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Reconocer a Hope, era cada vez más fácil con cada día que pasaba.

Había muchas ocasiones en las que la duda se sembraba en la mente de Josie pero otros más dónde era claro.

Cómo en ese instante.

Al despertar luego de una necesaria siesta se encontró en su cama. Con su rostro enterrado en el pecho de la loba y sus manos y piernas casi aferrándola.

Las patas de Hope se hallaban acomodadas a ambos lados de su cabeza y le acercaban protectoramente apenas sacando sus garras. Se encontraban recostadas de costado dejando una pata libre que se movía lenta y cuidadosamente en una pequeña caricia.

Josie se movió y elevó su mirada para ver de frente a la loba. En instante en que sus ojos se encontraron, lo supo. Hope era la que tenía el control en ese momento.

Los ojos dorados tenían un pequeño tinte azul alrededor de la pupila pero eso no era lo que se lo decía.

Era la delicadeza.

El lobo de Hope era impulsivo. Una fuerza de la naturaleza que iba a dónde deseaba y eso incluía sus interacciones. El era el que jugaba con ella, que la molestaba para que le pusiera atención. Sus lamidas eran cariñosas pero firmes. Notorias. Cómo si intentará dejar alguna huella.

Hope era sutil y delicada en sus muestras de afecto. Era ella la que le había llevado a pasear por el bosque, la que se echaba a su lado y le escuchaba leer. Le lamía con suavidad y casi solo en un pequeño toque, y juraba que podía ver en su mirar como lo pensaba detenidamente antes de hacer la acción así como después se fijaba que no le molestará.

Ella le veía. Le observaba en silencio por largos ratos y Josie se estremecía a cada segundo sin poder evitarlo.

Cómo en ese instante. Hope estaba mirando directamente a sus ojos y en silencio trataba de mostrarle que estaba intentando cuidarle.

-Estoy bien. Lo prometo –. Susurró instintivamente pero sabía que era lo correcto para decir.

Hope lleno sus ojos de preocupación pero no se quejó, en su lugar se acercó y recargo su frente contra la de la morocha quedándose inmóvil por un rato.

Un suspiro escapó de Josie a la vez que se aferraba al pelaje. Su corazón se aceleró al sentir como la calidez del vínculo aumentaba hasta ser lo suficientemente intenso como para que le confortara. El malestar que aún reinaba en su cabeza por la magia se fue desvaneciendo y una sonrisa se filtró en su rostro al sentir como Hope estaba tratando de mover su magia lejos de su ser para que no le afectará más.

Se alejaron apenas lo suficiente para continuar mirándose en silencio.

-Te extraño –. Susurró Josie luego de un rato a la vez que pasaba su mano por el costado del lobo –Extraño tu voz y tu sonrisa. Tu tono arrogante al hablar cuando sabes que tienes la razón... tus ojos cuando se fijan en una imagen y la aprecias milímetro a milímetro... extraño que estés a mi lado.

"Quiero volver... Solo... solo quiero volver para tener de nuevo la oportunidad y el deleite de tomar tu mano. De disfrutar tu risa. Tu sonrisa eufórica cuando logras hacer un nuevo hechizo. Quiero pasar horas hablando contigo de malas películas y ver cómo dejas ir una lágrima por la muerte de algún personaje... No estaba viendo una imagen, solo te estaba mirando a ti... solo a ti..."

Josie se movió lentamente y depósito un pequeño beso en los labios del lobo que se mantuvo quieto y cerro sus ojos disfrutando el contacto que agitó el interior de ambas.

-Iak. La zoofilia no es linda, hermanita –. Soltó Lizzie cerrando la puerta tras de sí.

La morocha volteó a verla sonrojada –Cállate.

Lobo SueltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora