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Corro por los jardines buscando a mi príncipe. Al verlo, apresuro el paso y sin darle tiempo a reaccionar, me lanzo sobre él y ambos caemos sobre la hierba húmeda.

Río a carcajadas y Aemond se queja mientras intenta recomponerse.

Estoy a horcajadas de él, con las manos sobre su pecho. Una enorme sonrisa adornando mis labios.

Aemond parece admirarme, me observa con cierto encanto. Sus labios se curvan levemente. Sus manos me acarician los brazos con suavidad, continúan hasta posarse sobre mi cintura y tengo que luchar contra el temblor que provoca.

El sol está detrás de mi y eso parece enmarcar su visión.

––Me encantaría encontrar las palabras para describir lo que pienso.

––Tu mirada lo dice todo, no necesito nada más.

El ruido de pisadas y voces me asustan, me levanto tan rápido que Aemond no logra procesar lo que sucede hasta que me ve de pie, acomodándome el vestido.

––Eso fue imprudente e inapropiado. ––digo.

––Arruinaste un momento perfecto. ––Se queja mientras se levanta.

Habla como si eso fuera cualquier cosa y no trajera consecuencias.

Lo miro por un instante y no digo nada. Vuelvo a mirar a los lados para asegurarme de que nadie nos está viendo.

La mirada de Aemond se pone en blanco un instante.

––Se de un lugar donde podremos estar libres de juicios y habladurías ––tiene una sonrisita pícara en los labios.

––¿Está insinuado algo mi príncipe?

––Si, que vayamos a un lugar más privado... Tengo tiempo sin verte y me gustaría ponerme al día.

Alzo una ceja sin perderlo de vista. Muy listillo de su parte.

––Vamos, Visenya. Solo serán unas horas, no te retendré allí por siempre. ––Le dedico una mirada de duda pero al final cedo.

––Está bien. Pero tendremos cuidado, nadie puede vernos juntos en un lugar tan solitario.

Aemond me toma de la mano y comienza a caminar algo rápido.

En cierto punto nos separamos y yo voy por otra ruta del castillo para llegar a la zona de habitaciones, como si fuese a la mía pero me desvíe al otro lado donde Aemond me espera frente a su puerta.

Aemond me toma de la mano y tira de mi para meterme en el interior del lugar.

––Eres un bruto. ––Digo entre risas.

Me acerco a él y le desordeno un poco el cabello. Lo lleva muy bien arreglado.

Por supuesto me quita rápido y se acomoda rápidamente. Me sujeta de las muñecas cuando ve que quiero intentarlo una vez mas.

Me da una mirada firme y solo cedo cuando se que no voy a poder.

De igual modo se mantiene alerta por si intento algo.

Me olvido de la idea y sigo con algo más. Salto y me dejo caer sobre su cama de espaldas.

––Que cómoda es, es mejor que la mía.

La cama se hunde por el peso de Aemond. Se sube sobre mi hasta quedar cara a cara, su mano se desliza por mi torso y los nervios me hacen temblar.

Me asusto y lo empujo para salir fuera de la cama, dejándolo allí. Él me mira con algo extraño en su mirada.

✨Aemond Targaryen✨ One shots Vol. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora