La noche había caído por completo en Gotham City. En su viaje por el cielo, la Luna siempre encontraba una espesa nube gris con la que se oscurecía.
Y ahora que se había escondido, entró el viento. Era lento y denso, como el aliento agonizante de un Dios olvidado hace mucho tiempo. Sopló el olor a orina y basura de Gotham City sobre sí mismo, a través de los cañones interconectados creados por los rascacielos, y esos miles y miles de ciudadanos que tuvieron la mala suerte de estar afuera durante ese eructo pútrido de una ráfaga tuvieron que quedarse allí y tomarlo.
Iba a llover muy pronto.
Y ese olor iba a empeorar.
***
En el estacionamiento de la estación central de tren de Gotham, la furgoneta conducida por Edward Nygma se detuvo de forma brusca. Llevaba todo el día conduciendo y tenía ambas piernas engarrotadas, pero sabía que si se detenía o llamaba demasiado la atención sería una presa fácil.
Sudando por los nervios y haciendo bailar a una de sus piernas, miró hacia el reloj y noto que faltaban unos minutos para la hora que había acordado para reunirse con el Designer. Aunque el villano de la máscara plateada no había sido un problema en algunas partes de su plan, Nygma tenía el presentimiento de que era como dinamita a punto de estallar y que en cualquier momento, perdería el control de su nuevo socio.
Unos fuertes golpes en la parte trasera del vehículo lo hicieron saltar en el aire con su corazón a cien por hora. Al no moverse, los golpes se repitieron y Nygma llegó a dudar de si debía o no abrir la puerta trasera de la furgoneta... pero al final lo hizo.
Al hacer correr la puerta por sus rieles, al otro lado apareció el Designer acompañado por sus matones que traían en sus manos rifles automáticos.
-Ya era hora – le ladró el Designer –
- Sube antes de que te vean – le ordenó Nygma –
A pesar de todo, el Designer no dudó y se unió a su socio en el interior de aquella furgoneta abarrotada de fierros. Un tanto decepcionado, el recién llegado miró a su alrededor.
-Tanto fanfarroneo y me vienes a buscar en esto – le reprochó aquel hombre cuyo rostro estaba cubierto por la máscara de plata – Me esperaba una lujosa limusina o algo por el estilo.
-Esto solo es para mantener las apariencias – respondió Nygma –
-¿Has hecho todo lo que te pedí? ¿Jonathan Crane hizo su parte? – le preguntó el Designer. Nygma asintió con la cabeza –
-¿Has traído lo que me dijiste?
El Designer asintió y abrió la puerta para que uno de sus secuaces le pasara una mochila delgada.
-Aquí lo tienes.
Edward Nygma volvió a sonreír.
-Gracias – le agradeció Edward a su jefe mientras veía el contenido de la mochila: era un traje verde con un bombín y un bastón con un signo de interrogación – Gracias por esta oportunidad.
***
Prisión de BlackGate
La cena acababa de terminar hacía media hora, y Slade Wilson y el resto de su bloque habían sido escoltados de regreso a sus celdas.
El sol se había puesto afuera y Slade tenía tiempo que matar.
No mucho tiempo.
Sólo lo suficiente.
Se sentó en su catre, cerró los ojos y respiró hondo. Esto fue lo más cerca que Deathstroke llegó a sentir como una meditación.
Slade volvió a abrir los ojos y giró la cabeza hacia la derecha, mirando a la celda de enfrente; la celda perteneciente al deshonrado oficial del GCPD Quincy Feldon.
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Batman: La Broma Final
FanfictionHan pasado dos años desde que Selina Kyle dejo Gotham... Uno desde la batalla contra Star Sapphire y el Lantern caído Hal Jordan... Y seis meses desde el "asesinato" de Jason Todd y la muerte del Joker. Con su enemigo muerto, Gotham en un aparente e...