Planes y resignación.

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[ Capítulo 45 ]





Los tres salieron a los pocos minutos hasta el patio donde los discípulos restantes de la secta Fuling habían llevado a los cadáveres y las herramientas usadas para atacarlos. Ya era de mañana, pero el frío del invierno era crudo, por lo que todos fueron abrigados con sus capas de invierno y arreglaron sus capuchas, aunque no llovía de momento.

Los discípulos los reverenciaron al verlos y los llevaron hasta el patio. Los cadáveres estaban alineados en el centro y en cada esquina de cuatro, había espadas cargadas de poder espiritual, elevando una barrera traslucida que no dejaba que energía demoniaca se filtrara.

Zhan detuvo a Yibo un momento, antes de cruzarla para acercarse a los cadáveres.

- ¿Estarás bien? ¿Las barreras no te harán daño? - susurró bajo solo para que Yibo escuchara.

Yibo lo miró y sonrió de medio lado - ¿Quién soy? ¿Un demonio calvo? Estaré bien.

Zhan rió - No te sobre esfuerces solo porque quieres elogios de mi parte.

- Tú no sobre esfuerces esa cintura, todavía no me he saciado de ella.

- Tú... - le dio un golpe en el brazo y ambos cruzaron la barrera.

Los dos caminaron entre los cadáveres, viendo los agujeros en el pecho de los cabríos, que aun tenían sus corazones apretados en sus garras derechas, como guardando un tesoro entre los dedos. Yibo se acuclilló y abrió la palma de uno, Zhan hizo lo mismo, buscando entre el órgano vital sin ningún tipo de asco, sacando del centro de ellos, cada uno, una escama negra.

- Zhan-Ge, no la toques con las manos desnudas.

- No tiene energía residual - la levantó y la miró contra luz - Son como las que encontramos en nuestro viaje al sur.

- Entonces pierden su efectividad cuando el demonio muere - se acercó y le quitó la escama - No importa si no tienen energía demoniaca, no las toques - sacó un pañuelo de su pecho y limpió la mano de Xiao Zhan - Son de Luo, así que de todas formas olerán a mierda.

Zhan rió, pero lo reprendió - Yun-Er, modales.

- Revisa los cuerpos de los arqueros, terminaré de recolectar las escamas.

- ¿Qué harás con los cuerpos de los demonios guerreros?

- Los guardaré en mi pecho - sacó una bolsa Qiakun mientras dijo esto, con una expresión algo decaída - Cuando tenga la oportunidad, los llevaré al reino demoniaco y me encargaré de que tengan una sepultura con honores.

Zhan vio esa mirada y aprovechó que Yibo aún limpiaba su mano para esconder ambas bajo su manga ancha y apretarla, dándole ánimo y comprensión en ese apretón, el cual Yibo captó y respondió con una suave sonrisa. Los dos se separaron, Yibo guardó los cuerpos de los demonios cabríos en la bolsa, uno por uno, después de quitar esa sucia escama y juntarlas en una bolsa diferente, mientras Zhan fue hasta los cadáveres decapitados por XueYu de los arqueros. Se agachó junto a uno y retiró lentamente la sábana blanca que los discípulos habían usado para cubrir el cuerpo, viendo primero el corte limpio que XueYu había dejado en el cuello, meticuloso, pero salvaje, tal como su amo. Bajó la mirada por el pecho hasta las manos, frunciendo el ceño. Eran manos humanas.

Retiró con cuidado la túnica, desnudando el pecho y el abdomen, mostrando un cuerpo bien constituido y entrenado. Esas manos tenían callosidad y heridas en los dedos, pero eran fuertes, entrenadas para sostener un arco y cazar bestias. Zhan puso su mano sobre el abdomen y cerca del corazón, cerrando los ojos y barriendo el cadáver por dentro con su energía espiritual. Sus dedos se contrajeron cuando lo sintió. Dentro había un núcleo dorado roto y en el centro, un pedazo muy pequeño de escama. 

¿Qué tal si reescribimos las estrellas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora