Déjame contarte una historia.

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[ Capítulo 25 ]




Después de que estas paredes habían sido el único testigo de su acalorado primer encuentro en este mundo, ahora solo había un silencio húmedo y dulce. El aroma del sexo no había cesado todavía, al igual que las respiraciones entrecortadas de ambos.

Luego de salir lentamente del interior de su amado, Yibo se recostó a su lado y lo cubrió con la sábana, acariciándolo hasta que bajara de la nube de placer que él mismo lo había llevado hace minutos atrás. Lo vio acurrucarse de costado y suspirar. Sus labios tan hinchados y rojos como una cereza madura, y su cuello lleno de marcas de besos duros y mordidas calientes.

No lo apresuró en nada y solo movió su mano por el largo de su espalda desnuda. Minutos después, Zhan abrió los ojos para mirarlo, aún con su boquita entre abierta a causa de su respiración. Pensando que las margaritas en las mejillas de Yibo, eran mucho más encantadoras después de lo que ocurrió entre ellos.

- ¿Cómo te sientes? - preguntó Yibo, mientras quitaba esos cabellos rebeldes de su bonito rostro sonrojado.

- Mn, bien. Mucho mejor de lo que pensé.

- Me alegra.

Zhan lo miró en silencio un momento y rió suavemente - Tú te ves demasiado feliz - le golpeó la nariz con la punta de su dedo índice y Yibo le regaló una sonrisa incluso más radiante.

- Lo estoy, muy satisfecho.

- Súcubo pervertido.- bromeó y rió.

- ¿Te duele en alguna parte?

- No en realidad, solo siento un poco de incomodidad en mi espalda baja.

- Es normal, pero pasará - llevó su mano hacia ese lugar y un calor se junto en su palma.

- Se siente bien.

- Un hombre de verdad siempre se hace responsable de sus actos, Zhan-Ge.

Zhan rió - Es como debería ser.

Los dos se acurrucaron más cerca del otro y se besaron suavemente. Sus frentes quedaron juntas luego de eso.

- ¿Por qué no me dolió?

- ¿Tendría que hacerlo?

- Al menos la primera vez, o eso dicen.

- ¿Quiénes lo dicen, tuvieron un demonio de pareja?

- ¿Mm? ¿Es por eso? - lo miró sorprendido.

Yibo sonrió - Por supuesto. Zhan-Ge, siempre olvidas que además de ser un demonio guerrero, soy un súcubo. Soy un demonio hecho para dar placer, para seducir.

- Oh.- tragó silenciosamente y se puso nervioso por esa mirada profunda.

- ¿Te cuento un secreto?

- Claro.

- La saliva de los súcubos es tanto como afrodisiaca como lubricante.

Zhan se sorprendió y entendió todo. Por eso cuando Yibo lo lamió ahí... ¡Se sintió tan abierto y predispuesto!

Por un momento no tuvo idea de qué decir a eso. 

- T-Tú... Urgh, eso es trampa.

Yibo rió - Puede ser - besó su lunar y lo miró de nuevo - Pero es muy conveniente.

¿Qué tal si reescribimos las estrellas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora