Interludio: Los juegos de Nygma parte 4

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Nota: Estos interludios tienen lugar aproximadamente cuatro años antes de los sucesos actuales de esta historia. Cabe señalar que para este punto, Bruce y Dick ya sabían que Selina era Catwoman, pero ella no sabía que ellos eran Batman y Robín.

Incluso a fines de primavera, cuando el agua fría aún se adhería a las farolas y los escaparates de las tiendas, cuando los espectáculos teatrales y las óperas ya habían estado funcionando durante meses y los lanzamientos de moda de Año Nuevo se hacían viejos, Gotham Square seguía siendo el mejor lugar para pasar el rato. Los brillantes escaparates resplandecían con elegantes cuadros de alta gama, los bistrós habían logrado ese equilibrio perfecto entre elegancia y accesibilidad, la avenida central en sí estaba cuidadosa e inmaculadamente vigilada, por lo que el reluciente flujo de tráfico nunca interfería con la altivez de los elegantes peatones.

Entonces, fue natural que el reconocido hombre de negocios Bruce Wayne y la elegantemente misteriosa Selina Kyle caminaran junto al muchacho Dick Grayson por la Avenida A, impecablemente vestidos e indudablemente felices.

Las cámaras destellaron en cada esquina, y un escritor de tabloides bastante infame saltó de su mesa para señalar al trio.

¿Podrían confirmar que habían vuelto como pareja?

Wayne y su "hijo" se limitaron a reír con ganas ante las atenciones y la mujer hizo algún comentario socarrón y bastante mordaz, acompañado de una mirada muy expresiva, por lo que el escritor pensó que lo mejor era retirarse.

-Saben, es divertido – comentó Selina, acelerando el paso para seguir el ritmo de Bruce y de Dick – Realmente no les gusta ser el centro de atención, ¿verdad?

Bruce se rió entre dientes.

-Algo así – Dick le respondió con una sonrisa – Siempre y cuando te den cosas gratis y atención para las chicas, por mi está bien.

-¿Y quién no? Aparte de ti, quiero decir – Selina dejó que una mano se enrollara alrededor del brazo del muchacho y escuchó el satisfactorio coro de clics de la cámara – ¿Ves? Solo así llegas a los titulares.

-Prefiero la privacidad – respondió Bruce bruscamente –

-Para las cosas reales, por supuesto – dijo Selina – Pero es divertido... darles un poco de mentira y ver cómo se va la pelota desde allí, ¡La especulación por las nubes!

-¿Qué era lo que querías decirnos? – Bruce le pregunto para cortar la conversación, su rostro alternaba entre serias y falsas medias sonrisas en horario de máxima audiencia – Quiero decir, dijiste...

-Es un favor, para un amigo – dijo Selina – Es complicado. Él, bueno... cree que alguien está acosando a una de sus... novias. Como dije, es complicado. Pero ella recibió algunas cartas amenazadoras, y luego un chiflado envió esta extraña letra en código – y entonces se las enseño. Tanto Bruce como Dick la vieron con bastante sospecha – La miré y está bastante loca. Pero pensé... bueno, ustedes conocen muy bien al Comisionado Gordon.

Bruce levantó una ceja, pero asintió.

-Yo, eh, veré lo que puedo...

De repente, las luces de las grandes pantallas de la avenida parpadearon.

Como uno solo, Bruce, Dick y Selina se voltearon y vieron que la enorme pantalla sobre Gotham Square se convertía en nieve, y luego una cara muy familiar llenó la pantalla, parpadeando y enseñando los dientes en una sonrisa deforme y siniestra. La cámara se movió sobre un rostro desfigurado por la mitad y una boca con una herida ensangrentada y un par de ojos, al cual uno le faltaba un parpado.

-Un saludo a todos los ciudadanos de la ciudad – Two Face se humedeció los labios, la cámara se estremeció y captó la mitad de su cara y un fondo gris borroso – No se asusten todavía. Estoy aquí solo como un favor para un nuevo amigo. Vamos a hacer un pequeño viaje juntos.

Batman: La Broma FinalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora