✨Aemond Targaryen✨ One shots Vol. 1

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Este no es un pedido, solo se me ocurrió escribir algo así y quiero publicarlo aunque haya dos antes de este
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Solo un comentario... Habrá pelea de espaldas ⚔️

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—Que mala racha tienes hoy, no has ganado ni una. —Comento en tono burlón en dirección del principe.

La pelea había sido bastante tranquila, nadie vino a curiosear como acostumbran.

Y justo ahora tampoco hay nadie alrededor para observar nuestra extraña interacción.

—Has hecho trampa, es fácil ganar así —tuerzo los ojos. Por supuesto que su orgullo no le deja admitir que es un perdedor.

—Por supuesto, si a estar distraído con mi encanto le llamas hacer trampas, entonces soy un tramposo, tío.

—Cállate —me amenaza. La daga de su cinturón ahora está en su mano, presionando la punta en mi abdomen.

—¿Que sucede? ¿He dicho algo malo?

Presiona un poco más y aunque duele no le doy el lujo de que lo sepa. Solo sonrío mientras lo observo.

La daga sube hasta mi cuello, espero que no crea que eso me hace sentir amenazado.

Vamos Aemond, puedes hacerlo mucho mejor.

Me gusta mantener está postura molesta y provocadora, él lo odia pero no puede mantenerse lejos.

Intento moverme pero mueve la daga y siento su filo.

—¿Hasta cuándo seguirás amenazándome con esa daga y tú cara estúpido? Se supone que esto es un entrenamiento y solo te veo hacer el ridículo. —Comienzo a reír cuando su expresión se vuelve más molesta.

—No me gusta que se burlen de mi, menos un niño mimado y estúpido.

—¿Te describes a ti mismo? Eso es extraño.

Lo empujo que fuerza haciendo que tropiece, aunque logra mantener el equilibrio.

Empujo su hombro al pasar por su lado. Dejo mi espada sobre la mesa con más armas.

Aemond se acerca con tranquilidad a la mesa. Sonriendo de lado como si hubiera ganado alguna cosa.

Mi mano se mueve rápido hasta su entrepierna y presiono.

La mueca de dolor es visible en su rostro.

—Uy, espada equivocada —vuelve a quejarse— Solo te diré que no quiero que vuelvas a amenazarme, no querrás despertar mi locura, tío. —Aprieto un poco más y le suelto.

Me alejo un poco, aún está recuperándose y es gracioso ver cómo está estático en el lugar.

—Un placer entrenar contigo, nos vemos mañana aquí mismo.

—Voy a destrozarte.

—Bueno, ya sabes dónde está mi habitación.

Agarro mi espalda y la guardo en su funda para luego irme.

Miro una última vez hacía atrás y en ese momento también voltea a verme.

Trata de discimular hablando con ser Criston pero puedo notar la tensión en su estilizado cuerpo.

¿Cuántas veces voy a fantasear con volver a tenerlo pegado a mi cuerpo, sus manos nerviosas sobre mi cintura y sus labios sobre los míos?

Solo sucedió unas cuantas veces y aún así me tiene inquieto. Más aún porque es algo a lo que nos resistimos y cada vez que sucede prometemos no volver a repetir.