Vapor de invierno.

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[ Capítulo 36 ]





Cuando Xie Yun abrió los ojos, estaba solo en la cama. Bostezó y se estiró, levantándose y yendo a la parte principal en donde encontró a Xiao Zhan terminando de poner comida caliente en la mesa. Los dos se miraron y sonrieron.

- Buenos días, Zhan-Ge.

- Buenos días. Siéntate, está listo.

- Gracias - tomó asiento en el cojín junto a Zhan y éste sirvió un poco de té, después le acercó un cuenco con arroz y los palillos. El castaño los miró y luego a Zhan que seguía sonriéndole como si nada - Hmph.- se rindió y agarró los palillos como pudo.

Zhan se rió suavemente y comenzó a comer - ¿Dormiste bien?

- Muy bien. Realmente dormir en una cama es mucho mejor que hacerlo en el piso de una cueva.

- Lo es. ¿No despertaste entre la noche o tuviste algún sueño extraño?

- ¿Mm? No, dormí como un bebé - sonrió y llevó comida a su boca con dificultad.

Zhan sonrió - Me alegro.

- ¿Qué tal tú? ¿Dormiste bien?

- Desperté un par de veces, tenía un poco de... calor.- bebió un poco de té y evitó un sonrojo.

- Oh, ¿Será por mi? ¿Dormí demasiado cerca?

- No, sólo ya me había acostumbrado a la temperatura del exterior.

- Yo prefiero dormir en una cama contigo.

- Tonto.- reprendió con una sonrisa.- ¿Irás a la zona de arado el día de hoy?

- Mn, quiero ir a echar un vistazo antes de comenzar a trabajar formalmente mañana.

- Me parece bien, así podré ir con Lao-Hu y ayudarlo en el registro para comenzar las clases y conocer a los pobladores con los que aún no nos hemos topado.

- Volveré temprano para almorzar contigo y ayudarte a preparar el jardín para tus clases.

- No te sobre esfuerces.

- Tú tampoco.

Los dos terminaron de desayunar y al rato, Liang Hu llegó por ellos con el pequeño Xun-Er, el cual se llevó a Xie Yun de la mano para guiarlo hasta la zona de arado, mientras el joven encargado y Zhan fueron puerta por puerta, comentando y tomando nota de las personas que quisieran participar. También, aprovechando la oportunidad para conversar y conocerse un poco más.

Por su lado, Xie Yun también fue bien recibido por el encargado de la cosecha y los jóvenes que ayudaban con el cultivo, presentándose e interiorizándose con el trabajo de campo. Las chicas, también jóvenes, que servían el agua y cargaban comida para los trabajadores lo miraron entre pequeños susurros y risillas coquetas.

La mañana y media tarde pasó rápidamente, después de tener todos los registros que necesitaba, Zhan y Hu se sentaron en la oficina de administración para ordenarlos y transcribirlos mientras compartían una taza de té caliente y conversaban de cosas casuales. La lluvia era poca e intermitente, pero todavía estaba nublado, el palo de bambú en el jardín sonaba cada cierto tiempo, trayendo un ambiente tranquilo y ameno.

De repente, los cascos de un caballo a toda velocidad se escuchó en las afueras de la ciudad junto a las voces de las personas que cumplían sus labores en la calle. Los dos se miraron y se levantaron para ir a echar una mirada, saliendo hacia la puerta.

¿Qué tal si reescribimos las estrellas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora