✨Aemond Targaryen✨ One shots Vol. 1

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One shot 5 pt. 2

Sigue con la perspectiva de Aemond.

La respiración se me entrecortó al verla entrar a la sala del trono vestida de novia, el vestido era completamente blanco y a su vez llevaba una capa bordada del mismo color. Todo en ella la hacía parecer un sueño.

Caminaba con lentitud del brazo de su primo Lord Cregan Stark.

Se notaban sus nervios desde aquí y era absolutamente adorable.

Podía sentir que estaba sonriendo como un tonto o eso pensaba porque mi amada me veía como si le intimidara, miraba a su primo, al suelo, a los costados para ver a los invitados aunque eso parecía intimidarla más y por último se fijó en mi ya que estaba a solo pasos del altar.

Tomé su mano con cuidado y entonces quedamos frente a frente.

El Septon comenzó a recitar los votos entre pausas para que nosotros lo repitamos y al final terminar diciendo que podíamos sellar la unión con un beso.

Estaba ansioso por eso así que no me hice esperar. Con una mano en su mejilla y otra en la cintura, la acerqué y lentamente me lancé sobre sus labios, nos unimos en un beso suave y cálido, un poco largo pero necesario para mí.

Al separarnos el lugar estalló en aplausos. Mi abuelo aplaudía nada más que por cortesía, podía ver en sus ojos como ya estaba haciendo planes dada nuestra unión y mi madre creo que podía ver esos pensamientos. Por otro lado Aegon la miraba con odio después de dejarle el ojo morado al intentar propasarse.

El resto de moretones y dolores me los debe a mi, es por eso que tanto la detesta. Al fin una mujer que no se deja llevar de él solo por ser el príncipe y eso lo enfurece.

Esta belleza norteña ahora es mía y solo seguiría protegiéndola y cuidando de ella como hasta ahora. Y espero yo ser suyo del mismo modo.

Se dictaron siete días de celebraciones por la nueva unión. El norte merecía que esto fuera celebrado para ellos después de todo y agasajarlos con un gran festín parecía convencerlos.

Mi esposa se encontraba a mi lado comiendo pastelitos de frutilla y al darse cuenta de que estoy viéndola se sonrojó, hasta dejando de comer con ese entusiasmo.

—¿Quieres uno? —preguntó con esa dulce voz— Te veo aquí muy quieto y me preguntó si es que estás incómodo.

—Si, quiero uno. —tomó uno de los pastelitos— Y solo estoy disfrutando de este momento, ya me atiborraré de comida en un rato.

Separó la frutilla cortada que adornaba al pastelito y la acercó a mi labios para que lo probara. Rocé sus dedos con los labios a propósito logrando que los apartara nerviosa.

Besé sus labios sintiendo el sabor a fruta en nuestras bocas. Luego disfruté del pastel, ya entendí porque le gustaban tanto.

—Sabes, acabo de notar que te has dejado las trenzas que te hice ayer. —Sonrió mientras me veía, su mirada era demasiado dulce justo ahora— Te ves hermoso, cómo siempre, pero ese traje blanco realmente te hace ver espléndido.

—Escucharte decir eso me alegra de sobre manera pero nada se puede comparar a tu belleza. —Besé su mano— Y sobre el peinado, te veía tan feliz con como había quedado y tú comentario sobre que deseabas verme con el en nuestra boda no pasaron desapercibidos, así que pedí que lo arreglaran tal cual estaba.

Llevó su mano a una de las trenzas sobre los mechones de cabello sueltos.

—¿Bailas conmigo?

Acepté sin dudar, teníamos días enteros para disfrutar y empezaría por el primero. Luego no quería arrepentirme de no haber aprovechado el tiempo y la clara oportunidad de olvidar el mundo exterior.