cinco.

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Pablo Mapache Prod.

¿Donde está?
Tina
¿Se encuentra bien?
Nos preocupa
Oiga, Ladilla
Conteste
MARTINA

-¡Carajo!- grite mientras saltaba de la cama- que estúpida, Jesús de los pastores, ¿como voy a dormirme así?- hable mientras me vestía rápidamente.

Había olvidado poner la alarma la noche anterior. Y por consecuencia me había quedado dormida para ir a trabajar.

Era el peor día para quedarse dormida, pero sin dudas, mi misión es superarme día a día en ser una gran imbecil.

Hoy tendríamos la regrabacion con Morat, y ya estaba dejando mi peor impresión a los otros tres integrantes que me faltaban conocer.

Peine rápidamente mi pelo con una coleta. Realice un delineado fino, lave mis dientes y, tome mis cosas para correr a la salida del hotel para tomar un taxi.

El estudio estaba a diez calles, pero ir caminando no era un opción. Debía llegar lo más rápido posible.

-Martina- oí la voz de Nicolas proviniente de mi derecha.

Voltee a verlo y se encontraba caminando hacia mi.

-Lo siento, lo siento- dije al verlo- olvide la alarma ayer por la noche, y me quedé dormida. Me desperté por sus mensajes, ya estaba buscando un taxi para llegar lo más pronto posible. Lo siento Nico, juro que no volverá a suceder jamás en la vida- hable con rapidez y desesperación.

-Cierre un poco la boca, Ladilla- me tomo por los hombros- Dios- suspiro y me abrazo, eso me confundio- creímos que le había sucedido algo.

Lo mire al separarme de su abrazo.

-Lo siento- dije nuevamente.

-Basta de pedir disculpas- me sacudió levemente- vamos al estudio.

Subimos al carro de Nicolas y en menos de cinco minutos nos encontrábamos en La casa de Isaza.

-Al fin- hablo Pablo al vernos ingresar por la puerta- esta viva- elevo sus brazos en forma de plegarias.

-Lo siento- dije por cuarta vez.

-Ya callenla- pidió Nicolas- es la cuarta vez que pide disculpas en menos de 5 minutos.

-¿Usted sabe la desesperación que tenía en el cuerpo Isaza? Casi llama a la policia- explico Pablo mientras señalaba a Juan Pablo.

-Lo siento- mire con cara de perrito mojado a Isaza- me quede dormida. Prometo que no pasará otra vez.

-Puede quedarse dormida las veces que quiera Tini, pero por favor responda los mensajes. Creí que la habían secuestrado ¿usted sabe la cagada que sería eso?- hablo con dramatismo.

-¿Por qué no me verían más?- asome una pequeña sonrisa.

-La devolverían al minuto por insoportable- acotó Nicolas haciendo que sus socios rieran.

-Oiga- volte para verlo ofendida.

-Pobre niña, déjenla en paz ya- hablo un muchacho con gafas, que no había notado hasta ahora.

-Oh por dios- dije sorprendida- que mal educada, lo siento- me acerque a saludar a los tres muchachos que se encontraban en el estudio.

Los otros tres integrantes Morat más bien dicho.

-Un gusto, soy Martina- salude uno por uno con un beso en la mejilla.

-Ellos son la parte no tan linda de Morat, Tini- hablo Isaza pasando uno de sus brazos por mis hombros- ellos son Simon o Moncho, él es Juan Pablo Villamil, o Villa, y Martin, o Marto- señaló uno por uno.

-Un gusto Martina- hablo Martin.

-Pueden decirme Tina.

-O Tini- me interrumpió Isaza.

-O Tini también. Que placer conocerlos, soy fan de ustedes- les sonrei.

-Oiga, a mi no me dijo eso al conocerme- hablo con dramatismo otra vez.

-Usted es mi jefe, Juan Pablo. No se admira a los jefes, son malos- le sonrei burlescamente.

-Va, basta de peleas que ya suficiente tiempo perdimos por su culpa, ladilla- hablo Nicolas- a trabajar.

-También pueden decirme Ladilla, ya me acostumbre- mire a los tres Morat's y estos rieron.

Simón y Martin eran bastante extrovertidos e iniciaron rápidamente una conversación conmigo.

En cambio, Villamil era el más timido de los tres. Oía las conversaciones y sólo aportaba su risa cuando algo le daba gracia.

-Y usted, ¿cuantos años tiene?- pregunte sentandome a su lado.

-Veintiocho- me sonrio.

-Ah, pisando los treinta eh- moví mis cejas provocando que riera- los treinta son los nuevos veinte, no se preocupe.

-Usted, que habla tan campante, ¿que edad tiene?- pregunto Villamil.

-Veinticuatro- saque pecho orgullosa.

Rió ante mí gesto.

-Isa tenía razon- lo mire interesada en saber mas- es muy chistosa.

-Yo creí que usted también, pero anda de timido. Vamos, ya he hecho el ridículo yo habiendo llegado media hora tarde. Nada puede ser peor- provoque su sonrisa.

Era timido pero tenía una linda energía.

El sonido de nuestra Música - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora