veintinueve.

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-¿Y no le dijo que usted también la quería?- grito Isaza levantándose del sofá.

-No perro, soy un imbecil- Villamil se tomaba de los pelos.

-Pero Papo, usted no es imbecil solamente también es un cagon- bufo enojado.

-Bueno mi amor, se más amable con Villa, entendie que cuando una emoción lo sobrepasa no sabe decir ni hacer nada- hablo Juliana intentando ayudar.

-Y así es como Juliana también confirma que es un imbecil- dijo Isaza mirando a Villamil y señalado a su novia que estaba sentada a su lado.

Villamil escondió su cara las palmas de sus manos frotandola y dando un grito de enojo.

-Grite todo lo que quiera perro, pero eso no cambiará el hecho de que ella cree que usted no la quiere, y se está alejando porque le duele que su amor no sea correspondido- palmeo su espalda- la está perdiendo usted sólito.

-Es que no supe como decirle que si la quería- dijo en un tono ahogado- ella fue tan clara al expresar sus sentimientos por mi que me sentí un idiota, porque la quiero pero no puedo ser tan claro con mis sentimientos. Aún es todo muy confuso.

-Pero se nota que la quiere- dijo Juliana muy amorosamente- su mirada se afloja al verla, y sus ojos brillan. Todo lo que siempre le molesta, no le interesa cuando Martina esta a su lado- explico.

Juliana entendía más los sentimientos de Villamil que él mismo.

-Papo, escribió un tango por ella- aclaro Isaza- sabe que componer para alguien no es algo cualquiera. Y menos un genero que no es el suyo.

-Podría haberle dicho eso- reprocho la rubia.

-Casi se lo digo, pero me cohibi. Soy un cagon- bufo frustrado.

La conversación siguió un largo rato hasta que Pablo y Nicolas, junto con Martina llegaron al estudio para trabajar.

En ese momento, Villamil abandono el estudio. Quería hablar con Martina, pero no era el momento ni el lugar. Y tal como había prometido, iba a respetarla.

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-¿Otra vez se está durmiendo?- oí la voz de Nicolas y abrí mis ojos- ¿Esta descansando por la noche?.

-Si, me duermo a las ocho de la noche- respondí reincorporandome en la silla.

-Anteayer vomito todo el día- dijo Isaza.

-Soplona- fulmine a Juliana- no estoy alimentandome bien, debo estar anemica.

-Debería ir al hospital a chequearse- sugirió Juliana- denle el día libre, yo la llevo- miro a mis jefes.

-Juli, no- dije rápidamente.

-Si- respondió.

-No- volví a decir.

-Oigan niñas de jardín, dejen de pelear- hablo Isaza- Juliana tiene razón, debería ir.

-Hermosa pollera Isaza- me burle- estoy bien, luego iré.

-No, se irá ahora- hablo seriamente Pablo que se mantenía callado desde hacía rato.

-Okey- dije asustada.

-¿A él si le hace caso?- Preguntó ofendido el grandote.

Luego de pelear un rato más con Isaza, Juliana me llevó a rastras hasta el hospital central de la ciudad.

Había un poco de gente, la suficiente para tener dos horas de espera. Asique nuevamente comencé a dormirme, esta vez sobre el hombro de Juliana.

-Tini- me sacudió Juliana- despierta, luego del chico que acaba de ingresar te toca- aviso y me reincorpore.

-¿Cuanto ha pasado?- pregunte frotandome los ojos.

-Dos horas y un poco mas- abrí mis ojos con asombro y ella asintió sonriendo- eres un oso.

Vi como la puerta del consultorio medico se abría y salía un chico de allí.

-Pauls- asomo su cabeza el médico por la puerta.

-¿Entro contigo?- pregunto Juliana y negue.

-Tranquila, seguramente me de una pastilla y nos iremos a tomar un helado- guiñe el ojo.

Una vez dentro del consultorio explique mis síntomas al doctor y resolvió mandarme un examen sanguíneo completo, sin antes hacerme un examen de abdomen, oír mis pulmones y revisar mi garganta correctamente.

-Te los harás ahora, ve al laboratorio, esta en el piso 6- me entrego la orden medica.

Al salir Juliana me ataco a preguntas, que ninguna pudo ser respondida más que con un simple "debo hacerme analisis".

Subimos al sexto piso y la señora encargada de laboratorio rápidamente extrajo sangre de mi cuerpo y, me indicó que esperara unos cuarenta minutos hasta que estén los resultados, así podría llevárselos al médico.

-¿Qué crees que sea?- pregunte a Juli.

-Algún virus, como gastritis- sugirió.

-¿Y si es cancer?- pregunte preocupada.

Juliana se quejo y me pego un manotazo en el brazo.

-Martina ¿como dices eso?- sono indignada.

-No lo se, Google ayer indicaba eso- eleve mis hombros.

-Google siempre te dirá que es cáncer, no debes leerlo- me retó.

-Pauls- la señora del laboratorio había aparecido frente a nosotras- tome sus análisis, vaya a ver al medico- dijo secamente.

Agradecí a la señora que era muy poco amable a decir verdad.

-Que amargada es esa señora- dijo Juliana tomando el papel con los resultados.

-¿Verdad?- reí mientras llamaba al elevador- ¿y doctora que dicen los estudios? - pregunte bromeando.

-Aquí dice que tienes la beta-hCG con valores de 1700mUi/ml - dijo extrañada- no se que es, busca en Internet.

-No era que no había que buscar en google- reproche ingresando al elevador.

-Tu busca- dijo sin despegar la vista del papel- el resto está dentro de rangos normales Tini- me miro- ¿Estas bien? Estas pálida.

Dijo preocupada. Y la preocupada era yo. El aire me faltaba y mis piernas temblaban sin cesar.

-Que sucede Tini- me tomo de los hombro pero no podía despegar mis ojos del telefono- ¿que?- me quito el teléfono de la mano.

Su sorpresa fue tan grande como la mía y se tapo rápidamente la boca mirandome a los ojos.

-Estoy embarazada.

El sonido de nuestra Música - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora