Publicado: 23 de Enero 2023
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Toqué mi vientre levemente hinchado sintiendo cierta calidez, sonreí con amargura al pensar que está etapa no estaba siendo como esperaba.
Estaba cargada de desprecio, amargura y rechazo, no por mi parte claro está, si no por su padre. Aemond había decidido rechazar al pequeño por sus propias e injustificadas sospechas de algo que jamás sucedió.
Tan solo en semanas la cosa se arruinó por completo y no fui capaz de detenerlo.
Había salido de la habitación para tomar un poco de aire, me había hecho a la idea de que esté era mi espacio. Una alcoba alejada de todos al final de un pasillo que casi nadie recordaba, una habitación oscura y lúgubre a la que debo acostumbrarme.
Siempre que salía me aseguraba de que no hubiera nadie, incluso debajo en los jardines, no deseaba incomodar a la reina y a mi esposo con mi presencia.
Intentaba por todos los medios no afectar al bebé con mi amargura pero resultaba imposible, cada momento tenía la lágrima en el ojo y el llanto atorado en la garganta.
Escuché unos pasos al fondo y al fijar la vista me di cuenta que se trataba de Aemond, con una velocidad increíble, tomé las telas, tijeras e hilos y corrí varios pasos hasta entrar en la habitación. Cerré la puerta y dejé todo en una mesita para luego sentarme en el sofá.
Los pasos siguieron resonando hasta acercarse, paró justo en frente y sin decir palabra alguna, abrió la puerta.
Me levanté del sofá, pero sin decir nada aún.
Aclaré la garganta para que la voz me saliera firme y clara.
-Hace- hace días pedí que abrieran la ventana y así poder salir al balcón pero aún no ha venido nadie y por eso he salido de nuevo hoy... Yo... -no encontré que más decir.
-He hablado con mi madre de esto. -una pizca de esperanza apareció, sonreí apenas- El día que nazca el bebé tomarás tus cosas y volverás a Rocadragón con tu familia. -Cualquier emoción buena se desvaneció con sus palabras. -También pediré la anulación del matrimonio.
-¿Por qué hacer esto? ¿Por qué has elegido creer algo que no he hecho? -sentí que me encogía en mi lugar, me sentía miserable.
-Hasta entonces tendrás el cuidado necesario para ti y el bebé. -negué mientras lloraba, una vez más. No podía respirar ante su indiferente mirada- Deberías de agradecer, otro dejaría que murieran o algo peor aún.
-No puedo agradecer algo que no merezco.
Se dió la vuelta, ni siquiera se tomó la molestia de pensar en la situación, prefirió ignorar todo y seguir.
Seguido de él entró una sirvienta con una bandeja de comida, al notar que el príncipe ya no estaba, prácticamente tiró la bandeja haciendo que la comida medio se desparramara al igual que el líquido en la jarra.
Solo me quedé en completo silencio, nuevamente sola. Intentando comer algo, ignorando el hecho de que estaba mezclado con sobras.
Las únicas palabras que había en mi mente son las que decían que debía irme.
Los días pasaron y nada cambió, es como si todo se hubiera paralizado. Al menos la sirvienta que venía ahora no tiraba la comida, está no me miraba o decía una palabra, pero era mejor.
Volví a escuchar pasos y traté de saber quién era, no fue hasta que entraron que los reconocí. Aegon y Helaena estaban aquí, miradas apenadas y compasivas viéndome fijamente.
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✨Aemond Targaryen✨ One shots Vol. 1
RandomLo siento, me enamoré del tuerto Fecha aproximada de publicación 23 de noviembre del 2022