La Loba y el Dragón 3

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Tercera parte.

El viaje a Winterfell es tranquilo y silencioso, falta al menos de dos días para llegar, pero yo estoy ansiosa desde hace quince días.

El principe Daemon seguramente ya llegó al castillo debido a que iba montado en su dragón. Eso no será problema porque había prometido que al menos un Targaryen vendría conmigo y el príncipe no iría con postura intimidante.

Pero no solo conseguí que un príncipe dragón venga conmigo, llevo a dos y uno está a mi lado.

Aemond parece dormir profundamente, varias veces le he dicho que se acueste pero está empecinado en que él puede mantenerse despierto y aquí está.

Su cabeza cae sobre mi hombro y al instante lo muevo para que se quite.

Acomodo las pieles sobre mi falda y la suya que cubre su cuerpo hasta el cuello, y sigo leyendo.

La cabeza del principe vuelve a caer y resoplo. Vuelvo a removerme, solo que está vez provoca que se despierte, aunque no parece muy lucido y solo se acomoda para seguir durmiendo.

Lo miro una vez más, es tan terco.

Dejo a un lado el libro y la manta, hago lo mismo con la suya. Con fuerza muevo su cuerpo del asiento a la camilla y logró acomodar su cuerpo correctamente, me lo agradecerá luego.

Lo tapo y suspiro con pesadez, vaya que es pesado o es la incomodidad de que sea tan alto. A un lado veo la bolsa que se negó a dejar como parte del equipaje, el huevo de dragón está ahí.

Sigo leyendo el libro hasta aburrirme.

****

El castillo se ve a lo lejos, ya estoy en mi hogar. Necesitaba volver, respirar el aire puro y gélido del norte y no ese olor nauseabundo de la capital.

Sacudo al príncipe para que despierte. Lo hace, algo confundido y se da cuenta de que está acostado.

—Buenos días, dormilón.

—¿Que carajos...?

—De nada. —digo con una sonrisa— Se que te encuentras bien, de lo contrario estarías pidiendo que te saquen la cabeza para que te duela menos.

—¿Cuánto falta?

—Ya casi llegamos, no queda nada. —Me preparo desde ya para salir de esta caja— Ha dormido toda la noche y toda la mañana. El frío es muy bueno para el descanso, aunque solo si estás bien abrigado.

—Lo puedo notar. También recuerdo hacer dicho que no era necesario tanta molestia.

—Es que me tenías harta cayendote sobre mi hombro. —El principe niega, tratando de ocultar una sonrisa.

—En verdad yo nunca podría... No olvídalo. —la sonrisa fue casi inevitable.

—Y habla solo, lo tienes todo.

—Cuidado con lo que dirás después. —Sus palabras retadoras me hacen reír con ganas.

Claramente lo que dije daba paso a agregar un comentario burlón.

—Como sea, estaré feliz de mostrarte mi hogar, te presentaré a mi familia... No creo que te gusten los niños, pero mis sobrinos son adorables. También conocerás a Ceniza, con quién deberás ser amable porque te tocará dormir con ella. Mi tío es un poco amargado, pero seguro que como hombres encontrarán algo de interés.

» Por lo demás, el pueblo norteño es un poco reacio a los visitantes, pero solo ignoralos como todos los demás. Conquistadores a los que no les agradan otros conquistadores, irónico.

✨Aemond Targaryen✨ One shots Vol. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora