El sonido de nuestra Música - Juan Pablo Villamil

cuarenta y dos.

-¡Tini!- oi- ey, despierta- alguien movía mi cuerpo.

-¿Estará desmayada?- una voz femenina habló.

-No creo, estaba llorando- respondió.

-Debe ser sonambulismo.

-Ey- abrí mis ojos a duras penas.

-¿Qué?- pregunte- déjenme dormir, no quiero otra cosa.

-¿Estas bien? Estaba llorando dormida- dijo mi hermano.

-Si, estoy triste dejenme- volte dándoles la espalda.

No había motivo alguno para querer moverme de la cama, la tristeza inundaba mi cuerpo.

-En una hora pasan a buscarte- avisó mi hermana- deberías vestirte- tu príncipe azul te espera- dijo mientras se iba- ah, y nos invito también al concierto- se detuvo para hablar.

-¿Qué?- dije sorprendida.

Baje la mano rápidamente, y si, ahí estaba.

El llanto se apoderó de mi, pero de felicidad y alivio a la vez.

-Las embarazas son muy raras- mi hermano se retiro también de la habitación.

Que susto tan feo había pasado, todo había sido un sueño, pero se había sentido tan real.

"Prepárese para la sorpresa de hoy" un mensaje de Villamil había llegado.

Él seguía en mi vida.

Gracias universo.

...

-¿Le gusto?- pregunto emocionado como niño.

-¿Qué si me gustó?- dije tan emocionada como él- ¿Qué fue eso Juan Pablo?- grite sonriendo- ¿que fue ese tango? Dios santo- lo abrace tanto como me lo permitía mi gigantesca panza.

-¿Se dio cuenta?- lo mire aun sin despegar nuestro abrazo.

-¿Que era la canción que me dio para practicar en violin? Por supuesto, desde el primer acorde.

-Tini, siéntase especial porque esa melodía la tenemos desde hace dos años, y luego de usted le pudo poner letra- hablo Isaza.

Mire nuevamente a Villamil, y sonrió como niño que había terminando de hacer una travesura.

Beso rápidamente mi frente, provocando que sonría, y que su hija saltará dentro mio.

En ese instante, sentí que no me hacía falta más nada.

Porque a pesar de que mi madre no estaba físicamente en este plano de la vida, sabía que no se había ido del todo.

Villamil al haberme regalado "Un caballero" no sabía que también me había regalado un pedacito de mi madre: porque ella vivía allí, en los tangos. Para siempre.

Quizás la historia te parezca algo embrollada, dramatica innecesariamente en algunos puntos, y para ser sincera tienes razón. Pero de algo tienes que estar segura: que, a pesar de todo, fue muy feliz, y completa de amor.

Para mi, Juan Pablo fue la puerta a la luz luego de mucho tiempo de estar en la oscuridad.

Y aunque nuestra historia no comenzó como en los cuentos, igualmente pudo ser una como tal.

No hay acto de amor tan grande como ayudar a alguien. Y tu padre fue eso, el apoyo, el impulso y la contención.

Serena: has sido la bebé más deseada del mundo, y sobretodo la más amada.
Tu llegada fue un inmenso regalo a nuestras vidas.

Y para que puedas descubir quien eres, quise contarte quienes eramos Juan Pablo y Martina, antes de ti.

Pero sobre todo, quise contártelo para que tu puedas decidir que quiere ser.

Porqué no, nosotros no te diremos quien ser, ni que hacer. Tal como entre nosotros nos ayudamos a reencontrarnos, queremos ayudarte a que tu lo hagas también, las veces que sea necesario.

Ojalá no te aburras con esta cantidad de capítulos, pero me parecieron necesarios ponerlos. La vida es así, una montaña rusa, y contarte solo lo lindo seria mentirte.

Esta es la última carta, pero la historia no termina aquí.

Llevas siete horas de nacida, y siento que me han encomendado cuidar del botón que puede detonar el mundo. Te ves tan frágil y delicada que tengo miedo de romperte con solo la mirada.

Tu padre por el contrario, pareciera haber nacido para esto: para ser tu guardia protector, tu superheroe. Para ser tu gran confidente. Con solo siete horas de conocerse, el parece tu lugar seguro.

Y sinceramente no me sorprende, porque el también es mi lugar seguro.

Los miro y siento que no hay nada más bello en el mundo. Su conexión, tu mirada tan pequeña e intensa, su mirada tan enamorada como si tu fueras su todo (y estoy segura de que lo eres).

Por momentos me abstraigo, y logro vernos desde afuera, a los tres. Y la imagen parece al final de esa película romántica, esa que esperas ver desde que comienzan a conocerse los personajes principales.

Aquí dejare de escribir, porque ahora la historia, con tu nacimiento, es otra, es completamente tuya.

Aun no puedo creer que estés aquí, te miro en los brazos de tu padre y necesito que alguien me pellizque para que me digan que es real.

Te amo pequeña Serena, y espero que esta historia te guste tanto como a mi me gustó vivirla y escribirla para ti. Porque al fin y al cabo, nuestro amor con Villamil es y será hermoso siempre.

Me despido, pero antes quiero contarte que en este instante te encuentras en tu moisés despierta (algo inusual, te lo pasas durmiendo), y tu padre no para de hacerte morisquetas para intentar que rias, sin éxito
(por favor cuando crezcas ríe de compromiso para dejarlo contento).

Yo los observo en silencio mientras escribo esto para ti. Los miro y el corazón se me agranda de amor. Los miro y solo pienso que tu eres el sonido de nuestra música.

-Te ama mamá.

Martina Pauls - Bogotá, Colombia 2022.