Me dolia el estomago de tanto reírme. Llevaba más de 10 minutos tentada ante las caras de Marto y Moncho al enterarse del embarazo.
Martin no paraba de hacer preguntas y Simon solo mantenía su boca abierta por la sorpresa.
Habíamos decidido con Villa contar la noticia de forma alegre aunque ninguno de los dos haya buscado esto.
Creíamos fielmente que cualquier sentimiento de culpa, o rechazo podría sentirlo nuestro hijo, y no queríamos para él o ella eso.
Con respecto a nosotros dos, no eramos nada. Nos queríamos mucho, demasiado como para ser amigos. Pero faltaban temas por charlar, que por supuesto habían sido suspendidos, porque en este momento había alguien más importante para ocuparse.
-Moncho, diga algo- reclamo Villa.
-Es que no puedo creerlo huevon- lo miro con ojos abiertos aun incredulo.
-Quiere decir que ninguno esperaba que sea tan efectivo como para hacer un niño- bromeeo Marto.
Reí fuertemente ante el chiste, y Villa me miro ofendido.
-Fue bueno, debe admitirlo- le sonreí.
Negó con su cabeza riendo.
-Felicidades chicos- dijo más entrado en razon Moncho- los quiero- nos abrazo a cada uno.
-¿Cuanto tiene?- pregunto Martin tocando con su índice mi barriga.
-Tres meses pasados- sonrei- nos enteramos hace dos meses pero queríamos esperar a que todo este bien para dar la noticia- él sonrió- tengo un regalo para ustedes- tome la bolsa que traía conmigo.
-¿Para mi también?- pregunto Juliana.
-Todos- respondió Villa.
Habíamos mandado a confeccionar unas camisetas que decían "Tio" y el nombre de cada uno.
Para Juliana e Isaza eran distintas.
Con Villa decidimos que ellos serían los padrinos del bebé, porque habían sido los primeros en enterarse y habían sido los que nos apoyaron y ayudaron desde el minuto cero. Se lo merecían.
Y nuestro hijo merecía también unos padrinos que lo quieran tanto como ellos lo hacían.
-Cierren los ojos y extiendan las manos- ordene- y no pueden abrirlos hasta que les indique- comencé a colocar las camisetas en sus manos.
Por supuesto Juliana lloro mares al ver la sorpresa, los hombres por su lado emocionados se la colocaron al instante y comenzaron a pelear para ver a quien querría más el bebe.
La imagen me llenaba de felicidad, saber que mi hijo/a no estaría solo jamás y seria muy querido. Eso para mi ya era todo.
Al terminar la tarde, Villa me llevó hasta el apartamento. No vivíamos juntos, tampoco habíamos hablado nunca sobre hacerlo.
Esa no sería una conversación que por lo menos yo iniciaría.
-¿Quiere pasar?- le pregunte cuando estacionó su coche frente al complejo.
-Si no esta cansada- sonrió nervioso.
-Vamos, prepararé algo para cenar.
Mientras comenzaba a lavarme las manos para cocinar pude ver a Villamil de reojo algo nervioso. Como queriendo empezar una conversación sin saber cómo.
-¿Qué sucede?- reí.
-¿Eh?- me miro- nada.
-Vamos- seque mis manos- lo conozco, se que quiere decirme algo.
-No para nada- se hizo el superado.
-Okey- reí y comencé a cocinar.
Un silencio se formo, y evite reír. Sabía que estaba siendo orgulloso.
-Sabe- largue una carcajada interrumpiendolo- es una tonta, no diré nada ahora- intento sonar ofendido pero una pequeña risa escapo de su boca.
-Vio que tenia algo que decirme.
-Ya callese y déjeme hablar- me reto- bien, quería preguntarle sobre esto- nos señaló.
-¿Sobre esto?- señale mi barriga y ladeo su cabeza frustrado- okey dejo de bromear. No lo sé Villa, solo dijimos que nos queremos mucho- volví a mi tarea.
-Si lo se. Pero tenemos un bebe en camino ahora. Deberíamos definir que somos ¿no?.
Sip, tendremos esta conversación.
-Mire, tener un hijo no nos vuelve pareja, y menos nos da el tupé de querernos para siempre- frene mi tarea una vez mas- le diré lo que pienso.
-Es lo que quiero, que sea honesta.
-Bien. En este preciso momento, lo único que me importa es el bien de nuestro hijo. No quiere decir solo físicamente, sino mental. No quiero obligarnos a ser pareja, y terminar como esos padres que se odian pero viven juntos, y sus hijos sufren horrible- asintió- lo que opino es que, sí, nos queremos mucho. Pero no sabemos como seremos como pareja.
-Con amor todo se puede- acotó.
-No siempre Villa. Yo quiero estar con usted, pero no quiero que sea apresurado. Quiero que vayamos paso por paso, respetandonos y cuidandonos. No se que opina usted.
-Sinceramente, ha dicho lo que necesitaba oir, sin saber que lo necesitaba- sonrio- pero me preocupa una cosa. Morat.
-No debe dejar la banda por ser padre.
-Lo se, pero tenemos giras y eso implica perderme parte de la vida de nuestro bebe- dijo con pena.
-Podemos viajar con usted si lo quiere.
-Pero ¿y el colegio?, ¿y si lo nuestro no funciona?- hablo preocupado- yo no podré solo con un niño mientras giramos.
Bufé.
-¿Puede una vez en su vida pensar en el hoy?- lo regañe- aún no sabemos su sexo, no ha nacido. Faltan más de tres años para que el bebé se escolarice. Y si lo nuestro no funciona se verá cuando eso pase.
-Okey- dijo en voz bajita apenado.
-Tu y yo seremos familia para siempre aunque no seamos pareja. Este bebé nos unió para toda la vida- asintio- asique haremos que nuestra familia funcione, de la forma que sea.
Acune sus mejillas en mis manos.
-Por favor, disfruta del hoy- hable en tono tranquilo- te quiero.
Tome la iniciativa y bese sus labios.
-Yo a ti tambien- sonrio- y a este pequeño también- toco mi barriga.
-O pequeña- corregí.
Se arrodillo para dejar su cara a la altura de mi vientre y así hablarle a nuestro bebé
-Seas lo que seas te amaré pequeña pulga- y la beso.
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El sonido de nuestra Música - Juan Pablo Villamil
FanfictionDicen que la música une almas a miles de kilómetros de distancia. Pero ¿y las que se encuentran a pocos kilómetros? O incluso ¿une a las que se encuentran a algunos metros?. Martina Pauls, volviendo a reencontrarse con la música luego de la muerte...