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No supe que responder, si bien, ya no sentía nada por ellos, no había dolor, ni odio, mucho menos amor. Pero ese era el problema, ser el padrino de ese bebé no me llenaba de nada, estaba vacío.

Salí de la casa sin decir una palabra, ya sabrán ellos como sentirse al respecto.
Felix me esperaba sentado en el sofa, con sus piernas cruzadas como indio y llenando su boca de abundante yogurt.
Mí cuerpo se relajó casi al instante en que sus lindos ojos me miraron, sus mejillas se tiñeron de un rosado claro y una sonrisa aparecio en sus labios, sus ojos se entrecerraron gracias a esta acción.

—Volviste temprano.—Se pone de pie y casi al instante apresuro mi paso para llegar a él lo más rapido posible.

—¿Dónde esta Jeongin?—Lo busco con la mirada pero no hay rastros de él por ninguna parte.—Creí que se quedaría hasta que yo volviera.

—Le pedí que se marchara. Jeongin también tiene una vida, además tenía una cita.

—¿Con quién?.

—Hyunjin.

—Oh claro.—Hago sonar mi cuello.—Lo recuerdo bien.

Había algo extraño en su mirada, Felix no había apartado su vista de mi, sus ojitos brillaban como siempre pero este brillo era diferente. Sus mejillas seguían sin perder ese ligero color y me sonría de forma tan dulce que mi corazón volvía a acelerarse por su culpa.

—¿Cómo te fue con ya sabes qué?

Por unos segundos me había olvidado de ese tema.

—Bien,hm, ellos quieren que sea el padrino de ese bebé...

Felix borra su sonrisa.

—Eso es demasiado...

—No lo sé.

—No aceptes Bin.

—Mi madre siempre ha dicho que nunca puedes negarte a eso...

—Y mi madre decía que si me tragaba los chicles se me pagarían en las tripas y moriría.—Suspira—No aceptes, ellos entenderán que están haciendo mal, ya suficientemente doloroso fue para ti, lo único que falta ahora es que debas estar atado a ese niño por...

—Ya cálmate, le hace mal a nuestra niña.

Lo veo contener su respiración junto con su ira, es demasiado tierno de ver.

—Ya no quiero que te lastimen Binnie.

—No me lastiman —dejo un corto beso en su frente.— tengo todo lo que quiero aquí, tengo una vida cálida y llena de amor, nada podría lastimarme en estos momentos.

—Nunca imaginé esto...—Dice y pega su mejilla a mi pecho, abrazándome con algo de dificultad por su gran vientre.— Cuando el test dio positivo yo...—susurra— imaginé toda una vida sin ti, porque desde el primer momento creí que tú negarías cualquier cosa y... ahora estoy tan feliz mi Binnie.

Deslizo mis dedos por su espalda.

—¿No me imaginaste en tu vida?

Niega con su cabeza.

—¿Alguna vez pensaste en...?—Solo pensarlo me rompe el corazón. —...no tenerlo?

Hay un corto silencio.

—No.—Responde firme—Estaba muy asustado, pero jamás se me cruzó por la cabeza, saber que este bebé estaba conmigo me hacía sentir...menos solo.

Me aferro a su cuerpo con cuidado.

—Y ahora estamos juntos.—murmuro y asiente.

—¿Y sabes que sería lindo en estos momentos?

—Que nos casemos.

—¡¿Eh?!

Se aparta de forma rápida y casi al instante el timbre comienza a sonar. Felix queda boquiabierto sin saber que decir mientras yo sonrió en dirección a la puerta.

Sé que la conversación seguirá más tarde.

—Oh...—La señora parpadea varias veces en cuanto me ve.
Es algo bajita, su vestimenta es completamente blanca y cara, sostiene un bolso con sus dos manos mientras intenta buscar las palabras para hablar.

Su rostro repleto de pecas me indica solo una cosa.

Es la señora del mercado.

...la madre de Felix...

...y mi suegra.

A DANCE IN THE RING// CHANGLIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora