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One shot 31 parte 2

Era un día soleado completamente, con un resplandeciente cielo celeste y un sol que te dejaba ciego si intentabas verlo directamente.

Las flores que adornaban una enorme extención de campo, brillaban con gran vida bajo el sol. Utilicé algunas para crear una corona de flores.

Podía sentirse la calidez y resultaba en una sensación tan agradable.

Reposaba sobre la hierba fresca, toda la mañana había estado aquí, Aemond junto a mi. Llevaba horas descansando la cabeza sobre sus muslos mientras acaricia mi cabello o juega con nuestras manos.

Nunca perdía un solo momento donde tenerme entre sus brazos, teniendo el más mínimo contacto.

Puse el arreglo floral a un lado y me levanté de sus muslos y di la vuelta para lanzarme sobre su boca, besándolo con amor. Escuché su hermosa risa y fue una prueba más de que todo era real.

—Nunca me había sentido tan vivo, realmente vivo. —acariciaba mis mejillas mientras mantenía el contacto visual.

—A veces pienso que realmente no estamos aquí, todo se siente tan sereno y tranquilo que me parece imposible creer que sea real. —Me recosté sobre su pecho, pero luego volví a verlo a la cara cuando habló.

—Real o no, te tengo conmigo. No necesito nada más.

Volvió a besarme, un beso largo y calmado, disfrutando el tacto con el otro.

Poco a poco fue moviéndose para posarse sobre mi.

Continuó besándome cómo si fuera algo vital, tan necesario como respirar y yo así lo sentía también.

Su mano se deslizó por mi pecho, deteniéndose sobre el corazón. Podía sentir como latía cómo loco, eso me decía que estaba viva también, no podía ser de otro modo.

Se separó para verme, separando el vestido, casi que mostrando la curva de mis senos.

Allí tenía la cicatriz que me ha acompañado desde aquel día... Un recordatorio de mi ingenuidad y el recuerdo de una traición.

Busqué la cicatriz en el pecho de Aemond abriendo paso con los dedos entre su ropa. Acaricié con suavidad la marca.

—Espero que la miseria haya caído sobre su cabeza y si no es así yo seré su martirio. —exclamé aún mirando la cicatriz— No le daré el lujo de morir tan rápido, no tuve un momento de paz antes de la muerte y por eso pienso que será una salvación para ellos dejar de vivir.

—Yo más que nadie deseo venganza, verlos arder en las llamas sin tener escapatoria, pero no quiero volver a morir... o perderte —me tomó de las mejillas—. Eso sería peor que morir.

Claro que pensaba en eso, tampoco deseaba morir. No podía confiar en que lo que había en mi mente fuera a la perfección.

Dejar caer mi ira y enojo sobre ellos.

Me preguntó cómo estarán, que ha sucedido en estos tres años que no he estado en Poniente.

El día que desperté de la muerte no quise saber nada con el mundo fuera de estos campos y la bruja lo entendió, solo se ha dedicado a nuestro cuidado y protección, aunque desde hace algún tiempo le hemos devuelto su favor con gran gratitud. Mejor dicho, la mitad de su peso en oro.

Algo que nunca descubriremos es el porque nos trajo ¿Venganza? ¿Piedad? ¿Lastima? Había algo más sin dudas, pero se rehusa a decirnoslo, dice que no debemos preocuparnos por eso, ya todo estaba en su sitio.

✨Aemond Targaryen✨ One shots Vol. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora