✨Aemond Targaryen✨ One shots Vol. 1

7

La reunión con Lord Borros Baratheon no estaba yendo bien. Desde el momento en que crucé por esa puerta y mi mirada se cruzó con la de Aemond, supe que esto no iría bien para mi.

Aemond mantuvo una expresión altanera y orgullosa, con una media sonrisa estúpida que me habia querer golpearlo.

—Así que la casa Targaryen viene a recordarme el juramento que mi padre un día hizo... —Por el contrario de como cualquiera podría estar antes esta situación, me encontraba serena y tranquila, era conciente de que no sacaría nada— Al menos el rey Aegon vino con una generosa propuesta de matrimonio, es lo mínimo que tu reina pudo haber hecho si consideraba el tener nuestro apoyo. ¿Si aceptara tu reclamo, quien se casará con al menos una de mis hijas?

—Me temo que mis hermanos ya están comprometidos y en mi caso la ley natural, las leyes y mis gustos no me permitían casarme con alguna de sus hijas, mi lord. —Baratheon sabia muy bien que estaba burlándome de la situación.

—En ese caso me temo que no puedo hacer nada por ti.

—Espero sepa muy bien el lugar que escogió. —mas que una alerta, era una amenaza. Algo muy estúpido de mi parte pero que sepa que esto no se olvidará.

Tan pronto pronuncié esas palabras, me di la vuelta para abandonar el lugar.

—¡Alto! Aun hay algo que no se ha discutido —la voz de Aemond me detuvo.

—¿Ahora que quieres? —Me volví un par de pasos.

—Sabes muy bien lo que quiero —se quitó el parche, dejando ver un zafiro en la cuenca donde debería estar su ojo— Un ojo por un ojo, no eres Luke pero me da igual. —lanzó una saga al suelo con violencia, había quedado a pocos pasos de mis pies.

—Te vez bien, primo. Diría que hasta mas caliente —sonreí con burla— Y tu bien dijiste, no soy mi hermano. Esto no me corresponde.

—¡No me importa quien sea, alguien debe pagar! —se acercó a gran velocidad hacia mi, lo cual me hizo retroceder pero me planteé firme cuando apuntó con la misma daga en mi rostro— Aun cuando me apena tener que desfigurar tu hermoso rostro, princesa.

—¡Y a mi me importa mucho menos tu deseo de venganza!

—¡Basta, no voy a permitir que se derrame sangre en mi casa! ¡Escolten a la princesa hasta su dragon!

Antes de que eso ocurra decidí enfrentarlo una vez más, solo para hacerle hervir la sangre un poco mas.

—Admite que esa rabia y enojo que sientes por mi es debido a que no puedes tenerme —me había acercado peligrosamente a su cara, aun mas a sus labios— Jamás lograste soltar la falda de mamita y ser un hombre con los huevos bien puestos, dispuesto a tomarme como esposa.

La daga seguía filosa y mortal frente a mi mandíbula. Sentí el filo acariciar la piel por un momento.

—Y me temo que tendrás que tragarte tu furia por que yo me iré de aquí, tomaré a mi dragón y nos iremos tan tranquilos, y tu no vas a hacer un carajo. —hable con extraña tranquilidad.

Podía ver las llamas en su ojo, hasta puedo decir que por poco soy capaz de sentir el fuego arrasar con su interior.

Sonreí con suficiencia y aun con el peligro latente de ser apuñalada por la espalda, me di la vuelta abriéndome paso entre los guardias caminando con calma hasta la salida.

Fuera me esperaba un ansioso Vermithor, a la espera de sacarme de allí. Junto a Vhagar no dejaban de gruñirse y provocarse.

—Tranquilo mi valiente dragón, pronto estaremos en casa.