dos.

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"Nos complace comunicarle que ha sido seleccionada para realizar la pasantia en producción musical.

Esperamos recibirla en nuestros estudios el día 15 de Marzo, en la ciudad de Bogota, Colombia.

Felicidades, Martina. Nos vemos pronto.

Mapache, prod."

Finalice de leer el email y mire a perpleja a Ari.

-Tina- me tomo por los hombros poniéndose frente a mi- iras a Colombia a cumplir un sueño- me sacudió.

No lo creía.

Pestañe varias veces y volví a leer el email.

-No es real- dije.

-¡Lo es!- salto en el lugar- Dios, reacciona- volvió a sacudirme.

Voltee a verla

-Me voy a Colombia- dije y enmudeci por unos segundos- ¡Me voy a Colombia!- grite.

A la semana siguiente tome el primer vuelo que había hacia Colombia desde Argentina.

Las despedidas fueron alegres, nuestros padres siempre nos habían alentado a no amarrarnos a personas y menos a objetos. A ser personas independientes y autofucientes.

De esta forma, poder ir cumplir los sueños era un poco más fácil.

Nada es para siempre, y si me tocaba irme, en algún momento iba a volver. O podrían ir ellos a verme.

No era la primera vez que tomaba un avión, pero por alguna razón esta vez había algo distinto.

Y ciertamente lo había, era un avión solo de ida. Mi maleta estaba llena de ilusiones y expectativas. Y el corazón abierto dispuesto a vivir experiencias inolvidables y conocer personas excepcionales.

Al llegar a Bogota, me encontré con un joven que llevaba mi nombre escrito en un cartel.

-Hola, soy Martina- dije cuando me acerque.

-Nicolas Gonzalez- estiro su mano sonriendo para presentarse- un gusto Martina.

-El gusto es el mio. ¿Hace mucho que esta esperando?- pregunte.

-Solo unos minutos, no se preocupe. ¿Muy cansador el vuelo?

Continuamos nuestra platica rumbo a la salida del aeropuerto. Un auto nos esperaba en la puerta con otro joven dentro.

-Martina, el es Pablo. El segundo socio de Mapache.

-Hola Pablo, un gusto conocerte.

-¡Bienvenida a Colombia!, la vamos a pasar bien chimba.

-Eso espero- le sonrei.

Ambos hombres, denotaban una edad mayor que la mía, pero no tanta.

No los conocía, pero transmitían confianza y tranquilidad. Vibraban de una forma bonita que hacia que me sintiera a gusto.

El camino hacia el hotel fue muy gustoso, me enseñaron parte de la ciudad y sus conversaciones fueron amistosas.

Deseaba con todo mi ser salir a conocer Bogota, y saber que historia se contaba en cada rincon.

Pablo y Nicolas parecían conocerse de hace tiempo, tenían un código de habla peculiar. Esos de los que tienes solo con la gente que conoces hace tiempo, o que aprecias mucho.

Sabía perfecto sus nombres desde antes de aplicar a la beca. Conocía a Morat y sabia de la historia de Juan Pablo Isaza y su productora.

No me había lanzado a un lugar extraño. No era mi estilo. Tirarme a la pileta por un sueño siempre era mi mejor plan, siempre y cuando sepa a que pileta me estoy metiendo.

-El estudio queda a unas pocas calles de aquí, te enviaremos la dirección por email. Hoy estaremos trabajando, pero no es necesario que vengas. Tomate el tiempo para instalarte comodamente y luego comienzas- me explico Nicolas.

-No se preocupen, solo necesito cambiar de ropa y estoy lista para comenzar cuanto antes- dije y baje al hotel.

No sabia que usar, sentia que debia ir formal pero tampoco tanto, no era una oficina como para hacerlo.

Si queria impresionar, sin duda no seria por la ropa. Asi que, tome de mi bolso todos mis apuntes musicales, ideas que habian surgido durante estos años. Un pendrive que tenia grabado arreglos que habia hecho de distintos artistas (sin su permiso, obviamente), por si llegaban a pedirme alguna muestra.

-Ya- dije ingresando en el carro, y les sonrei. 

Tal como me habian anticipado, el estudio quedaba cerca del hotel. Asi que me facilitaria el trasladarme todos los dias.

Parqueamos frente a una casa e ingresamos a un pasillo que rodeaba esta misma. El pasillo conducia hacia atras de la casa a una segunda edificacion, al ingresar quede deslumbrada. Era un estudio increible, como nunca antes habia visto. 

Tuve la suerte de veces anteriores poder asistir a estudios, para acompañar a mis padres, pero ninguno se comparaba con este. 

-Y esto, es la Casa de Isaza- dijo Pablo presentando al estudio.

-¿Qué? ¿Así se llama el estudio?- pregunte mirando todo a mi alrededor.

-Claro, la casa de Isaza es la que acabamos de rodear, y decidimos ponerle así al estudio , ya que es parte de su casa- explico.

-O sea que, estamos en la casa de Isaza, sin Isaza- reí.

-Casi siempre es así, gran parte del tiempo está de gira. Es el socio menos presente- dijo Nicolas- pero el más trabajador.

-Para compensar la ausencia- acotó Pablo haciendo que Nicolas riera cortamente- pero ya no nos hará falta, ahora te tenemos a ti. Asi que tendrás mucho trabajo reemplazando a Isaza.

-Entonces deberíamos llamar al estudio La Casa de Pauls- dije provocando la risa de los muchachos.

Sin dudas, ya tenía mi lugar favorito en Bogota, y ni siquiera había estado más de 10 minutos allí.

Pero ese estudio, me había hecho experimentar una sensación extraña, que jamás había sentido. Era una sensación linda sin dudas, que se conjugaba con emoción.

Sentía que allí dentro iba a desplegar al máximo. Allí dentro saldría Martina en todas sus versiones.

Brillaria.

El sonido de nuestra Música - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora