Corona de flores.

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[ Capítulo 29 ]




Zhan se sorprendió por la revelación y miró al castaño, analizándolo. Xie Yun por su parte, analizaba el fragmento de escama negra en sus dedos antes de mirar a Zhan.

- ¿Qué piensas?

- Que es muy extraño. Hay muy pocos demonios descendientes de dragones, más aún, de escamas negras.

- Ciertamente. Por lo que sé, solo los demonios herederos directos del linaje de Cang Long tienen sus escamas negras, y solo hay tres en el reino demoniaco. Uno es el Emperador, los otros dos, sus hijos.

- Mn, eso es correcto. Si es una escama real, debe pertenecer a uno de los tres y sí es así, esto no será nada simple.

- Imagino que no, de todos modos, estamos hablando de la realeza del reino demoniaco. ¿Crees qué tenga que ver con el incidente en Lizhou?

- Hay varias coincidencias. Pueblos remotos que no han tenido presencia demoniaca en mucho tiempo, disturbios extraños y ahora esta escama. Aun así, es muy pronto para sacar conclusiones.

- ¿Qué hacemos entonces?

- Llevémonos esto para examinarlo mejor más tarde y hablemos con los pobladores, podríamos tener más pistas si ellos tienen algo que decir.

- Bien. Dame una bolsa Qiakun y tu puedes quedarte con esto - le entregó la escama rota - Tener algo demoniaco en mis manos me da miedo.- hizo un pequeño temblor y mueca, volteándose para juntar los restos humanos encontrados.

Zhan lo miró un momento y sonrió suavemente, negando y buscando una bolsa en sus mangas, guardando el trozo en su solapa. Cuando todo estuvo listo, siguieron su camino hacia el pueblo, que no estaba mucho más de quince minutos a pie. En la pequeña puerta de entrada de la villa, el alcaide y dos jóvenes los esperaban para guiarlos hasta la oficina principal en donde se organizaban los asuntos agrícolas y económicos de la villa. 

Los dos fueron escoltados hasta una construcción amplia y bien ordenada, caminaron por los pasillos de madera y tomaron asiento en una de las oficinas que ya estaba dispuesta con una mesa y cojines cómodos, más comida y un poco de té.

- Por favor, maestros, tomen lo que gusten y siéntanse como en casa.

- Muchas gracias.- dijeron los dos y se sirvieron un poco de té.

- Disculpe lo poco y el lugar donde tenemos que atenderlos. Esta villa es pequeña y nunca recibimos a benefactores importantes.

- No debe preocuparse por eso, Lao-Fang. No somos tan importantes, solo somos hombres errantes que aprovechamos de ayudar en el camino.- dio un sorbo a su té y sonrió, dando esa sensación de calidez que usualmente venia de él.

- Oh, Xiao-Daozhang, es usted muy modesto. Sinceramente, cuando lo vi está tarde, pensé que algún inmortal del cielo había bajado a bendecirnos con ese aspecto que tiene.

Zhan sonrió - Agradezco el cumplido.

Xie Yun rió - Mi Daozhang suele provocar esa sensación. Lao-Fang, usted dijo que no venían inmortales por aquí. ¿No hay alguna secta de cultivo cercana por estas montañas?

- No, mi estimado Gongzi, por aquí no hay ninguna. Desde que esta villa se estableció no ha ocurrido ningún evento que pudiera haber requerido de la ayuda de un cultivador, ni siquiera los bandidos vienen a este lugar tan remoto a saquear o molestar. Es realmente un lugar tranquilo para vivir.

¿Qué tal si reescribimos las estrellas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora