Slade Wilson fue fichado y procesado la noche en que asesinó a Michael Lautner y a sus padres en el Gotham Royal Hotel.
El protocolo era diferente ahora, ya que no se había visto a Batman en hasta hacia un par de noches. El encierro de metahumanos y supervillanos en la comisaria de Gotham se había convertido nuevamente en celdas normales, por lo que el único lugar que podía contener a Deathstroke hasta su comparecencia era la penitenciaría de Blackgate.
Blackgate fue a donde lo enviaron en la mañana, y Blackgate incautaron su equipo y su armadura.
Caminando por el pasillo del Bloque C en Blackgate, los oficiales correccionales con escopetas desenfundadas flanquean al supersoldado mercenario. Slade miró cada celda a cada lado de él con su desalmado ojo azul en su rostro recién hinchado.
Había cumplido condenas antes. Había sido capturado por el Viet Cong en Laos y lo habían encerrado en una jaula de bambú, había sido encerrado por insubordinación y lo habían echado a un agujero en una cárcel de Oriente Medio. Blackgate no era nada comparado a esos infiernos.
En cada bloque de celdas en el que había estado desde que se convirtió en Deathstroke, no había recibido el saludo estándar de los otros reclusos. No hubo gritos ni burlas sobre el nuevo prisionero.
Todos esos criminales endurecidos en Blackgate apartaron sus ojos de él con miedo.
Con sus zapatos de prisión arrastrando los pies por el suelo, los guardias escoltaron a Slade Wilson hasta la última celda del lado derecho de Bloque C. El guardia de la izquierda abrió la puerta, inspeccionó la celda, salió del espacio y le dijo a Deathstroke que entrara. Cerraron la puerta de la celda detrás de él.
Deathstroke examinó su nuevo reino: un catre que sobresalía del costado de la pared de ladrillos y un retrete en la parte trasera de la celda. El fregadero tenía moscas. La celda entera olía literalmente a mierda.
Se sentó en el catre, enderezó las brillantes piernas anaranjadas de su traje de prisionero por encima de las rodillas y sintió el lado de la cara que Batman le había hinchado con el puño la noche anterior.
Deathstroke no había terminado con el. Y ahora mucho menos.
Deathstroke miró hacia la celda al otro lado del pasillo y vio a un hombre sentado allí haciendo una expresión de no querer hacer contacto visual. Tenía el aspecto de un ex-atleta de secundaria cuyos pectorales y abdominales se volvían gelatina muy lentamente. Su cabello castaño estaba cortado al rape, y si tuviera un poco más de testosterona en él, entonces tal vez podría dejarse crecer uno de esos pequeños bigotes que le encantan a los policías de todo el mundo.
Porque el tipo era un policía.
-Oye – dijo Deathstroke. El tipo, el policía en la celda opuesta no dijo nada – Oye – dijo Deathstroke de nuevo – ¿No te conozco? – el tipo seguía sin responder – Sí... Eres ese policía de Gotham que asesinó a esa mujer a plena luz del día. Dime que hacen los policías en un lugar como este.
Sólo ahora el policía Quincy Feldon, miró a Deathstroke.
-¿Sabes lo que Black Mask le hace a quien toca a sus muchachos? – le contesto Quincy Feldon, tratando de verse prepotente ante el mercenario de un solo ojo –
Una sonrisa se dibujó en los labios de Slade Wilson. La vista podría haber hecho que gente menor corriera por crucifijos y agua bendita.
-¿Quieres saber lo que yo le hago a los policías?
***
Un nuevo y poderoso supervillano había venido literalmente de la nada para reunir a cuanto ex criminal de la galería de Batman surgieran de nuevo.
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Batman: La Broma Final
FanfictionHan pasado dos años desde que Selina Kyle dejo Gotham... Uno desde la batalla contra Star Sapphire y el Lantern caído Hal Jordan... Y seis meses desde el "asesinato" de Jason Todd y la muerte del Joker. Con su enemigo muerto, Gotham en un aparente e...