Capítulo 31: ¿Por qué peleamos?

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Al límite de sus fuerzas, Batman y Catwoman llegaron de nuevo a la Batcueva. Al ver que a Bruce se le dificultaba salir de la motocicleta, Selina le indico a Bruce que pusiera su brazo sobre los hombros de ella y lo ayudo a ponerse de pie sobre la plataforma bajo la cascada.

Fue una sorpresa para Dick Grayson, que se encontraba merodeando por la Batcomputadora. Se le hacía extraño ver de nuevo a Catwoman, y más en el escondite del murciélago. Apenas y cruzaron miradas y Dick fue el que hablo primero.

-Así que por fin viniste, Selina – Dick rio, lo cual fue extraño para él y Selina – No puedo imaginar el infierno que soportaste al aguantar al grandulón.

-Es más fácil de lo que parece – le contesto ella, lanzándole una risita a Bruce que empezaba a quitarse el casco – Me extraña que no hayas ido a apoyarnos. Una mano extra con Poison Ivy no nos hubiera caído mal.

-A ver... ¿Cómo que Poison Ivy? – Dick rio con un poco de nerviosismo – ¿A cuántos más vamos a tener que enfrentar?

-¿Puedo ofrecerles algo? – el que interrumpió fue Alfred, que llego hacia ellos a través de la escalera – Señorita Kyle, cuanto tiempo.

-Me da mucho gusto verte, Alfred – Selina le dio un abrazo, a lo que Alfred respondió de la misma manera, ya que ambos siempre se habían caído bien – Ya me di cuenta de quien es el que mantiene a flote al Batiequipo.

-Los años hacen que me acostumbre – dijo el hombre mayor con una risa ligera – Me da gusto ver que está bien y en el lado correcto.

-Gracias Alfred. Solo te molestare con agua y un poco de medicamento para Bruce – concluyo Selina –

-¿Podemos dejar de lado las cordialidades y concentrarnos en el caso? – interrumpió Bruce quitándose la capa y yendo hacia la Batcomputadora – Tenemos nuevas pistas y hay cosas que hacer.

-La señorita Gordon se encuentra revisando los datos y huellas que le han estado enviando a través de la noche – dijo Alfred, guiándolos a través de las escaleras de las plataformas –

-Y debo admitir que estoy un poco incómodo – agrego Dick – Hay algunas cosas que nos están enviando a mas dementes enmascarados.

-¿No querías usarlos como saco de boxeo? – dijo Bruce con sarcasmo –

-Si, tal vez... – Dick concluyo y se echó a reír – No sabes lo ansioso que estoy.

-Deberías descansar – le recomendó Alfred a Bruce, mientras veían que Dick y Selina se alejaban a conseguir agua –Debes recuperar fuerzas y estar listo para el siguiente asalto.

-Lo sé, por ese motivo voy a ver que puedo encontrar del Designer – agregó Bruce – Hay archivos viejos de la Justice League. Si no es un villano nuevo, las respuestas serán del pasado.

-Deja que de eso se encargue Barbara, ella ha estado un buen rato en la Batcomputadora y es muy buena. Tomate un respiro – insistió Alfred – Apenas y podías caminar cuando llegaron.

-Ahora no es el momento para tomarme un respiro y lo sabes, Alfred... además, necesitan de mí para seguir hallando pistas y atrapar a Crane.

-No digas tonterías – recalco Alfred – Entre todos hacemos un buen equipo y lo sabes... ¿O acaso ya olvidaste que Dick fue el que localizo el escondite de Black Mask?

-Ellos hacen el trabajo logístico y yo el de campo. No puedo correr el riesgo de perder a alguien más – dijo Bruce con la mirada enfurecida – Si alguien va a correr riesgos, seré yo.

-¡No digas sandeces! – lo interrumpió Alfred. En ese momento todos los presentes en la Batcueva voltearon sorprendidos a escuchar como un hombre que siempre se caracterizó por ser calmado y sensato, perdía el control – ¿Crees que no he visto en lo que te has convertido? – Bruce lo observó atónito al ver que Alfred usaba un tono de voz más agresivo – ¡Vuelves a ser el chico de 26 años que se salía por las noches a golpear criminales solo por que sí!

Batman: La Broma FinalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora