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PADRES.

El público aclama, hay miles de personas en el lugar, las gradas se iluminan de vez en cuando pero las luces permanecen en nosotros. Mi oponente y yo estamos en la última ronda de la pelea.
Mi cuerpo está hecho una mierda y definitivamente él no se queda atrás, ambos somos un puto desastre, cubiertos de polvo, sudor y sangre.

Recibo un par de golpes más, mi cuerpo pide a gritos rendirse pero yo no soy de los que se da por vencidos en el ring.
El cuerpo de mi oponente finalmente colapsa en el piso, su pecho sube y baja con rapidez y sus ojos parecen perdidos en algún lugar del techo.

—¡Un aplauso para nuestra bestia, Seo Changbin!.

Los gritos se hacen oír, hay miles de aplausos mientras me limito a sonreír mientras levanto mis brazos anunciando mi victoria.
Bajo por el lado derecho, notando a la multitud enloquecer, miles de personas se empujan para poder llegar a mi, los guardaespaldas hacen lo suyo y yo me limito a seguir mi camino por el oscuro pasillo hacia mi camerino.

Sin embargo, me detengo justo antes de cruzar el pasillo. Viendo al guardaespaldas tomar de forma violenta la muñeca de un lindo chico.
Minho también se ha detenido y justo detrás de él lo hace mi entrenador.

Los tres parecemos contemplar la misma escena, Felix ruega con sus ojitos vidriosos mientras el maldito guardaespaldas jala de su brazo para quitarlo del medio.

—Da la orden.—Digo haciendo un ademán con mi cabeza y entonces Minho camina en su dirección.—Lo quiero en el camerino.

Mi entrenador parece contener una risa.

—De todos estos años de entrenamiento, jamás te habia interesado una persona cualquiera.

Minho se detiene en seco ante eso.

—Ese es el problema.—responde. —Este chico no es cualquier persona.

Me he duchado la más rápido que he podido

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Me he duchado la más rápido que he podido. Me visto rápido sabiendo que él está sentado esperando por mí.

Y así es.

Lleva ropa color pastel, se ve tan delicado sentado en una esquina mientras mira sus pies que me dan ganas de protegerlo de todo el mundo. Parece pensar algo con suma importancia, tanto que ni siquiera ha notado que estoy aquí.

Me alegra verlo...

...Él...

... finalmente esta aquí...

Me aclaro la garganta, sus ojos se abren sorprendidos y pronto se pone de pie asustado.

—Relájate. —le regalo una sonrisa. —toma asiento.

Obedece casi al instante.

Vaya.

Habia olvidado lo callado que era.

A DANCE IN THE RING// CHANGLIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora