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El profundo lamento surco el bosque llevado por el viento hasta bajar la montaña y más. Dejando solo silencio y una neblina espesa que apenas y permitía ver la escuela a la distancia pero sus ojos no estaban en ello.

Un profundo lamento atravesó su pecho helado que ni el sol descendiente logro templar aun cuando desde su levantamiento lucho por hacerle estremecer. Por sacudir lejos el frio que casi le congelaba cuando sus ojos se posaban en alguna de ellas, o su parpadeo le hacía revivir el momento que no podía borrar.

El lamento volvió con todas sus fuerzas y lo dejo ir hacia el viento a la vez que sus garras se enterraban en la tierra hasta desmoronarla. Trozos cayeron al vacío donde sombras bailaban y su mirada les siguió hasta el fondo siendo empujada hacia atrás por el viento que peino su pelaje por completo.

Un impulso le recorrió a la vez que en el fondo de su mente resonaban lejanas teclas de piano que eran golpeadas sinsentido. Dudosos toques separados, con la elección de la canción llena de indecisión aunque eso era falso. La tonada estaba ahí cubierta por los crujidos de sus huesos. Su piel desnuda golpeo la tierra húmeda decorándole con sus cabellos que se extendían como raíces mientras sus ojos se fijaban en el cielo que apenas mantenía un resplandor. Apretó sus parpados deseando escapar de la imagen pero en su lugar dejo ir una lagrima que bajo por su costado hasta perderse en la tierra.

Y entonces, la canción cobro vida.

La imagen giro y el frio se desvaneció aunque las lágrimas no se detuvieron.

Un momento lejano.

Otro atardecer en otro tiempo. Brazos fuertes sosteniendo su cuerpo, una mano jugueteando con sus cabellos y otra envolviendo perfectamente la suya tan diminuta. Las notas llenando la habitación como los aromas únicos tatuados en su alma.

"-No estoy segura de que esa canción sea una elección ideal para una niña de cinco..."

Lagrimas más se acumularon y una sonrisa brillo en su rostro.

"-No existe un rango de edad para la cultura. Quizás no podrá apreciarlo ahora pero estoy seguro que la princesa lo hará pronto..."

Un doloroso pasar de saliva en su garganta mientras la canción tomaba más fuerza en sus oídos. Tarareándola sin poder evitar casi reír cuando las palabras susurradas eran correctas e idénticas que en las que en su mente tenían otra voz más grave y aterciopelada, una que muchas veces le arrullo en las noches de insomnio o fue escudo contra las pesadillas.

"-Mi pequeña lobita lo sabrá... Conocerá el mundo y su historia. Su belleza y... ¿Realmente tenías que elegir algo tan malditamente serio? Hermano... "

Su cuerpo se sacudió ante la voz aterciopelada, profunda pero juguetona que siempre estaba en sus sueños. En sus mejores y peores momentos.

Como aquel en que sus lágrimas cayeron y el momento se desvaneció, dejándole solo con la canción...

-... Di que compartirás conmigo un amor, una vida... –. Su canto era solo un susurro –Guíame. Sálvame de mi soledad –. Que tembló al igual que su puño apretado –Di que me quieres contigo aquí, a tu lado... –. El azul en su mirada se oscureció tanto como cielo ante ella –Donde sea que vayas déjame ir también... –. El sonido se atoro en su garganta pero se forzó a dejarlas ir a la vez que el sollozo rompía su corazón –E-es todo lo que... pido...

El viento se llevó su canto que nadie escucho como el llanto que al fin se permitió.

***

Un extraño momento.

Un golpe flojo seguido por un suspiro libre que resonó por la habitación vacía. Sus parpados se cerraron mientras inhalaba profundamente hasta que no pudo tener más aire y entonces solo lo dejo ir de golpe.

Lobo SueltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora