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Hope despertó de golpe. Aturdida sintiendo el movimiento de su lobo que caminaba distraídamente siguiendo un tenue aroma.

Vio por la ventana notando que el sol se había ocultado de nuevo. Sus pocos rastros de luz ya casi eran inexistentes.

"¡¿Me bloqueaste?!". Exclamó molesta y como respuesta el lobo solo resoplo burlonamente "¡¿Cómo...?!".

Hope iba a quejarse más pero pronto se dio cuenta de dónde estaban. El miedo comenzó a hervir en su pecho a la vez que la confusión le llenaba.

"No. No podemos estar aquí. Tienes que volver". Grito alarmada pero él siguió su camino ignorándola.

Estaban a un par de metros de salir del bosque y pisar los jardines de la escuela iluminada. Las voces de los niños jugando eran claras pero no le importaron al lobo que solo se concentró en el aroma que le había guiado.

"No sé cómo te escapaste pero tienes que volver. Ahora".

El lobo bufo por lo bajo y estaba a punto de gruñir antes de seguir su camino pero entonces una pelota se coló entre los árboles. Rodando hasta golpear las patas del animal que le miro con interés.

"¡Vámonos ahora!". Grito Hope alarmada. Escuchando con claridad los pasos que se acercaba corriendo.

Pedro entro en el bosque y se detuvo al ver al animal. Sonriéndole con todas sus fuerzas aunque no se acercó por completo como siempre le habían enseñado.

El lobo ladeó la cabeza levemente y le miro por lo bajo aun cuando su nariz apuntaba hacia la pelota.

"No le hagas daño. Te lo ruego. Date la vuelta y déjalo ir. Es familia". Soltó Hope con pánico.

-Hola amigo –. Saludo con dulzura el niño y el lobo olfateo sonoramente en su dirección.

Hope se tensó por completo y quiso golpear al animal pero este ignoro todo su malestar creciente. En su lugar, se concentró en el pequeño que estaba demasiado tentado en acariciarlo.

Sin dejar de mirarlo, el animal bajo su hocico y con su nariz empujo la pelota que rodo hacia el niño que sonrió aún más fuerte de ser posible.

Hope suspiro y rogó para que tomara la pelota y se fuera pero no lo hizo.

Pedro se agachó y volvió a rodar la pelota hacia el lobo que le miro confuso pero volvió a regresarle la bola con simpleza. El rio emocionado y se sentó en el suelo para volver a hacerlo. Iniciando de esta manera un juego de pases con el lobo que aunque no entendía, poco a poco comenzó a disfrutar del juego.

Hope gruño por lo bajo. Prometiendo que regañaría al niño en cuanto volviera a su forma humana pero por lo demás tomo asiento y solo observo. Sintiendo como su lobo estaba realmente interesado en ello y no en comerse al pequeño.

El tiempo pasó y la noche se hizo más profunda. Pedro lo noto así como también escucho el sonido de su estómago gruñendo –Ups. Creo que me perdí la cena.

El lobo se acercó lentamente intentando no asustarlo. Y con suavidad le dio un empujón hacia la escuela.

Pedro le sonrió –Si. Debo volver. ¿Quieres venir conmigo? Te daré algo de comer.

"¡No vayas! ¡Vuelve al bosque!". Hope grito con fuerza.

Por supuesto que no le escucho y en su lugar volvió a sumergirla en su cabeza. El animal comenzó a caminar junto al pequeño que lentamente se atrevió a acariciarle la cabeza. Sonriendo al no ser rechazo...

***

Josie había estado ansiosa durante toda la cena.

Su plan era tomar algo, que su papá la viera y luego escapar al bosque pero no se había movido desde el momento en que noto que Pedro no se hallaba por ningún lado. A veces los más pequeños se saltaban la cena o la tomaban junto a la chimenea como en un picnic pero todos los amigos de Pedro se encontraban en el comedor.

Lobo SueltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora