«No seas tonta»
«No seas tonta»
«No seas tonta»
Este era mi apartamento y no podía sentirme más ridícula por permanecer en mi habitación.
Yo no fui la que se equivoco, fue Ricardo, él no merecía pasearse por todo mi apartamento y yo estar recluida en una sola habitación.
Aún así no me moví de la puerta hasta que escuche que Ricardo salió del apartamento. Desde que Ricardo estaba viviendo conmigo no dejaba de agradecer que mi padre hiciera las cerraduras tan ruidosas.
Salí del cuarto y fui directamente hacía el telescopio. Mire, la mujer del 308 no estaba con su habitual pijama, tenía un vestido claro y estaba yendo a tomar el vaso de agua para salir. Fue toda una sorpresa, al menos que fuese para hacer el mercado ella evitaba las salidas diurnas bajo cualquier medio.
Pero las sorpresas del día no terminaron ahí. La salida del complejo de este edificio estaba del otro lado, lejos del campo de visión de la ventana, por eso ver a Ricardo en la caminería fue una imagen que hizo que ajustara la visión del telescopio.
Él no se movía, pensé en llamarlo, pero seguía molesta con él. Del edificio salió la mujer del 308, mirarla al lado de Ricardo causó una sensación de malestar que me hizo tomar el teléfono, pero una vez más, marcar el número de Ricardo se quedó en un pensamiento.
Los vi, desde la distancia ambos lucían de la misma altura y caminaban con el mismo ánimo fuera de mi campo de visión.
«No eres tonta»
—El tonto es Ricardo, por no cumplir su promesa —me dije.
El recordatorio de la estupidez de Ricardo me persiguió durante todo el día, no podía ver a la vieja del 315 esparcir polvo contra garrapatas en el borde de las paredes del apartamento con tranquilidad, tampoco pude ver al hombre del 298 en medio de su viaje astral mientras su skin era acribillado en pantalla, sin pensar que eso sería algo que haría Ricardo.
«Ricardo; Ricardo; Ricardo»
Quería verlo y gritarle tanto que no quería que llegara jamás. Vague por el apartamento. Tenía mucho tiempo que no lo hacía, limpie y cambie los restos de sal en las esquinas y vi una mancha de café en la mesa.
Después de limpiar toda la sala y la cocina aún faltaban un par de horas para que Ricardo llegará de sus clases, si es que estaba en clases. Ya no podía confiar en él.
Pensé en dejar sus platos sucios en el lavavajillas, pero la visión me resultaba más molesta que lavarlos y termine colocando todos sus platos sucios sobre la cama de Ricardo.
Me parecía una buena venganza por mentirme, con aquello debería entender que hizo mal.
Antes de la hora de salida de Ricardo. La mujer del 308 apareció en su apartamento. Iba sola y con una bolsa pequeña de compra.
Estuve atenta a la llegada de Ricardo, aunque si tomaba la entrada normal no podría verlo a través del telescopio y solo podré saber que llegó cuando comience a abrir las puertas.
Esperé unos minutos, estaba lista para lanzarme al interior de mi habitación cuando la llave entrará en el primer cerrojo.
Pero eso no pasó. La mujer del 308 había salido con Ricardo pero llegó sola.
Al menos era reconfortante intuir que Ricardo priorizaba una clase.
Durante la siguiente hora no dejé de estar atenta a la posible llegada de Ricardo y para mi propia tranquilidad me encerré en mi habitación con varios emparedados hechos y una botella de agua.
ESTÁS LEYENDO
308
FantasyDentro de mi apartamento estoy protegida de todos los peligros, pero no de ella.