treinta y cuatro.

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-¿Nervioso?- pregunte mientras comía palomitas.

-Un poco- contesto.

-Ya posteelo no sea cagon- grito Isaza desde la cocina.

-¿Aun no lo hizo? Lleva veinte minutos pensandolo- acuso Juliana entrando a la sala con mini sándwiches.

-Oh por dios- dije dejando las palomitas a un lado- yo te amo Juliana- me lance a lo que había traído.

-Esta comiendo el triple que lo que come Isaza- dijo Villa riendo- y eso que es difícil.

-Oiga, llevo una persona dentro. Como por dos- hable con comida en la boca.

-Asquerosa- reprocho mi amigo entrando a la sala con más comida.

Le enseñe mi dedo mayor.

-Grosera- acuso de nuevo el grandote- ¿y ya ha posteado?- se dirigió a Villamil.

-Claro que no- respondí acostándose nuevamente en el sofá mientras comia- sigue dando vueltas al asunto.

-Es que no se que pie poner- se quejo.

-Admita que esta cagado- reí ante el comentario de Juliana.

-Pon "Isaza será el peor padrino de la historia, pero aún así lo elegimos"- dije.

-Panzona asquerosa- puso cara de asco peleándome.

-Y si pone ¿"creando la mejor canción que existirá en el mundo"?- sugirió Juliana.

Villa y yo nos miramos, y sonreímos a la vez.  Nos había encantado.

Dejo de dar vueltas y lo posteo.

-¡Lo hice marica, lo hice!- grito desesperado tirando su telefono

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-¡Lo hice marica, lo hice!- grito desesperado tirando su telefono.

-Oye- hable con comida en la boca- parece que no quiere tener un hijo conmigo- lo regañe señaladolo- igual ya es tarde, tengo cinco meses- oí la risa de mis amigos.

-Hablando de cinco meses- canturreo Juliana- ¿nos dirán por fin que sexo lleva nuestro ahijado barra a?- pregunto.

-Pues- dudo Villa mirandome- ¿crees que debemos?- se hizo el que susurraba para pelear a Juliana.

-No se, ¿tu si?- seguí el juego.

-Quizás, son los padrinos, deben saber ¿no?- continuo.

-Ay ya basta- se quejo cual niña, la rubia.

Comenzamos a reír ante su actitud.

-Diles algo amor- pidió a su novio.

-Ey, vamos con mi chica no- se hizo el malo.

-Uy que miedo- fingí temblar- okey si, les diremos- estire mis manos pidiéndole a Villa que me ayude a reincorporarme.

-Antes de que digan- se apresuró Juli- ¿tienen nombres? Porque yo tengo una lista increíble para darles- dijo emocionada.

-Señora, calmese- la rete- ya tiene nombre asique guarde silencio y disfrute. Redoblantes por favor- mire a Villa.

Este comenzó a palmear sus piernas y yo hice lo mismo.

Nos miramos buscando complicidad, y sin tener que contar en voz alta hasta tres dijimos el nombre al mismo tiempo.

-Serena- hablamos al unísono con emoción.

-¡SI!- salto gritando Isaza desde su asiento- lo sabía, te lo dije- comenzó a molestar a su novia- te dije que sería niña.

Mire a su novia y lloraba cual marrana.

-¿Qué le pasa?- pregunte riendo.

-Es que es muy hermoso su nombre- dijo entre lagrimas- felicidades amigos- se paro para abrazarnos.

-Oigan si, muchas felicidades chicos- se unió al abrazo de cuatro Isa.

-Los queremos- acotó Villa.

Al finalizar la cena nos quedamos un rato más charlando, pero como al día siguiente yo debía trabajar, antes de las doce estábamos de vuelta en el apartamento de Villamil.

No vivíamos juntos aun, rotabamos de casa cuando el no estaba dando conciertos por el mundo. Sino me quedaba sola en mi apartamento.

Tampoco habíamos hablado de vivir juntos en uno solo, por el momento eso nos funcionaba bien, y manteníamos una relación sana.

-Llevese el coche mañana- dijo acostándose de su lado de la cama- no quiero despertarme temprano para llevarla al estudio- puso cara de cachorro mojado.

-Okey, me parece un trato justo- reí acostándome a su lado.

Se acercó a mi y puso su mano en mi vientre para acariciarlo, como cada noche que pasábamos juntos.

A mi no me molestaba para nada, de hecho me relajaban sus caricias.

Destapó un poco mi barriga y se acomodo frente a ella para hablarle.

-Estoy segura que cuando este aquí con nosotros va a necesitar que le hables para dormir, la estas mal acostumbrando desde la gestacion- sonreí viéndolos.

-No me interesa para nada, haré lo que mi niña desee- beso la barriga.

-Pateo- dije asombrada- sigue hablando - le ordene.

-¿Como?- se exaltó el- quiero sentir.

Tome su mano rápido en el silencio y la coloque donde había sentido la pata.

-Ahora hable, vamos- lo obligue.

Acercó nuevamente su cara a mi barriga y en vez de hablar comenzó a cantar.

Nunca nadie me dio tanta luz
para nadie fui tan importante
nunca quise ver tan lejos al dolor
con verte crecer tengo bastante

Villa cantaba esa canción tan hermosa, y nuestra bebe saltaba dentro, como entendiendo cada palabra que él le decía.

-No se queda quieta- dijo cuando terminó de cantar.

Negué con lágrimas en mis ojos pero sin borrar la sonrisa.

-Estas llorando- se preocupo.

-De emocion- reí y seque mis lagrimas- ojalá nunca pierdan esa conexión que ya tienen desde ahora- puse mi mano encima de la de él.

-Te quiero Martu- se acercó y me beso.

Reí sobre sus labios.

-¿Qué?- pregunto cerca de mi cara.

-Tu hija es celosa- no entendió- acaba de patearme porque me besaste.

Rió y volvió a besar mi barriga.

-Para estar a mano- dijo haciéndome reír fuerte.







El sonido de nuestra Música - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora