Nuestra promesa.

136 20 7
                                    


[ Capítulo 55 ]






El prado bajo sus botas crujía mientras padre e hijo caminaban hombro con hombro de regreso al palacio real después de su reunión con el emperador de Jade. YanLuo miraba a su hijo de reojo, el cual aún lucia cansado, pálido y tenía los ojos hinchados. Aunque no le dijo nada más sobre el tema, sabía que este cachorro lloraba todas las noches mientras bebía y tocaba ese Guqin por horas, hasta que sus dedos estaban muy lastimados para seguir o la tristeza lo agotaba hasta dormir.

Había retomado el tema de beber el agua del Rio del olvido de Meng Po varias veces, pero su terco hijo fue inamovible en su posición de nunca olvidar. Dejó de preguntárselo e insistir, porque ahora, por lo menos lo hacía salir de casa.

- El emperador de Jade no dejaba de mirarme, ¿Sabes por qué? - preguntó Yibo con la voz baja y más ronca de lo usual.

- Lo imagino. Ahora que venciste a Luo y superaste mi poder, debe pensar que querrás el trono y te mantendrá vigilado.

- Hmph. ¿Quién quiere tener tanto trabajo? Solo a ti te gusta.

YanLuo sonrió de medio lado y suspiró - Quizás sea bueno para ti ocuparte.

- No quiero. Solo te ayudaré en la restructuración del reino y las barreras de delimitación.

- ¿Y luego qué?

- No lo sé, supongo que lo pensaré cuando llegue el momento.

- Long-Zai, no puedes pasar toda tu vida llorando su muerte.

Yibo no respondió y YanLuo suspiró, dejando el tema nuevamente.

- Hay un favor que quiero pedirte.

- ¿Qué es?

- Sobre los límites que nos corresponderán después de las barreras de delimitación. Me gustaría que tanto el rio Hei como HeLian estuvieran dentro de nuestro reino.

YanLuo entendió por qué quería el rio Hei, de todos modos, esa cabaña de la cual solo quedaban escombros y un cenotafio, alguna vez fue su hogar.

- ¿Para qué quieres una ciudad que fue totalmente aniquilada?

- Porque si hay algún alma que aun pueda salvar, quiero llevarla con Meng Po.

YanLuo lo miró un momento en silencio y lo pensó - Lo hablaré con Tian Jun, haré lo que pueda.

- Mn, gracias.

Los dos caminaron el resto del camino en silencio hasta llegar a las puertas del palacio, en donde Liying esperaba junto a Bing, reverenciándolos a ambos cuando estuvieron frente a frente. Bing le dio una mirada a su sobrino y éste solo le sonrió quedo con esos labios resecos, su palidez y las bolsas oscuras bajo sus ojos, preocupándolo y conmoviéndolo en la misma medida.

YanLuo detuvo cualquier comentario que su hermano mayor pudiera hacer - ¿Las tropas ya están reagrupadas?

- Sí, Bixia. Wugui y su gente también han tratado a los heridos y los demonios comunes han regresado con sus familias.

- ¿Y quiénes están en mi palacio? - escuchando el barullo en su jardín principal.

- Las viudas y los huérfanos. Las mujeres están esperando servir en el palacio real o en los castillos de los guerreros, como también en los albergues para los huérfanos.

¿Qué tal si reescribimos las estrellas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora