treinta y seis.

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Hacia tres días que con Villamil no nos hablábamos ni nos veíamos.

Nuestra última conversación habia sido al respecto de la foto que subió Juliana.

Estaba enojado por la foto, y porque yo la había reposteado, porque gracias a ello el fandom de Morat estaba especulando con lo que era cierto, y eso le molestaba porque no quería exponernos a los comentarios negativos.

Le habia dejado en claro que esta hija era tanto mía como suya, y que con mis redes sociales yo haría lo que se me de la gana. Yo no había dicho que él era el padre ni siquiera lo había etiquetado.

Estaba muy molesta por su planteo, pero estaba más dolida porque él quería ocultarme, ocultarnos. Sin motivos valederas a mi parecer para mantener nuestra relación en lo oscuro.

Hoy tendríamos cita medica, asique tendría que verlo a duras penas, aunque no quisiera. Tenía el derecho de asistir para ver a su hija y saber que todo iba bien.

Nos encontraríamos en el centro médico a las nueve de la mañana y luego iría al estudio a trabajar.

Al llegar al consultorio, él no estaba, y tampoco llegó para cuando la doctora me llamó.

-Hola- salude ingresando al consultorio.

-¿Qué tal... Martina?- asenti- ¿Solo seras tu?

-Al parecer- sonreí levantando mis hombros.

La médica me indicó que me recostara y dubiera mi blusa destapando la barriga.

La puerta sono justo cuando ella iba a colocar el gel de ultrasonido.

-¿Si?- asomo su cabeza sin abrir la puerta del todo- Oh dios- dijo sorprendida la medica.

-Tenía cita de ecografia a las nueves y media paciente Martina Pauls, he llegado un poco tarde, ¿ya ha sido?- oí su voz.

-Pase- frunci mi seño confundida.

Iba a dejar pasar a Villamil sin saber que era el padre de mi hijo, sin siquiera preguntarme. Me parecía algo irresponsable.

-Hola- me hablo el con pena al ingresar.

-No puedo creer que sea cierto- hablo emocionada la médica.

La mire sin entender a que se refería.

-¿Perdon?- pregunto él preocupado- ¿sucede algo?

-Ah no, aun no comenzamos. Decía que no podía creer que era cierto que usted están juntos, y tendrán un hijo- su sonrisa era gigante.

Carajo, es fan.

Villamil y yo nos miramos rápidamente.

-Nn no- hable sin dejar de verlo- el solo es mi amigo, me esta acompañando- su mirada seguía clavada en mi seriamente.

-Ah- sono entre confundida y decepcionada- como vi su publicación de una barriga -lo miro- y luego su foto en historias creí que...-me miro a mi.

-Si es que en realidad, el subió la foto de mi barriga porque es un gran tio- la mire sonriente tratando de sonar relajada para que creyera lo que estaba diciendo.

Villamil permaneció mudo durante todo el control.

-Bueno, esta todo okey Martina. La niña esta creciendo sanamente y por lo que vimos será grande- sonrió finalizando- quería pedirles disculpas si los incomode en un principio.

-No te preocupes- la calme reincorporandome y arreglando mi ropa- gracias por tu amabilidad, nos vemos en otra consulta- tome mis cosas y salí del consultorio.

Caminamos por los pasillos del centro médico en silencio, sin vernos siquiera.

-¿La llevo?- pregunto cuando llegamos a la salida.

-No se preocupe ya pedí un uber- hable cortante- le aviso cuando sea la próxima consulta.

-Martu- hablo resignado.

-No aquí Juan Pablo- lo mire enfadada.

El auto estacionó frente a la entrada y camine hacía el.
Espere que Villamil dijera algo, pero tal como se había comportado en la consulta, se quedó inmóvil sin decir nada.

Sin pensamientos negativos, vamos. Serena no puede sentir esto, debo estar bien.

Evite llorar todo el transcurso al estudio. Y quizás el conductor se dio cuenta que me encontraba mal, porque todo el tiempo intentaba sacar conversación.

-Gracias por el servicio- dije una vez que llegamos a la casa de Isaza.

-No hay por que- respondió viéndome con una gran sonrisa por el retrovisor- ¿Puedo decirle algo?

Asentí.

-Sea lo que sea que la tiene tan acongojada, déjelo salir. De nada sirve reprimir los sentimientos, al fin y al cabo le hará mal y también a su bebé. Expreselos, y si debe llorar, hágalo.

Sonreí y asentí a la vez. No sabia que responder, no me conocía y se estaba preocupando por mi.

-Las lágrimas limpian, son como la lluvia y luego de estas todo se ve más claro- dijo.

Y tal como se expresó, sus palabras para mi fueron esclarecedoras también, como las lágrimas.










El sonido de nuestra Música - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora