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ENCUENTRO

Changbin ha salido a entrenar, ninguno de los dos ha hablado de lo que pasó. Decidimos fingir como si nada hubiera pasado.

Camino descalzo por la casa, aún con mi pijama puesto y sintiéndome más hinchado de lo normal. La casa es aburrida, todo este día ha sido aburrido.

¿A qué hora viene Changbin?.

Camino a la heladera, notando el yogurt con frutas que me ha dejado Changbin y no tardo en tomarlo para seguido comerlo.
La puerta principal se escucha y es entonces que camino apresurado con el yogurt en mi boca esperando por Changbin.

—Hol... -

La puerta se cierra detrás de la persona. Está muy bien vestida, con un saco costoso que llega a sus tobillos.

Una mujer...

Se quita los lentes de sol de forma lenta y me observa unos segundos para seguido enarcar una ceja.

—Disculpa, ¿quién eres?. —Pregunta. Hay un extraño acento en su voz.

—Fe-felix.

—No pregunté tu nombre Fefelix, pregunté quién eres.

oh demonios.

¿Quién soy?.

—Y-yo...

—¿Dónde está Changbin?. —Se inclina para observar detrás de mi, buscando algún rastro del nombrado. —¿Por qué llevas pijama?.

—Y-yo...

—No me digas que eres una de las tantas conquistas de Changbin.

Yo...

... no realmente...

Su cabello es oscuro, un castaño oscuro al igual que sus ojos. Sus expresiones son fuertes, ni siquiera se esfuerza en ser amable.

—Recoje tus cosas muchacho. —ordena. —Lamento decir que Changbin no volverá hasta que te vayas, él actúa así cuando no quiere compromiso.

Pe-pero.

¿Quién es esta mujer?.

La puerta vuelve a abrirse una segunda vez, afortunadamente está vez si se trata de Changbin. Está sudado, con las remera de entrenamiento que deja a la vista sus músculos y tatuajes, deja caer el pesado bolso en el piso y finalmente suelta un suspiro.

Una sonrisa tímida se me dibuja cuando sus ojos me miran, automáticamente también me sonríe.

—Oh, al fin llegas, le estaba diciendo a...

—Veo que conociste a la pesada de mi hermana. —Changbin camina hacia mi, con paso seguro y dejando un beso en mi frente que sorprende a su hermana. —Felix ella es Yuna, Yuna él es Felix.

Yuna.

Okey.

—¿Por qué nos presentas?, ambos sabemos que no volveremos a vern...-

Pequeño ¿me darías unos segundos con ella?. —asiento con una sonrisa y él señala su bolso. —Hay un regalo ahí para ti, tómalo, luego voy a verte.

—¡¿Te volviste loco?!, ¡¿acaso piensas con tu entrepierna?!

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—¡¿Te volviste loco?!, ¡¿acaso piensas con tu entrepierna?!.—Intento mantenerme calmado ante los gritos de su hermana desde la sala.

Le ha dicho.

Por supuesto que le ha dicho.

—¡¿Qué pensará nuestra familia?!.

—Eso no me interesa.

—¡¿Te estás escuchando?!, ¡mamá va a...!.

—Mamá ya lo sabe.

Contengo mi respiración.

¿Él...?.

—¿Le dijiste?, ¿le contaste a nuestra madre que embarazaste a...!

—Si, se lo dije. —Dice tranquilo. —Y a diferencia de ti, ella si se lo tomó bien.

—¿Pero...?,¿ y por qué yo no lo sabía?.

—Porque iba a decirlo en la cena de este viernes pero aquí estas, siendo una molestia como siempre.

Hay un largo silencio, mi corazón va muy rápido mientras saboreo las frambuesas bañadas con chocolate frío. La puerta se abre, Changbin se asoma con una sonrisa y luego me da un asentimiento de cabeza.

—Pídele disculpas. —Él le da una orden.

—Pero...

Changbin se cruza de brazos.

—Lo siento Fefelix.

—Pero hazlo bien.

—¡Lo estoy haciendo bien!.

—Esta bien, Binnie, no tiene que discul...

—¡¿Le dijiste Binnie?!. —Sus ojos se abren de tal forma que mi cuerpo retrocede unos cuantos pasos con temor a que me salte encima. —¡¿Lo dejaste que te llamará así?!.

Changbin relame sus labios.

—Oye niño, no sé qué estás haciendo con mi hermano pero eres la primer persona que deja que lo llame Binnie.

Oh...

... Entonces es eso.

—S-si te molesta y-yo puedo...

—No, me agrada, puedes llamarme así.

—¡¿Quién eres tu, Seo Changbin?!.—Su hermana realmente no puede creer lo que ve. —Oh, creo que comienzo a entenderlo.

Explícamelo porque yo no entiendo.

—¿Él te...?

—¡Ay ya es hora de que te vayas!, ¡mira que tarde es!

Frunzo el ceño, viendo como la empuja por la espalda mientras ella sonrie de oreja a oreja saludandome animadamente con su mano.

Me aferro a la tela de mi pijama, cierra la puerta detrás de él para caminar una vez más hacia mi. Inclina su cabeza hacia un lado y sonríe.

—Tienes chocolate en la mejilla. —Pasa su dedo por mi mejilla y seguido lo lleva a sus labios.

Demonios,hablé con su hermana con la cara sucia, doy vergüenza.

—Entonces... —alargo. —¿T-tu familia sabe de...?

—Si. —dice sin más.—Me encargue de poner a mis padres al tanto, el resto de la familia lo sabrá el viernes.

¿El resto...?.

—¿Tus padres...?.

—Tranquilo, ellos no son tan intensos como Yuna, lo han entendido

No sé qué tan relajado debo sentirme, en realidad es todo lo contrario. Siento todo mi cuerpo temblar.

¿Y si no les agrado?.

¿Y si me odian?.

¿Y si...?

—No te preocupes por ellos, ¿esta bien?, si algo no me agrada nos volvemos a casa. —Susurra.

Asiento cabizbajo.

—Hay otra cosa que debo decirte... —toma una pausa, una pausa intensa que me hace pensar lo peor. —Yo...

¿Qué hizo?.

¿Qué pasó?.

—De forma estúpida no aclaré que nosotros no... —suspira. —nosotros... ya sabes.

No, no sé.

—Mis padres creen que somos pareja.

Ouh.

A DANCE IN THE RING// CHANGLIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora