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Alaric suspiro avanzando por el pasillo vacío.

La campana había sonado y todos los estudiantes habían corrido a sus clases incluyendo sus hijas a las que personalmente llevo hasta el aula. Lizzie refunfuño durante todo el camino y Josie intento convencerlo de dejarle ayudar con el problema de la loba en la habitación pero se negó, a la vez que la sospecha de que no fuera la primera vez que sus hijas se hacían cargo de la situación comenzaba a ser demasiado real. Quizás ambas lo sintieron porque en algún punto guardaron silencio y simplemente caminaron a su lado fingiendo ignorancia e inocencia.

Después de asegurarse de que los profesores no les dejarán escapar volvió corriendo a la habitación. Imaginando que encontraría el lugar destrozado y a un lobo a punto de matar pero en su lugar, Hope se hallaba echada en la cama de Josie, completamente de costado con sus patas estiradas y su cabeza recostada sobre las almohadas, que perezosamente elevó para voltearlo a ver. Solo se hizo a un lado dejando el camino libre hacia el pasillo y la loba se levantó, caminando con elegancia por todo el camino hasta su oficina.

No había podido evitar mirarle con orgullo al ver su excelente control y su propio cuidado porque nadie les atrapará. Sus sentidos aumentados habían ayudado con ello cuando algunos rezagados se aceleraron por el camino, pero lograron ocultarse sin problemas. Bueno, por decirlo de alguna forma. Ocultar a un lobo enorme no era muy simple que digamos.

En su oficina; la loba rondó distraídamente por el sitio con paso lento e intentando no golpear las cosas con su cuerpo, especialmente su cola que iba de un lado a otro con emoción. Ver su mundo normal desde la perspectiva de su lobo era muy interesante para Hope.

Alaric le pidió que se quedara y que no causara destrozos mientras iba por sus desayunos. La promesa de comida causó que al instante, la loba tomara asiento en medio de la oficina y se quedará inmóvil como un buen can.

Causando la risa del hombre que ahora iba por el pasillo cargando una gran bandeja con sus dos manos. Para nadie sería anormal verlo llevar comida a su oficina aunque si lo haría el que llevara tanta comida como parecía.

Abrió la puerta y elevó su ceja al ver a la loba cómodamente echada en su sofá. Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro al ver su mirada arrogante y sus patas cruzadas con cierta elegancia. La imagen de su pupila en forma humana sentada en la misma posición y con el mismo porte cruzó por su cabeza.

Para el, era demasiado obvio quien era esa loba y siempre le reconocería donde fuera.

-Ni creas que vas a comer echada –. Soltó a la vez que entraba por completo y aseguraba las puertas.

La loba soltó un bufido y puso los ojos en blanco pero obedeció. Salto fuera del sofá de triple plaza de cuero marrón y camino hacia el hombre al que empujo con su cabeza con cierta ansiedad. El aroma asalto su nariz con intensidad y lleno el ambiente del sitio así que literalmente estaba babeando.

-Voy. No te desesperes –. Alaric Camino hacia la mesa de centro llena de libros que se hallaba justo frente al sofá que antes había ocupado la loba. Quitó la tapa descubriendo varios platos de alimentos –Te traje algo de huevo, salchichas, fruta picada, leche y por supuesto, tocino.

La loba soltó un potente ladrido con emoción y dio la vuelta sobre su eje con ágil rapidez. Ansiosa por comer.

El rio por lo bajo mientras dejaba los platos en fila en el suelo a su lado. Cuidando no tirar nada y para su sorpresa Hope se sentó para aguardar aunque sus patas golpeaban el suelo de madera con ansiedad como si marchara. Apenas el último plato fue dejado y la mano del hombre se alejó unos cuantos centímetros cuando ya no pudo controlarse más y hambrienta se lanzó a desayunar.

Lobo SueltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora