosas que solo su maestra sabría — Jim le exigió a su rivan.

Una apertura pensó Mildred así que realmente se esforzó para contar cada detalle de manera simple, algunas cosas que incluso a Erizo le daría vergüenza contar esto incluye un peluche tamaño gigante de un chico elefante que la chica tenía en su cuarto.

Jim estaba un poco incrédula escuchaba cada palabra como si en alguna parte de esa sarta de mentiras existiera una leve posibilidad de que ella no estuviera mintiendo aun asi ella dudaba.

— En conclusión eres solo una farsante — Jim arremetió en ningún momento comentaste su hábito de hablar sola además madre me dijo que cuando aún aprendió magia podía hacer esto, que ya no lo hace por que se fracturo la mano en una sesión de magia— Jim se torció el dedo demasiado hacia atrás para demostrar que es ese detalle único y que solo su verdadera maestra sabría.

Mildred miró con incredulidad — Sabes que, tienes razón me descubriste soy una mentirosa— Mildred solo le saco la lengua.

Sin dejar que la discusión se ampliara se escucho como Oscar tocaba la puerta — Ustedes dos apurense tengo que usar el baño—

— Largo estamos teniendo un momento de chicas — Mildred comentó.

— Ya salgo comentó — Jim quien sin dudar tomó una toalla y salió del baño.

Oscar miró aliviado y sin más entro ..... Cinco segundos después.

— Eres un asqueroso Oscar — Mildred salió del baño aun con la cara roja — Tienes visitas compórtate —

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Jim miraba con duda, la ropa seguía mojada si ya la habían lavado.

— ¿Pasa algo? — Mildred comentó.

— ¿Por qué no la secas con magia? — Jim estaba curiosa.

— Es curioso pero pierde la suavidad del lavado — Mildred comento mientras revisaba un cajón y tomó un par de boxers viejos — te presto uno de los míos mientras se seca tu ropa — Mildred se puso su viejo boxer y se dirigió al cuarto de Oscar — Vamos por mas ropa limpia —

— Bromeas, esto esta viejo y tiene agujeros — Jim mencionó indignada.

— Tu decides, también puedes ir desnuda dudo que tu padre te regañe por eso — Mildred comentó burlonamente.

Jim ahora con el orgullo aún más destrozado no tuvo opción y siguió a esa maniaca.

— Jim apresúrate— Mildred le grito, cuando observó que jim se asomo por la puerta esta le lanzo una playera enorme que facilmente se podria confundir con una bata de dormir —Pruebatela es de Oscar—

Jim miró como Mildred se dirige al comedor y a ella no le tocó más que seguir su rastro.

— ¿Por qué se parece a mi ropa? — preguntó oscar quien veía a este par.

— Era tu ropa, no tengo mas aqui tu niña quemo todas mis cosas — Mildred señalo a Jim — Lo agregare a tu deuda—

— Deuda, aquí la única que debe dinero eres tu — Oscar señaló.

— Detalles, detalles, como sea tengo hambre — Sin pena ni gloria Jim y Mildred firmaron una tregua no verbal para convivir juntos por lo menos en estos días.

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Esa noche antes de dormir fuera de la casa, Mildred llamó a Susie de emergencia.

— Tenías razón — Mildred comentó algo preocupada.

— Manda a los pequeños, que cateen cada laboratorio y área de trabajo de Erizo — Mildred comentó firme.

— Avisa a las demás, hablaremos con esa bruja — su preocupación es palpable — Tengo que ser responsable—

— pídeles además a los alien que sean discretos y que manden a un investigador mañana, hay que localizar a los padres de esta niña, si lo comprobé tiene rastros de control mental —

— Basta Susie, no es su culpa yo soy la única responsable de los campistas— Mildred suspiro — que sean muy discretos, la niña no tiene la culpa— 

Retomando el rumbo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora