[ Capítulo 50 ]
El sol estaba en su máximo esplendor al igual que la ciudad de HeLian, la cual estaba llena de movimiento, del sonido de los vendedores ofreciendo sus productos, las personas recorriendo las calles y los niños jugando de aquí para allá. Xiao Zhan caminaba entre ellos, saludando a todo quien lo hiciera, luciendo despampanante como siempre con sus usuales túnicas blancas holgadas, su espalda recta y su cabello bien cuidado y peinado.
Los más conocidos charlaban con él un poco, los que venían de fuera, ya sea a comprar o vender sus productos, o de paseo, quedaban perplejos al verlo, deteniéndose solo para echarle una segunda mirada y corroborar si era solo un cultivador o un Dios descendido. Sin estar consciente de aquello, Zhan se acercó a un puesto en específico de dulces.
- Popo.
- Aiya, Xiao-Daozhang, ¿ya terminó con las clases de esta mañana?
- Mn, ahora me dirijo a la zona de campo por Yun-Er para almorzar. ¿No está muy animado el día de hoy?
- ¿Se dio cuenta? Tengo entendido que vinieron varias caravanas que están de paso por la ciudad. Antes nadie se atrevía a venir por lo del límite sur, pero desde que llegaron, más y más comerciantes y turistas han pedido acceso a la ciudad para probar suerte. Todo gracias a ustedes.
- Hacemos lo que podemos, pero me alegra que el pueblo haya cobrado vida. Popo, quería pedirle que prepare para mi unos pastelillos para llevar a casa más tarde y ahora un tanghulu, por favor.
- Por supuesto. ¿Son para Xie-Gongzi?
- Sí, lo conoce muy bien.
La anciana rió - El casi pasa aquí todos los días, ya le he dicho que comer tantos dulces no es bueno para sus dientes y su estómago, pero usted lo conoce mejor que yo, nunca escucha a nadie a excepción de usted.
Zhan rió - Ciertamente, ese muchacho rebelde.
- Aquí tiene - le dio cuatro palitos de tanghulu sobre un papel de aceite - Dos para cada uno, no deje que ese muchacho coma más. Le tendré los pasteles antes de que se marchen.
- Gracias, Popo - iba a buscar dinero en su manga, pero la abuela lo detuvo.
- No se preocupe, puede pagarme todo junto. Vaya por su Xie-Gongzi, él debe estar hambriento con todo lo que trabaja.
- Está bien, nos vemos más tarde.
- Tenga un bonito día - lo reverenció y Zhan siguió su camino.
Zhan caminó hacia la salida sur de la ciudad mientras comía uno de los tanghulu lentamente, disfrutando del sol y el sabor del caramelo en su boca. Tomó el camino hacia el arrozal en donde varios hombres con sus pantalones enrollados y sin túnicas trabajaban, algunos con sombreros de paja para protegerse del sol y otros con canastos para retirar los brotes listos. Buscó con la mirada a su demonio hasta que lo encontró en la mitad del arrozal, levantando una hoz con su torso desnudo y bajándola con fuerza. Todos los músculos de su espalda y abdomen se tensaron y luego soltaron cuando la herramienta cortó los tallos y entró al agua, salpicando gotas que brillaron con los rayos del sol sobre el cuerpo del castaño.
Yibo también tenía sus pantalones enrollados hasta las rodillas y había tomado todo su cabello en una coleta alta, por lo que su rostro se veía incluso más afilado en el área de la mandíbula, delineado también por pequeñas gotas de agua o sudor. Sus hombros desnudos eran anchos con curvas atractivas y masculinas, esos dos hoyuelos en su espalda baja lucían seductores e indecentes, tal como este joven fuerte y atractivo.
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¿Qué tal si reescribimos las estrellas?
Fantastik¿Un demonio? ¿En mi casa? ¿En mi cama? ¡No puede ser! Donde la casa de Xiao Zhan es invadida por un extraño y guapo demonio, teniendo que compartir con él su departamento, su comida, su sangre, un pasado, un destino y quizás la eternidad. 🌻Todos lo...