62 pt.3

2K 245 19
                                    

Creo que estos días de duelo me han dado tiempo suficiente para pensar y reflexionar.

Realmente no estoy angustiada por la perdida de mi esposo, jamás lo sentí parte de mi vida y mucho menos le di la oportunidad. Él no me agradaba.

En realidad pienso en lo loco que es Aemond.

Él no se despega de mi lado ni del bebé, lo cuida y soporta dar largos y aburridos paseos conmigo solo para tenerlo en brazos. Muchos nos han visto y claro que sus lenguas se empezaron a mover enseguida de darnos la vuelta.

Los rumores son continuos y exasperantes. Incluso la reina vino a mi habitación a pedirme que deje de ver a su hijo, que le pida que se aleje de mi ya que él no parece escucharla.

Aunque mi corazón se rompió al escucharla decir que Aemond está hecho para algo más grande, para traer gloria a su casa con una gran unión... Que él merece más que una viuda.

Creo que soy egoísta o muy tonta porque sus palabras solo me hicieron aferrar más a Aemond. Además del hecho de que el príncipe tampoco se aleja de mi.

Miro a mi bebé que está en mis brazos, está despierto e intenta comerse su dedo mientras me mira. No sé porqué encuentro su mirada tan parecida a Aemond, tiene algo en la manera en que lo hace o solo es mi cerebro imaginando cosas porque se que es su hijo. Pero yo sé que se parece cada vez más a él.

Cuando cierro mis ojos y estoy a punto de dormirme la puerta se abre. Giro y me encuentro con Aemond, sostiene algo en sus manos.

Sonríe al verme y se acerca rápidamente. Me besa con suavidad y acaricia mis mejillas. También da un beso al bebé.

—¿Como está mi pequeño príncipe? —Lo toma en brazos. —Dime, Aenar ¿Has sido un bien niño hoy?

Aemond ha dejado de llamar a nuestro hijo Ronan y lo llama Aenar, porque es un príncipe Targaryen según él y merece un nombre como tal. No es como si me molestara, la madre de mi esposo me quitó la oportunidad de ponerle un nombre después de haber hecho todo el trabajo. Ni siquiera lo llamaba por ese nombre solo por resentimiento.

Aenar es un nombre más bonito y Aemond si tuvo la cortesía de preguntarme que nombres me gustaban más. Así que después de días, le dije que Aenar me gustaba más.

—Es el día, no quiero esperar ni un día más. —Agarro la bolsa que trae en una mano y miro adentro sin saber bien de que se trata. —Ya han pasado siete días desde su funeral, no le llorarás una eternidad.

Bueno, llevo un duelo triste para ojos de los demás. Aún tengo que mantenerme en esa posición o de lo contrario me harán más preguntas o las flechas apuntarán en mi dirección como me equivoqué. Por el momento nadie cree que yo tenga algo que ver, ni siquiera me vieron en el mismo lugar que él y muchos sirvientes dijeron que estuve todo el día en mis aposentos o no me vieron deambular por el castillo.

—Solo han sido siete días ¿Querés ser más obvio? Todo el mundo se dará cuenta.

—O puedo decir que en estos siete días, me enamoré perdidamente de ti y mis horas en tu compañía me hicieron ver qué eres la mujer de mi vida. —Se que se está burlando, solo quiero saber que le resulta tan divertido. —Que tan solo querías a alguien que te consolara y fuera tu roca en un momento tan oscuro.

—Si, todo el mundo sabrá cómo me consolaste durante este tiempo. Tan atento y bondadoso.

—Alguien debía de hacerte reír... O hacerte gemir. Ese idiota ni estando muerto te saca una sonrisa.

—Porque no soy tan psicópata. —Aenar por alguna razón ríe como si estuviéramos diciendo algo divertido.

—Pues él si me aprecia por lo que soy. —Pongo los ojos en blanco.

✨Aemond Targaryen✨ One shots Vol. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora