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En algún momento sin que pudiera señalar el cuándo, el mundo giro demasiado rápido haciéndole caer a gran velocidad.

Encontrándose de golpe en un espacio oscuro que por un instante le lleno de miedo.

Se giró buscando a Josie a su lado.

Preocupada por si estaba a salvó pero sin encontrarle dónde debía estar. Provocando que el pánico fuera aumentando al igual que sus palpitaciones que inútilmente le hicieron seguir buscando aunque sabía que era en vano.

Un pequeño quejido.

Solo un leve gemido en la oscuridad le llamo e instintivamente lo siguió. Sabía que no era quien buscaba pero aun así la urgencia le hizo moverse.

No era Josie pero era igual de importante.

Pronto fue visible su lobo.

Tumbado en el suelo, lloriqueando con pesar por lo bajo hasta que sus miradas se encontraron y su volumen aumento.

Llamándole.

Aturdida se apresuró hacia él.

Cayendo a su lado sintiendo la furia fluir por su ser al verle firmemente sujeto por un grueso hilo rojo brillante. Sus ojos en dorado ante la ofensa y con el ímpetu lo sujeto para luchar contra él. Encogiéndose de dolor y malestar ante la poderosa magia que emanaba.

Que le repelía y quemaba sin herirle realmente.

Su lobo volvió a llorar y ella elevó su cabeza para recostarla sobre su regazo. Acariciándole con dulzura a la vez que sus miradas se unían.

-Tranquilo. Encontraré como dejarte libre.

Sus palabras en lugar de calmar hicieron que el lobo gruñera y luchará por alejarse. Confusa le miro y siguió acariciándolo tratando de calmarlo.

-¿No quieres que lo haga?

Su ceño se frunció sin comprender. En especial cuando el lobo soltó un quejido al sentir como su pata trasera era liberada de la nada.

El hilo solo se aflojó y se fue desvaneciendo en el aire.

Hope volvió a tocarlo pero esta vez no lucho contra el amarre sino lo sintió.

Cerro sus ojos permitiendo que su magia penetrara en su ser. Como si este supiera que no tenía otras intenciones, la magia de este no le repelió sino que se mostró. Cómo una marea le atravesó con una calidez intensa que pronto reconoció.

El vivido latir en él, le robó un suspiro aliviado.

Era el pulso de Josie.

Su magia y su misma esencia en ella.

Muchos creían que las mellizas al ser sifones no tenía una marca propia en la magia que realizaban porque simplemente no era propia pero ella sabía la verdad. Lo había sentido y aprendido durante toda su vida hasta el punto que la diferencia, o su presencia eran obvias.

Por su mente cruzo que Josie había lanzado un hechizo sobre ella pero sabía que eso no era verdad.

No lo creía.

Pero eso no significaba que entendiera lo que pasaba.

Su mano siguió dando caricias suaves mientras su cabeza intentaba entender sin hacerlo y su mirada seguía el hilo que parecía sujetar cada parte de su lobo.

Sorprendiéndose cuando el mismo apareció envolviendo su mano. Detuvo sus movimientos y le miro confusa, mirando hacia la otra que se encontraba de la misma forma y por lo que podía ver y sentir el resto de su cuerpo era un reflejo idéntico.

Lobo SueltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora