treinta y dos.

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Oía la voz de Villamil, pero no se dirigía a mi. Asique decidí abrir mis ojos para corroborar con quien hablaba.

La cabeza me dolia horrible y la luz del día que entraba en la habitación me molestaba.

-Acaba de despertar- lo oí decir viéndome. Le sonreí.

-Hola- dije cuando corto el llamado- ¿todo bien? ¿Cuanto he dormido?.

-Marti- se sentó a mi lado en el borde de la cama- no ha dormido, se desmayo en el baño hace unos diez minutos.

Abrí mis ojos con sorpresa para luego tapar mi rostros con un almohadón.

-Que verguenza- bufe- ¿al menos vomite en el inodoro?- asome un ojo para verlo.

-Si por suerte- rio- vomito harto rato.

Lo veía muy alegre y risueño. Eso fue lo que más me extraño.

-¿No está enojado?- pregunte.

-¿Por qué lo estaria?- frunció su entrecejo- supongo que no ha querido descomponerse a propósito.

-No es que, quizás ante una revelación asi- dije sobreponiendome encima de sus palabras.

-¿Revelación?- pregunto aun más confundido.

Carajo

Abrí mis ojos ante su pregunta.

-¿No le he dicho nada?- pregunte en un tono algo exasperado.

-Al terminar de vomitar, dijo mi nombre llamándome y luego se desamayo.

Eso quería decir que había soñado con la confesión.

Esto es peor de lo que creí.

-¿De que revelación habla?- volvió sobre su pregunta.

-Villa- me incorpore sentandome correctamente- por favor no te enojes- pedí y sentí que mi voz se quebraba.

Tenia que decírselo de una vez por todas.

-No podría enojarme con usted- sonrio- ¿recuerda algo de cuando llegue a su casa?

Por supuesto que recuerdo, por esa razón termine vomitando. Esta haciendo que decirle que será padre sea más difícil aun.

-Dijo que me quiere- respondí.

-Más de lo que he querido a nadie en mucho tiempo- recalco sus palabras de hace una hora.

Asentí sin poder evitar sonreír.

-No sabe lo feliz que me hace saberlo- baje mi mirada- pero lo que quiero decirle no tiene que ver con eso- me frene- o si.

-No importa lo que sea, la querré igual.

Espero que si.

-Uf- exhale- es más difícil de lo que crees.

-¿Qué tan grave es?- pregunto un poco impaciente.

-Depende como quieras verlo.

-Dilo de una vez, podremos resolverlo- intento ser positivo.

-Estoy embarazada- dije rápidamente y sin preámbulos.

Su rostro se transformo. Sus facciones se volvieron duras y su mirada cambió por completo.

Por unos instantes mantuvo su vista en la mía, pero la bajo luego de unos minutos. Supongo que necesitaba desenforcarse de mi para procesarlo.

-¿De quien?- pregunto luego de unos minutos en pleno silencio pero aún sin verme a la cara.

El sonido de nuestra Música - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora