-Rompe el vínculo. No lo quiero –. Dijo Hope con frialdad apenas mirándole con desprecio.
Josie sintió como su corazón se estrujó dolorosamente para luego romperse en miles de pedazos.
-¿Qu-que? ¿Por qué? –. Pregunto en apenas un susurró.
Freya que rodeaba a su sobrina dejando un grueso camino de sal le miro casi con incredulidad mientras Keelin suspiraba negando por lo bajo.
Hope le miro frunciendo su ceño –¿Enserio preguntas?
Josie apretó su mano sobre su pecho pero aún tuvo la fuerza de asentir.
La cobriza suspiró con exasperación y negó en silencio antes de volver a mirarle con frialdad –Es obvio. Porque me niego a estar unida a alguien tan insignificante como tú.
Las palabras solo acrecentaron el dolor en su pecho a la vez que lágrimas comenzaban a caer mientras escuchaba casi a la lejanía la voz de Freya que recitaba palabras que no podía entender. Su cabeza estaba en la cobriza y se aferraba a la incredulidad con todas sus fuerzas.
-Eres tonta y débil –. Siguió Hope hablando –Sin voz... demasiado sin chiste hasta el punto en que jamás te he visto con nada más que lastima. Entendí completamente porque nunca fuiste lo suficiente para Penélope y si me lo preguntas, preferiría estar vinculada a Lizzie. Al menos ella sabe lo que quiere y lo persigue... tu eres... solo serás un estorbo en mi vida. Nunca serás suficiente.
Las llamas rodearon a Hope. El hechizo estaba funcionando. Lo sintió en su pecho que crujió cuando quiso aferrarse al lazo pero su fuerza se perdió al ver cómo sus padres asentían apoyando la decisión de la loba y cómo su hermana parecía darle una sonrisa coqueta, que está retorno dándole un guiño.
El lazo se despedazó. Sumiéndola en la soledad y dejándole caer en un vacío tan doloroso que era asfixiante mientras su llanto desconsolado resonaba en él.
***
Hope corría por el bosque. Con su cabeza sumergida en sus pensamientos, sintiendo como el enojo y la frustración contra si misma aumentaba. El dolor le hacía débil, se repitió sin cesar. El dolor le hacía impulsiva de la peor manera, sin pensar en las consecuencias y eso era malo. El dolor ya debía de parar de golpear su interior. Estaba de mal humor y eso era evidente por su línea de pensamientos que por supuesto comenzaron a enfurecerse hasta el punto que pensar en apagar su humanidad sonaba tan bien.
Fue entonces cuando se dio cuenta de lo mal que estaba. Recordar a su padre y su madre siempre le ocasionaba esas dos emociones, enojo y dolor, y no quería vivir así. No podía. Y siempre que pensaba que ya lo había superado, todo volvía a golpear con la misma fuerza que antes.
Siempre cayendo en solo esas opciones de sentimientos. Así que se concentró en la ira, la misma que alimentaba e intensificaba los instintos lobunos en los que se fue perdiendo dejando que la libertad que gozaba al correr sin sentido por el bosque bastara para controlarse al día siguiente.
Era entrada la madrugada según pudo ver gracias a la posición de las estrellas y la luna. Cuando se detuvo, justo junto a la cascada que parecía ser la guarida elegida por su lobo.
Se acomodó en un sitio. Relajándose al escuchar el paso del agua que silenciaba lo suficiente sus pensamientos y sus ojos se cerraron. Aunque en lugar de echarse y dejarse vencer por el cansancio de todo, soltó un bufido antes de revolcarse en el césped y la tierra deseando borrar los rastros de limpieza de su pelaje aunque cuidando el aroma. Lizzie le había puesto de su shampoo así que olía a Josie, y eso le gustaba y le daba cierta tranquilidad.
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Lobo Suelto
RomanceLiteralmente lo que el título dice. Lo que pasa cuando se hacen hechizos sin pensar