diez.

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-¿Que tal todo por ahí?- la vi acomodarse el pelo.

-Genial, el miércoles pude ser parte de la cabina de sonido de Morat- sonrió mientras aplaudia- y en diez minutos debo ir al estudio, hoy irá a grabar la hermana de Isaza su nuevo sencillo.

-Que lindo, y ¿ya conociste algún hombre?- uso su típica cara picara.

-Conocer he conocido muchos- la vi fruncir el seño a través de la pantalla- Si te refieres a conocer algo más que amistosamente, no. Me la paso en el estudio, lo único diferente que he hecho fue el concierto de morat y el festival con Villa- comenzó a toser ahogada.

-¿Con Villa?, ¿el Villa que yo conozco?- pregunto atónita y yo asentí- ¡¿ por qué razón no me contaste?!.

-Porque fue un simple festival con un amigo- comencé a peinarme- estoy ayudándolo a atravesar una crisis creativa que tiene- festejo en silencio.

-Villatina- mire fijo la camara- su Ship, Villamil y Martina, Villatina- explico ilusionada.

-¿Qué dices?, estás loca Arinna- me moleste- solo somos amigos

Rodó los ojos y se quedo muda.

-En serio- sonrio- ¿Qué?.

Te gusta!- grito y yo negue- Te defendiste sin que diga nada, y tus ojos se ven distintos luego de haberlo nombrado... te gusta- reforzó su idea.

-No voy a entrar en esta discusión sin sentido, me terminaré de preparar para irme a trabajar- hable aun molesta- mañana hablamos. Adios- no deje que me responda y finalice la videollamada.

Bufé y comencé a vestirme.

Mientras ordenaba la ropa, de un pantalón cayó la partitura que me había regalado Villa.

Sonreí al instante. Quizás si me gustaba un poco Villa, pero no iba arriesgar y quedar como una estúpida, jamás insinuó algo distinto a una amistad.

Tome el hoddie de Morat que me habían regalado sus integrantes y camine hacía La Casa de Isaza.

Susana ya se encontraba en el estudio. Hoy estaríamos solas, Isaza se encontraba junto a Pablo y Nicolas en unas reuniones de negocios, asique me haría cargo de la grabación.

Era la primera vez que me dejaban sola por completo en dirigir. Y eso me emocionaba.

A mitad de la grabación sentí mi teléfono vibrar y lo tomé rápidamente pensando que era alguno de mis jefes.

Villamil Morat

Tini, tiene algo que hacer hoy?

Sonreí al ver su mensaje.

Villix, en este momento estamos con Susana grabado. Luego tengo una cita para ver un apto.
Si quiere puede acompañarme.

Villix?
Hecho, puedo acompañarlas en la grabación?

-Su- hable por el intercomunicador- ¿le molesta que Villamil nos haga compañía?.

-Obvio no- sonrio.

Asentí y tome nuevamente el teléfono.

Traiga café.

Pasaron unos cuarenta minutos desde mi mensaje, y cuando creí que se había arrepentido apareció con tres cafés y una bolsa de bizcochos en la mano.

El sonido de nuestra Música - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora