Capítulo 3: Un viejo amigo

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Vicki Vale se levantó y se estiró en la lujosa cama. La luz del sol apenas comenzaba a filtrarse a través de las ventanas. Sonrió para sí misma, se puso su ropa y bajó las escaleras para tomar un café.

Le encantaba la casa. Iba a extrañar esa casa. A veces, todavía no podía creer que vivió ahí. Había sido la boda de celebridades de la década: ¡La reportera estrella Vicki Vale y el multimillonario Bruce Wayne! El soltero multimillonario finalmente se estaba asentando y con la reportera más famosa de todo Gotham. No podría haber sido con nadie más... ¿o qué? ¿Creían que Selina Kyle se quedaría con él?

La boda había costado millones y toda la élite de Gotham City había estado allí. La luna de miel fue aún más estupenda: una gira mundial, que incluyó California, el sur de Francia, Mumbai, India, Jeju-do, Corea del Sur, incluso la Costa Dorada de Australia y Brasil. Había sido un mes mágico. Pero cuando regresaron, Bruce pareció distanciarse. Siempre estaba en el trabajo, reuniones nocturnas con inversionistas extranjeros, viajaba repentinamente y siempre pasaba algo en Wayne Industries que parecía necesitar su atención. ¿No era para eso que estaba la junta y la gente que trabajaba para él? Si Vicki no lo supiera mejor, habría pensado que él estaba teniendo una aventura.

La gota que derramo el vaso fue el "accidente" que tuvo Jason Todd, que hizo que lo hospitalizaran en un sanatorio especial en Washington D.C; y cuando falleció, Bruce se distanció de Vicki. Al ver que su matrimonio de casi un año iba en picada, Vicki decidió pedirle el divorcio a Bruce, el cual acepto sin problemas e inicio muy discretamente el papeleo.

Cinco meses después de haber iniciado el proceso de divorcio, Vicki al fin se retiraba por completo de la Residencia Wayne con las ultimas de sus pertenencias.

Ya bien vestida con su traje sastre, Vicki entró en la cocina más pequeña para el uso diario. Alfred estaba allí con una taza de café con pan tostado para ella. ¿Cómo Alfred siempre era tan bueno?

-Buenos días, señora Wayne...

-Por favor, Alfred, de nuevo soy Vale – a pesar de todo, Vicki nunca se acostumbró a usar el apellido de su ahora ex esposo – ¿Bruce ya está en la oficina?

-No, se tomó el día para un asunto personal.

De verdad, ¿un día libre? Bruce parecía volverse más extraño cada día que pasaba. Llevó su café y tostadas a la terraza en la parte trasera de la residencia y se sentó en los cómodos muebles para ver a Bruce sentado sobre una de las sillas, en donde estaba fumando un cigarrillo mientras veía las noticias en su celular. Parecía mucho más calmado de lo que había estado en mucho tiempo, con una sonrisa libre en su rostro. Vicki le sonrió y abrió el diario que Bruce siempre tenía listo para ella. Nunca podía alejarse de su trabajo como reportera y siempre tenía que leer las noticias por la mañana. Bruce se levantó para besarla en la mejilla y luego se sentó en la silla junto a ella mientras apagaba el cigarro.

-¿Qué está pasando en el mundo, Vik?

-El mundo está mejorando, el gobierno se está volviendo más paranoico por temor a una invasión de los Green Lanterns y Wayne Constructures ya inicio la renovación de los edificios del East End.

-Es bueno escuchar eso. ¿Ya sacaste todas tus pertenencias?

-Están en mi auto. Parece que al fin te deshiciste de mi – sonrió Vicki, era una mezcla de tristeza y nostalgia – Pero está bien. Era inevitable.

-No es eso. Yo... lamento no haber sido lo que tú esperabas.

-Pase mil infiernos, te aleje de Selina Kyle y de todas esas bobas que te perseguían y... ¿para qué? – pregunto ella, casi haciendo un puchero – Solo eres otro espacio vacío en el comedor.

Batman: La Broma FinalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora