dieciséis

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Estaba terminando de colgar algunas guirnaldas en el estudio cuando oí la puerta.

-¡Aun no!- grite saltando de la silla- cinco minutos más.

Oí a Pablo refunfuñando.

Saque el pastel de la caja y lo coloque en la mesa ratona que estaba frente al sofá.

Corrí a la puerta y la abrí rápidamente.

-¡Feliz cumpleaños, baboso! - grite aventandome hacia Isaza.

Este recibio gustosamente mi abrazo mientras reía.

-Gracias Tini- volvió a abrazarme luego de ver la decoración y el pastel.

Desayunamos un rico café que había preparado y también probamos del pastel.

-Tenga- le entregue una bolsa- para que sume a su colección.

Abrió el regalo y su sonrisa fue grande.

-Gracias, Tini- dijo mirando el regalo- me encanta- se coloco la gorra.

-Le queda genial- le sonreí.

-Lame botas- susurro Pablo y lo fulmine con la mirada.

El día de trabajo fue más corto, habían decidió cortar el horario por el cumpleaños de Isaza.

Por mi parte decidí quedarme en el estudio un poco más, tenía varias ideas dando vueltas en la cabeza y quería grabarlas.

No sabia que iba hacer con ellas, pero aún así quería tenerlas grabadas.

Es mi corazón que se oye llorar,
En el vacío silencio de la habitación,
Y cuando mis ojos te logran cruzar,
Te ven sonriendo con otro amor, oh amor.

Recuerdo aquella tarde bajo el sol,
Riendo y bailando mirandonos
Parece que fue solo ayer
Pero hoy tus risas son con otra mujer.

Cante frente al micrófono, pero termine frustrandome. Asique decidí ponerme con la guitarra.

Isaza Mapache Prod.

Tini, la espero hoy a cenar en mi casa, para festejar mi cumpleaños.

Allí estaré jefe.

Sonreí al ver su mensaje. Isaza se había vuelto un gran amigo, y me conocía bien sin siquiera hablarnos mucho.

Hoy conocería a Juli, su novia, que no había tenido el placer de hacerlo antes.
Ella vendría para festejar su cumpleaños y dar unas clases de comida.

Pensaba tomarlas, ya que al vivir sola, tenía que hacerme cargo de mi alimentación, y la verdad venia fallando mucho en eso.

Luego de tomar un café en mi cómodo sillón, decidí comenzar a alistarme para el cumpleaños de Juan Pablo Isaza.

No sabia cuan formal seria. Asique opte por un jean color negro, camisa y suéter por encima, para el frío, y unas vans blancas.

Al terminar la media coleta en el pelo, me maquille un poco, solo las pestañas. Y me perfume por demás, como solía hacerlo siempre.

El clima en bogota era complicado, entre nubes lluviosas y un poco de calor, se transitaban los días. Hoy particularmente la noche se encontraba algo fría, asique mi outfit era adecuado.

Espere unos minutos hasta que Susana abrió la puerta de la casa. Al entrar la familia de Isaza ya se encontraba allí, y Juliana también.

-¡Hola!- la salude emocionada- estaba esperando conocerte.

-Hola Tini- hablo como si ya me conociera- yo también quería conocerla.

Vi entrar a Isaza por la arcada del comedor y lo salude como en la mañana.

Reímos ante mí brutes, al abrazarlo lo golpee sin querer su cabeza con mi mano.

-Típico de Martu- su voz heló mi espalda.

Hacia dos semanas que no la escuchaba, ni sabía nada de él.

Tarde unos segundos en voltear. Juli e Isa notaron rápidamente mi cuerpo tenso. Tampoco descarto que la cara se haya transformado al oír su voz.

-Hola- hable en un tono bajo, con timidez.

Me miro extrañado ante mi forma de saludarlo. Pero me abrazo amistosamente.

-¿Como esta?- pregunto mirandome aun sin soltar al abrazo.

-Bien, gracias- sonreí deshaciendo el abrazo- ¿usted?.

-Bien, super- sonrió también.

-Hola- hablo una chica que no había notado que estaba alli- Carolina- me saludo presentándose y continuo saludando a Isaza y Juliana.

Sentí la mirada fija en mi de Villamil observando con detenimiento mis facciones. Como esperando que expresen algo al respecto.

Isaza me miro rápidamente luego de saludar a Carolina, y cruzamos mirada fijamente por unos segundo.

Sus ojos preguntaban si me encontraba bien, y los míos decían a gritos "la vida me odia".

Sonreí para disimular, y al parecer lo había hecho a la perfección, porque Villamil sonrió satisfecho ante mí facción.

Exhale profundamente, ergui mi espalda, saque un poco de pecho y peine mi pelo por detrás de mis orejas. Iba a enfrentar esta situación de la mejor forma posible.

Cero papelones, Martina. Pensé.


El sonido de nuestra Música - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora