Interludio: La interminable historia de amor de Selina y Bruce.

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Lo primero que hice al regresar al Gotham fue ir a encargar un traje. Para ese tiempo, la ciudad ya estaba atestada de vigilantes y villanos de temática colorida, por lo que una mas no importaría tanto... ¿o sí?

Fui con un hombre que se hacía llamar Kittlemeier, que al parecer fue un diseñador de modas caído en desgracia, y que ahora se dedicaba a hacer trajes para cualquier valiente que tuviera agallas y dinero para entrar al juego de los enmascarados de Gotham.

Kittlemeier me entendió desde la primera entrevista. Fui a su tiendita con la máscara del Carnaval de Venecia. Estaba un poco enojado por eso, como si fuera un insulto, por no dejar que se me viera la cara. Le expliqué lo que me había enseñado mi Sensei: la máscara no era para ocultar, la máscara sacaba a relucir lo que deseaba ser, o más bien lo que era; la máscara liberaba esa parte de mí, y quería un traje completo que sirviera para eso.

El asintió. Hizo algunas sugerencias. Nos instalamos bastante rápido en un catsuit. Un catsuit de cuero.

-Muy bueno – dijo garabateando en su pequeño bloc – Ahora bien, el cuero viene en cuatro variedades básicas: piel de vaca, a menudo utilizada para cinturones y bolsos...

-Piel de cabritilla – lo interrumpí – es lo suficientemente suave y delgada para ser flexible, pero aun así fuerte. Puedes reforzarla con cuero de vaca en la costura si lo necesitas y podría ser suficiente para las puntadas. Un poco de piel de cordero estará bien en los puntos de baja tensión para que se sienta cálido y suave al tacto.

El me miró boquiabierto.

-Es mucho lo que sabes sobre el cuero para solo ser una dama ladrona con máscara – dijo –

-Claro – le guiñé un ojo – Pasé un poco de tiempo en Florencia. Gucci, Ferragamo, Testoni... hice el recorrido en la escuela de cuero un par de veces.

-Entonces, ¿qué color quieres?

No tenía que pensar en eso; era la máscara, tal como dijo Sensei. Lo que vendría seria automático, instintivo. Todo lo que tenía que hacer era confiar en el impulso. Abrí mi boca y deje que saliera la respuesta.

-Negro... pero que en la noche se vea brillante.

Kittlemeier asintió con aprobación, como si esa fuera la respuesta que esperaba.

Nunca me detuve a preguntarme de dónde vienen los impulsos.

"Karma. El Universo tiene un plan. Negro, el color de la realeza, para una nueva Reina de la Noche".

Tal vez era el color de la gracia y la belleza personificadas.

Debe haber algún punto en todo esto.

Luego ya estaba en esa pequeña trastienda atestada en Kittlemeier's; hacía frío para ser tan temprano en Octubre y solo tenía este pequeño calentador.

El primer traje de Catwoman no era más que un traje fetichista negro que cosí por mi propia mano. Tenía botas de combate negras y guantes de cuero normales. Y para rematar el conjunto había una máscara de plástico con temática de gato que costaba cincuenta dólares en Spencer's Gifts. El segundo traje fue un disfraz morado de cuerpo entero que traía botas altas y guantes largos, aunque estos ya tenían garras. Era más caricaturesco y en mi opinión lo único que me gustaba de este era que la capucha permitía que mi largo cabello negro cayera en cascada sobre mi espalda (cuando tenía el cabello largo, por supuesto).

Pero este... el traje táctico...

Era de licra con cuero alrededor de las piernas, los brazos y la sección media debajo del esternón tenía detalles de color púrpura oscuro. Los guantes tenían garras con punta de titanio, perfectos para cortar vidrio. Las botas de correa me llegaban hasta la rodilla y eran prácticas para correr. Llevaba un cinturón delgado con bolsas para herramientas como ganzúas, abrojos y bombas de humo y una capucha con orejas de gato hechas detalladamente complementaban el conjunto. No había máscara, pero para eso estaban las gafas. Tenían un diseño de ojos de gato, con lentes rojos que servían como el único toque de colores vivos del conjunto. Tenían visión infrarroja y nocturna para que pudieran detectar los hilos invisibles de las rejillas láser y los detectores de movimiento.

Batman: La Broma FinalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora