Túnica de cortejo.

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[ Capítulo 30 ]





Esa mañana, los dos se levantaron temprano y mientras Xie Yun fue a comentar de su partida a Lao-Fang, Xiao Zhan recogió sus cosas y selló la carta para ser enviada lo más pronto posible. Miró la corona de flores que había dejado sobre la mesa antes de ir a dormir y los sentimientos de esa noche volvieron a calentar su corazón.

La tomó entre sus manos y acarició las flores moradas y lilas una por una, oliendo el aroma de su rocío que aún se mantenía y admirando los detalles con ternura que trataba de controlar. No podía dejarse llevar, pero había algo que nacía en su corazón que no podía controlar por mucho que quisiese hacerlo. Un latido doloroso y a la vez dulce, un tipo de afecto que no conocía de antes. Tan confuso y complicado, pero tan emocionante.

Sus muy entrenados oídos captaron movimiento fuera de la cabaña y sacó una bolsa Qiakun para guardar la corona de flores en ella y meterla entre sus mangas. Cuando se volteó, Xie Yun le sonrió mientras se acercaba.

- Están avisados, nos esperan para despedirnos.

- Bien, marchemos entonces.

- Mn.

Los dos salieron de la cabaña y los pobladores los esperaban en la salida de la villa. Los reverenciaron con agradecimiento mientras Fang Liu hablaba.

- Daozhang, Xie-Gongzi, nuevamente déjenos mostrar la gratitud de todos nosotros. Les preparamos un bolso con algo de comida, especias y vino. Por favor, llévenlo con ustedes en su viaje en nombre de todos nosotros.

- Muchas gracias a todos, no debían molestarse, ha sido nuestro honor ayudarlos en todo lo posible - dijo Zhan con una sonrisa y Xie Yun tomó el bolso. Zhan sacó la carta y la entregó a Lao-Fang - Le pediré que envíe esta solicitud mía a la secta más cercana lo antes posible para que puedan venir y resolver con más meticulosidad lo que está pasando. Sin duda, al leerla, mi secta y las demás no tardarán en enviar a un grupo para investigar.

- Lo haremos a la brevedad, Daozhang. Muchas gracias y que tengan un viaje bendecido.

- Gracias a todos ustedes por su hospitalidad.

La pequeña A-Mi se acercó a ellos y miró al castaño con sus ojos tristes - ¿De verdad se tienen que ir tan rápido, Gege?

Xie Yun le sonrió - Aún tenemos mucho camino que recorrer y personas que ayudar, no estés triste, estoy seguro que nuestros caminos volverán a juntarse en algún momento.- acarició su cabeza y ella asintió.

Los dos se fueron entre despedidas y manos alzadas con gratitud, adentrándose al bosque y dejando la villa atrás, sin saber, que esa sería la última vez en que ellos podrían ver a esas personas con vida.


Después de dos días de caminar entre los arboles y las montañas, se detuvieron para tomar un descanso. Sentándose en unas piedras junto a un riachuelo delgado y las sombras de un sándalo. 

Zhan tomó un poco de agua mientras Xie Yun se quitaba las botas para descansar sus pies en el agua.

- ¿Zhan-Ge, por qué no usamos tu espada para ir más rápido?

- Sería demasiado con dos personas, además, a XueHuang no le gusta que la monten.

Xie Yun rió, chapoteando sus pies en el agua - ¡Sin duda, tan feroz!

¿Qué tal si reescribimos las estrellas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora