¿Qué tal si reescribimos las estrellas?

Una oportunidad.

[ Capítulo 27 ]

A la mañana siguiente, se levantaron temprano y se reunieron con el cabeza del monasterio TianYuan y algunos de sus discípulos directos en las dependencias del salón principal de los Chen. Estaban presentes, tanto el padre como el suegro de Chen Zhuang, y éste mismo. También Xiao Zhan y los del monasterio, el único que tenía algo que ver y no estaba era Xie Yun que se había disculpado diciendo que se sentía algo enfermo y que no sería de mucha ayuda ya que no tenía poderes espirituales increíbles de los cuales hablar.

Inesperadamente, Xiao Zhan también ayudó a convencer a los demás de dejarlo descansar y el tema quedó hasta ahí.

- Estimado joven, todo nuestro monasterio está agradecido por la rápida intervención en este asunto de su parte. Si hubiéramos sabido que algo así sucedería, no hubiéramos sido tan negligentes.

- No tiene que agradecerme nada, maestro, todo lo que hice fue lo que debía hacerse.

- Bien dicho, sin duda un joven honorable, digno de pertenecer al mundo de la cultivación. Si me permite la pregunta, ¿Puedo saber el nombre de nuestro distinguido joven?

- Por supuesto, mi nombre es Xiao Zhan.

El Abad se sorprendió y lo miró fijamente un momento antes de hablar - Disculpe de nuevo mi indiscreción, pero joven maestro, ¿Es usted familiar con el gran maestro Xiao FengLing?

- Es muy observador - sonrió cálidamente - El gran maestro es mi Shizun.

- ¿Su Shizun? - se sorprendió y lo miró más activamente - ¿Entonces, es usted el hijo de...?

- Mn, Xiao Ce'an. Mi Shizun también fue el suyo cuando el clan aún vivía.

- Pero que coincidencia encontrarnos con su discípulo más amado en esta remota tierra. ¿Cómo está él? Oí que se había recluido en la montaña hace varios años.

- Lo hizo. Se encarga de mantener la secta y las cuestiones políticas, pero solo recibe a los mensajeros y lideres de secta en la profundidad de la montaña. Los discípulos superiores son quienes se encargan de los pedidos de la gente común si hay algún problema en la ciudad.

- Entiendo. ¿Xiao-Gongzi se está encargando de alguna solicitud fuera de la montaña?

- No, este discípulo ha abandonado la montaña. 

Los monjes se sorprendieron, pero no indagaron más. Cada secta era un mundo aparte y los intrusos no debían inmiscuirse más de lo debido en eso o sería grosero. Aunque era un buen chisme, por si mismo. Porque este joven Xiao Zhan era el hijo único de Xiao Ce'an, la cabeza del clan Xiao y de la secta de la montaña Wudang.

Como hijo sanguíneo de las generaciones más antiguas del clan Xiao, debería también haber tomado el mando luego de la muerte de su padre, es decir, ser un hombre reconocido e importante en la secta de cultivación más grande y poderosa de las cinco principales en el mundo.

Una vida llena de grandeza, riqueza y fama estaba en la palma de su mano, pero este muchacho que tenía un gran futuro, lo había dejado todo por ser un cultivador errante y salvar a la gente común. Para algunos, sería un desperdicio de sus habilidades, ya que podría haber alcanzado la iluminación si se quedaba a manejar los asuntos y cultivar en aquella montaña repleta de energía espiritual natural y un gran feng-shui.

Todos sabían de la reputación del segundo discípulo más joven de Xiao FengLing. Quienes habían podido hablar con él decían que era muy educado y que su apariencia y modales eran como los del mejor erudito de la corte imperial. Los que habían tenido la suerte de enfrentarlo en un duelo para obtener experiencia, alababan sus grandes habilidades con la espada y lo hermosa que era su técnica con su legendaria espada XueHuang. Y los que habían ido a caserías nocturnas con él, pudieron apreciar su temple y lo despiadado que era cuando cortaba los espíritus, cadáveres resentidos o los demonios que se cruzaban en su camino.