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Pedro apenas si pudo quedarse una hora después de la cena. Emma vigilaba de cerca a los más jóvenes para que durmieran a su hora así que pronto estuvieron solas un rato.

Quizás una hora más antes de que Lizzie volviera con labios hinchados y cabello torpemente peinado junto a una sonrisa estúpida decorando su rostro.

En cuanto vio a Hope soltó un bufido pero luego tomo una almohada y comenzó a golpearla con todas sus fuerzas.

-¡No vuelvas a tocar a Stef! –. Grito sin parar hasta que la loba alcanzo a morder la almohada con todas sus fuerzas haciendo que está se rasgara y que la habitación se llenará de plumas.

-¡Basta ustedes dos! –. Exclamó Josie con dureza y ambas guardaron silencio –Ahora. Limpien esto y luego vete a duchar, Lizzie. Y será mejor que termines tu tarea de ayer o ya verás.

-Si Jo.

Fue lo único que se atrevió a decir la rubia antes de ponerse a limpiar junto a la loba que empujo plumas de una en una hasta formar un pequeño montón. Entonces fue que ambas gruñeron y recordaron que eran brujas.

Luego de un rato. Hope descansaba tranquilamente a los pies de la cama de Josie. Observando en silencio mientras las mellizas hacían su tarea, o al menos la morocha lo hacía.

Lizzie por otro lado parecía bastante entretenida en algo en su computadora y hacia bastante tiempo que no escribía nada. Solo leía en silencio.

-Mhmmm. Interesante.

Josie dejó de ver sus apuntes para voltear hacia su hermana que se hallaba en su propia cama –¿Qué?

-Aquí dice que para que un perro te respete debes morderle la oreja –. Dijo la rubia a la vez que pasaba su mirada hacia la loba que no se movió pero concentro su mirada en ella con sospecha.

Tranquilamente Lizzie se puso de pie y dejo su computadora en su mesa de noche. Josie la miro confusa a la vez que Hope elevaba su cabeza casi como silencioso reto.

Y de pronto todo se volvió un caos. O al menos eso le pareció a Josie que vio cómo su hermana casi saltaba el metro que la separaba de su cama para intentar sujetar al lobo que salto hacia un lado con agilidad. Escapando con simpleza.

Lizzie le gruño al ver su mirada burlona y al momento se puso de pie para comenzar a perseguirla. Hope comenzó a trotar por toda la habitación, cuidando no pisar las libretas en la cama o las que cayeron al suelo. Dando pequeños saltos para acercarse y alejarse de la rubia que gruñía y gritaba con frustración a la vez que no dejaba de lanzarse para intentar atraparla.

-¡Lizzie detente! –. Exclamó la morocha cuando su hermana literalmente paso corriendo sobre su cama.

Hope se rio de sus avances y para molestarla se subió a su cama pisándola fuerte para que sus pasos se marcarán en la manta. Lizzie dio un quejido ofendido.

-Hope basta. Ven acá –. Dijo Josie llamando la atención de la loba que dejó por un momento su semblante juguetón para bajar las orejas y hasta un poco su mirada con culpabilidad visible.

Momento que Lizzie aprovecho. Con todas sus fuerzas se lanzó contra la loba. Tacleándola hasta caer al suelo.

Un quejido animal se hizo oír. Siendo lo suficientemente potente como para que Josie se pusiera de pie de un salto y corriera para saltar sobre la cama de su hermana y asomarse al suelo al otro lado.

-Au. No... espera... no es justo... –. Se quejó Lizzie cubriéndose la cara con sus manos.

Hope y ella yacían en el suelo juntas y sin piedad el lobo le golpeaba con sus patas en la cabeza. Como si fuera boxeador aunque sin demasiada fuerza y cuidando mantener sus garras bien ocultas.

Lobo SueltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora